️BORN TO DIE. "Larry Stylinson„ SMUT

T R E S.

T R E S .

El sonido del "Toc-toc" de la puerta sacó de su calurosa platica, a Harry y a Cail. Ya no se encontraba ningún niño en el salón de clases ya habían pasado 40 min después de, y era la hora en la que Louis apenas llegaba.

-A de ser tu papi.-le aviso al pequeño y fue a abrir la puerta.-Oh! Valla, Louis si que tardaste, por lo menos una hora.-Exclamo el maestro abriendo paso al mayor.

-Si, y lo siento es que el trafico es el peor del mundo, vamos Cococail, es hora de la comida.-extendió la mano para cargarle la pequeña mochila cohete y cojerle la mano.-¿Quieres venir? Maestro.- esta vez sus ojos azules posaron a los esmeraldas, sonaba algo divertido con una sonrisa picara mirando así a Harry.

Este solo se puso rojo como un tomate, sonrío y se lo pensó un momento.-¿Comer con el padre de un alumno mío? Que dilema,-bufo con la nariz.-Solo si "cococail" esta de acuerdo,-dibujo unas comillas al aire, y se puso en cuclillas al tamaño de el niño.-¿Que opinas babe?

-Solo si me das un bombón más.

-Oh! Valla igual que chantajista que el padre.-El padre enarco las cejas y se dejo oír una risa nerviosa.

-¡Ay! Vamos, los dos son tan adorables, claro que voy pero se me hace injusto que pague una comida con unos bombones.-y fue así donde él rizado se incorporó y empujó levemente a Louis con la punta del dedo.

El esmeralda y el zafiro se fundieron, encontrándose con una expresión nerviosa en ambos. Lo cual hizo voltear a ver al pequeño, la química se encontraba en los tres chicos, pero en especial en Harry y Louis apenas a unas horas en conocerse y ya estaban envueltos en una especie de cita.

-Ya habrá forma de pagarlo ¿eh?-esta vez fue el padre que trato de jugar con el maestro dandole un leve codazo y sonriendo apenado.

-Entonces vamoooooos, pero primero mi bombón Hazza.-Soltó de repente el niño, lo cual hizo reír a los dos mayores.

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-¡NOOOO! ¡No! ¡Zayn! ¡Hey! ¡Que clase de mierda te metieron en el culo!-Gritaba desesperadamente una linda chica castaña, en la puerta de un departamento cualquiera, a un chico que parecía un amigo de toda la vida o un asistente bien pagado, para soportar cada majadería que decía esa chica, ella vestía unos Jeans y una blusa a tirantes de seda, se veía elegante y a decir verdad "madura" tal vez era una traga años, o era joven y con experiencia o era veja con un buen cirujano.

-¡Ariana ya deja de ladrar! ¡Me hartas! ¡Si quieres bien acomodados tus estupidos abrigos "Gucci" de piel de pene de ballena o de mierda de elefante o de donde sea de puta madre! ¡Ven y hazlo a tu puto gusto! ¡Estoy bien aquí cariño no quiero irme a indisnamispolainas a ver que consigo con el putito de mi ex-men.-exploto el moreno azabache, gritándole de esa manera a la mujer, ella solo se acercaba a él asintiendo con la cabeza, y mirando al suelo después al techo, cuando estuvo lo suficientemente cerca de él, poso sus iris negros a la altura de los ojos del chico y le sonrió de una manera lúgubre y sin siquiera anticiparlo cerró sus puños; y un golpe rebotó en la cara del moreno fue tanto el impacto de la mano de roca de la pequeña chica, que en un santiamén el moreno yacía en el suelo.

-¿¡Aun no me conoces del todo amor!? ¡Querido! ¡Tesoro mío!,-gritaba la chica, de una manera espantosa, en sus ojos se podía ver la adrenalina y el coraje hirviendo a un 100x100, él solo la miraba desde el suelo posando una mano a su nariz sangrante y sus mejias palpitando.-¿¡Aun no te he provocado miedo!?, ¡Que pena me das, pedazo de estiércol!, a mi no me vuelves a gritar idiota, ¿eh? Acaso ya se te olvido, quien fue la que te saco de la vida de mierda que llevabas, ¿¡EEEH!?-la cara se le puso roja y los labios morados, la chica tenía arranques de ira muy duros y poca de las veces se controlaba, se volvían más frecuentes desde que se metía droga en el cuerpo, el chico la miraba con furia o temor u odio, sentimientos combinados; debido a que él no contestaba y prácticamente sabia que Ariana en realidad era su "dueña" «Literal» se limitó a asentir.-Así me gusta maldito haragán, quiero mis abrigos en orden, y estaré aquí para vigilarte. Quiero que todo este perfecto. En tres días veré a ese otro hijo de puta.