O N C E.

11 0 0
                                    

O N C E.

Por más que trataba no estaba tranquilo, no podía estar en paz. Algo dentro de él insistía en que debía intervenir.

"Como es que una mujer de 21 años tenga un Ferrari de casi 1M y medio de dólares."

"Esto tiene un lado oscuro que no me gusta, pero no me siento con ganas de descubrirlo"

"No quiero restarle ilusiones a mi pequeño, no quiero que termine decepcionado no quiero ser yo el que lleve esa culpa"

"Debo ser valiente y darme una oportunidad a mi, mas que nada, todo irá bien."

Unos zapateos irrumpieron en sus pensamientos era la niñera que bajaba las escaleras acomodándose un saco gris, eran casi las 7 de la noche todo pintaba que ella saldría, estaba muy formal para vestir unos Jeans ajustados.

-¿Vas a salir Dory?- el ojiazul no quería sonar como símbolo de reproche pero aún así lo hizo.

Este estaba sentado en el sofá de la sala principal, bebía una taza de té calentándose a la luz de la chimenea ya que estaban a mediados de agosto y el ambiente comenzaba a enfriar cada que se ponía el sol.

-Louis, no es lo que parece.-se acercó lo más amable posible, sabia que Louis no estaba en el mejor momento-, No saldré a divertirme, esto lo hago por ti, por Cail, por nosotros. Conformamos una familia Lou.-se sentó en la comisura del sofá, abrazando a Louis dando todo el apoyo posible, de la mejor de las maneras.

-¿Que es eso que nos conviene tanto? ¿Pagaras a un matón para que desaparezca del mapa la antipática esa?-intento por el humor, lo cual solo hizo sonreír a la rubia.

-No nene, haré algo mejor que eso.-le planto un beso en la cabeza y salió sin decirle una palabra más a este.

Él siguió sentado por un momento más, el día de ayer no se había presentado a trabajar y ese día ni siquiera había avisado que no iría. Eso no era de mucha importancia para el bombero ahora. Se sentía solo, sentía un vacío que se extendía por todo su cuerpo, sentía como si la casa estuviera triste con él adentro, quería correr pero no sabia a donde ir, no sabia con quien desahogarse, o tal vez si, pero a esas alturas su subconsciente lo había abandonado.

Y de repente, una luz salió a su rescate. Como una oleada de viento en el peor de los veranos más calientes.

"¡HARRY!"

[•]

No había dicho nada la castaña después de llegar a casa, no se sentía preparada, sabia que cualquier cosa que dijese a ese "costal de estiércol" podría complicar sus planes, tenía que ser fría como desde el principio y lo seria hasta el final. Lo único que menciono a ese niño ojigris fue una indicación de su alcoba que estaba en el tercer piso de la casa, justo en el frío ático.

Lo mando a instalarse, lo más amable que pudo, después le dijo que lo esperaba en 8 minutos para la cena. El menor obedeció entusiasmado, pero solo tenía que acomodar, esa mochila cohete y ese osito de felpa. Que no era la gran cosa. La castaña no había cumplido lo que prometió, no habían ido por más ropa, alguien pasaría un frío duro esa noche, pero al niño ni siquiera le importó pensar en eso, él tenía a su madre. Y era todo lo que quería hasta ahora.

-Ariana,-dijo el morocho acercándose para saludarla con un beso en la mejilla-, Ya han llegado nuestras antiguas empleadas, no llegaron todos claro solo tres y el nuevo cocinero.

Avisó este, notando lo encendido de los ojos de esta. Algo iba bien y eso era bueno.

-Oh Zayn. No necesito más, estoy bien. La bestia esta arriba. Tú a partir de hoy serás mi sexy hermano. No queremos que la peste suelte mierdas.-dijo sentándose enfrente de la inmensa chimenea como siempre.

️BORN TO DIE. "Larry Stylinson„ SMUTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora