Estabamos hasta el cuello de trabajo, hoy era una noche bastante movida y digamos que para ser nuestro primer día de trabajo estábamos arrasando con todo.
-Hey Dinah ¿Qué hora es?- Eleve un poco la voz debido a la música.
-Mmm 4:30 a.m- respondió mientras guardaba su celular.
Asentí y seguí limpiando una mesa que acababa de ser abandonada por unos tíos.•••••••••••••••••••••••••••••••
Eran las 5:20 a.m y seguíamos en el Koi por culpa de Dinah que se había quedado flirteando con un tío veinte minutos atrás. Yo me limitaba a rodar los ojos ante esta situación, la noche se había hecho larguísima y solo quería llegar a casa y dormir.
-Dinah...- Le advertí con cansancio. Ella solo asintió y siguió hablando con el tio.Luego de 10 minutos las dos salimos ganando, Dinah consiguió su teléfono y yo logre irme a casa sin tener que darle una patada en el culo a mi amiga.
Al llegar a casa lo primero que hice fue darme un baño, no importa que cansada este debía sacarme el olor a cigarrillo que había quedado en mi cabello, asco.
Y bueno... A Dinah podíamos llamarla sucia con todas las letras, se durmió con la ropa del trabajo puesta, es un caso.Una vez que toque mi cama rodé en ella y me coloque de costado, quedando así mi mirada en la casa de enfrente. No podía dormir y lo peor es que moría por hacerlo.
Estaba a punto de dormirme, ya lo tenia, pero escuche un auto y abrí los ojos, adivinad con que me encontré... Un tío enfrente estaba hablando por teléfono mientras un auto entraba al garaje de la casa, yo me encontraba recostada en mi codo mientras "espiaba" a los vecinos. El tio del teléfono termino la llamada, vi como le indicaba algo al hombre de la camioneta, este le dejo un bolso bastante grande y se largó, el chico subió su mirada hacia mi ventana, fijo su mirada en mi y yo por alguna estupida razón no apartaba la mirada de el, tenía su ceño fruncido y parecía que no tenia otra cosa mas importante que intimidarme con su mirada, entrecerró sus ojos e hizo un gesto con su mano, un saludo estilo militar, para luego girar sobre sus talones y emprender camino a su puerta y adentrarse en su casa.
No se qué era más estupido, si haberme quedado mirándole como una idiota o seguir despierta con el sueño que tenía, me inclino mas por la primera.
Dios, es que con los nervios del momento ni siquiera lo analice, el hijo de puta era lo mas asemejado a un dios, sus facciones estaban perfectamente definidas, su mandíbula parecía tallada por ángeles pero al mismo tiempo daba la impresión de que con un solo roce te cortaba. Su nariz era pequeña y hermosa, podría apreciarla todo el maldito día. Sus labios... Jesus sus labios eran como dos perfectos pétalos, unos suaves pétalos que con solo probarlos se desasen, sus ojos no los puedo definir ya que no estábamos lo suficientemente cerca para definirlos.
Su atuendo se basaba en unos jeans rotos, una camiseta de metálica y campera de cuero -por supuesto- llevaba unas zapatillas vans rojas y ojalá pudiese hablar de su pelo pero el bastardo esta rapado y lo peor es que le queda jodidamente bien.
No necesitaba un cartel que diga "soy caliente" porque con solo verlo lo descubrirías.