1. Escapando

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Me estaban siguiendo. Había doblado en varias calles para darme cuenta por completo. Si giraba en una dirección los dos hombres volvían a aparecer a unos metros de distancia de mí. Apresure un poco el paso y a la vez que yo lo hacía, los hombres de atrás también lo hacían. Empecé a decirme que después de todo haber escapado de casa no fue buena idea. Tomar esta decisión fue difícil y me pregunte si ya mi padre se había dado cuenta, reí internamente sabiendo que no era así. Después de la muerte de mi madre, mi padre se concentraba en el trabajo y por las noches se emborrachaba, ya no solía ser el mismo.

Por eso al cumplir los 19 años lleve a cabo lo que había planeado, Empaque mis cosas, tome el dinero de mi universidad que habían ahorrado él y mi madre. Y me dirigí al aeropuerto para tomar el primer avión que saliera.

Lo que me trae devuelta al presente. Me encuentro en California buscando un hotel donde pasar la noche mientras dos tipos me seguían. Podía decir que ambos eran musculosos, uno era un poco más alto que otro. Cada vez estaban más cerca, empecé a correr pero cargaba una mochila la cual me hacía más lento el paso y no podía dejarla tirada porque estaba repleta de dinero y no estaba en mis planes dormir en la calle o pedir limosna.

-¡Espera!-grito uno de los hombres

-¡Solo queremos darte un poco de amor!-grito el otro entre risas

Me obligue a mí misma a correr más rápido. No sabía a donde girar, estaba empezando a sofocarme, no aguantaría mucho más tiempo. Los dos hombres me seguían a un mismo paso, parecían sincronizados. Estaban casi pisándome los talones. No había nadie a quien pudiera pedir ayuda. Doble por una calle pero no había salida. He aquí mi fin.

Uno de ellos me agarro fuertemente por el brazo, eran muy altos y fuertes, había uno moreno y el otro era rubio, cerré mis ojos. Rio satisfactoriamente.

-Buen intento, linda. Me sorprende que hayas aguantado tanto corriendo-dijo el que me tenía sujetada del brazo

El hombre empezó a acariciarme mientras el otro observaba. Eran dos contra uno. No podía simplemente darle a uno y huir porque el otro estaría ahí para atraparme. Pero me quede inmóvil cuando empezó a toparme por debajo de la camiseta, apreté los dientes y cerré mi mano. No me iba a quedar así sin dar pelea.

Impacte mi puño en la cara del hombre, logre que se alejara un poco de mí y como si leyera la mente el otro instantáneamente se me tiro arriba, le di una patada torpemente en el muslo. Iba a huir pero la mochila hizo que perdiera el equilibrio y cayera al piso. Los dos caminaban hacia mí, la oscuridad solo me permitía ver sus siluetas. Ya no me importaba el dinero. Ambos empezaban a inclinarse hacia mi cuando una voz femenina detuvo mis pensamientos...

-No se muevan-dijo firmemente la chica. La mire de reojo era alta y tenía el pelo negro y largo y nos apuntaba con una pistola. Eso era lo que faltaba la emoción de armas para empezar a desear nunca haber nacido.

-¿Lia?-pregunto uno de los hombres con voz temblorosa

-¿Atacando a turistas perdidos de nuevo? Aléjense de ella-dijo la chica con el mismo tono autoritario

Ambos tipos levantaron la mano y se alejaron de mí. Yo me quede en el piso, era consciente de que había dicho que no nos movamos y contradecir a una chica con un arma era un riesgo que no iba a tomar por más que quisiera echarme a correr.

-No íbamos a hacerle nada-dijo el más alto

-¿En serio?-rio la chica bajando el arma-Iban a robarle, violarla y dejarla tirada, ¿eso es nada?

Un escalofrío recorrió mi espalda, mire a los tipos, estaban en un estado de arrepentimiento. Era más que obvio que los tres se conocían. Pero lo sorprendente era el miedo que le tenían y no era necesariamente porque tuviera un arma.

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⏰ Última actualización: Jul 23, 2015 ⏰

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