𝐕𝐈 𝐀𝐜𝐞𝐜𝐡𝐨

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FRANCIS POV

Entramos en el restaurante, ella delante de mí, en un andar tan poco común como su vestido y su cabello ondulante al vuelo, una forma de caminar que así como un botón desataba mi lado más primitivo, el real, el que tanto intentaba ocultar bajo una fachada de hombre caballeroso, educado y respetuoso.

Dicretamente y aprovechando que no había nadie al rededor y ella no estaba mirando, me ajusté el pantalón para disimular mi miembro listo para la acción. No podía echarle toda la culpa a ella de mi situación, también influía que no dejase de mirarle el culo.

Con prisa, con la respiración medio acelerada pero manteniendo las formas, el camarero nos recibió con una sonrisa y nos guió a la mesa reservada.

-- Buenas noches. -- Se puso de pie mi hermano, Esteven para estrecharme la mano con su sonrisa carismática, sin ápice de malicia. A veces me pregunto cómo coño este tío es de mi familia.
-- ¿Jimena Bridd, no? -- Se dirigió a mi acompañante. -- Esteven Hoffman, es un placer conocerte al fin. -- Besó el dorso de su mano.

"Voy a borrarte esa estúpida sonrisa del careto..." Pensé cuando se erguió otra vez.

Se presentaron uno a uno los asesinos seriales vestidos de traje que fingían tener un fajo de billetes metido en el bolsillo y no un karambit que habían usado con algún desgraciado hace unas horas. Joder, de alguna forma hay que hacer hambre.

-- No es de extrañar que Jimena te haya conquistado desde el primer segundo. Y, no hablo en el sentido bíblico. -- Comentó Trenderman con su voz de soprano.

-- Así da gusto ir a trabajar. -- Finalizó Jeff justo antes de echarse en la silla, meneando el vino en la copa que sostenía como había visto hacer a los ricachones de las películas. Para mí seguía siendo el mismo niñato, llevase una americana molona o no. Sumido en la ira, arrugué la comisura de mi labio superior y me resistí a gruñir. -- Si rescindes contrato, considera hablar conmigo. -- Le invitó con una sonrisa socarrona.

Mis intentos de manter la calma cedieron cuando ella contestó.

-- Lo tendré en cuenta. -- Profesionalidad, educación y respeto reflejados claros en su tono de voz acompañados de una mirada esquiva y una mueca nerviosa. Las intenciones de la otra parte no eran las mismas, y uno de mis tentáculos pinchaba mi camisa pidiendo salir enrabiado. Las luces del local tintinearon a la par que mi puño iba apretándose hasta que mis nudillos reflejaron la palidez de mi alterego.
Para evitar un enfrentamiento, me levanté. La iluminación volvió a la normalidad.

-- ¿Me disculpan? Voy a salir un momento. En seguida vuelvo. -- Los ojos de Jimena me rogaban que no la dejase sola. Posé mi mano sobre su hombro en un acto reconfortante y me marché, porque no iba a cambiar mis planes: salir a fumar antes de enrrollar las cenizas de ese cabrón en papel de liar y metérmelo por...

ERIC POV

Lo primero que captó mi atención al descender del vehículo fue el rostro de mi hermano Francis, ese rostro que, a pesar de su aparente perfección, siempre lograba despertar en mí una irritación latente. Su expresión, cargada de ese orgullo exasperante, me provocaba una punzada de desagrado que apenas logré ocultar.

Entregué las llaves del coche al valet con un gesto indiferente y, volviéndome hacia Miriam, le ofrecí mi brazo con una sonrisa calculada.

-- Miriam, te presento a Francis… mi estimado hermano menor. -- dije, impregnando mis palabras con un sarcasmo apenas disimulado, mientras tocaba su hombro en un gesto que pretendía ser fraternal.

𝐎𝐬𝐜𝐮𝐫𝐚 𝐏𝐚𝐬𝐢𝐨́𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora