Me despierto con un sobresalto y una lágrima en la mejilla, se me eriza el pelo tras el escalofrío que recorre mi espalda al recordar la reciente pesadilla, me limpio la lagrima inhalando hondo, veo su cara aun en mi mente y no puedo evitar sacudir mi cabeza como si eso hiciera salir esa terrible imagen de mi cerebro. Sigo agitada por el repentino susto, me siento sudorosa y entumida por las horas que he pasado sentada en la misma posición, el espacio tan reducido me agobia y la sensación de tensión en mi cuello no mejora las cosas. El avión en el que me encuentro es pequeño, apretado pero casi vacío, no hay muchas personas que vuelen de Canadá a México al parecer y menos en temporada de clases, el aire es como de cualquier avión, huele a ventilación, a sofá viejo y a comida de congelador. Recuerdo alguna vez haber disfrutado de volar, ya que en mi infancia y adolescencia siempre significaba ir a un lugar de vacaciones o conocer cosas emocionantes, sin embargo el motivo de este viaje no podía estar mas lejos de esa realidad. Frunzo el ceño al evocar nuevamente el motivo de mi regreso a casa. "Idiota" me digo a mi misma, miro a la ventana mientras parpadeo numerosas veces intentando reprimir las lagrimas que quieren formarse una vez mas en mis ojos, detesto esta sensación, como si mi corazón estuviera siendo aplastado por un elefante, combinado con la nostalgia de algo que no volveré a tener, de alguien a quien no volveré a ver, de una despedida que jamás tuve. Saco mi celular de funda color negro con una imagen del Joker en el centro en un esfuerzo por distraerme y abro uno de mis juegos favoritos llamado "Unlock Me", comienzo el juego y con facilidad logro pasar el tablón por la abertura, sigo con el nivel 187 y juego por un par de minutos mas antes de sorprenderme a mi misma otra vez aludiendo a lo que paso. Apago el Iphone 5 que tengo en las manos y con mas rudeza de la necesaria lo meto a la bolsa de viaje que tengo en mis pies.
-Creo que el celular no tiene la culpa, no crees?- Pregunta Dan a mi lado con las manos atrás de su cabeza, un solo ojo abierto mirando hacia mi y una sonrisa burlona formada en su boca. Tal como lo recuerdo, bajo, delgado y de cabello castaño alborotado.
- Callate Dan.- Digo automáticamente y vuelvo la vista hacia la ventana. Un segundo! Dan? Dirijo mi mirada casi frenéticamente hacia donde mis ojos creyeron ver a mi mejor amigo, pero solo encuentro un asiento mas, completamente vacío y sin ningún Daniel sentado ahí. Es imposible retener el sollozo silencioso que asoma a través de mi garganta, el dolor es asfixiante pero con toda mi fuerza de voluntad ahogo las lagrimas y el llanto que quieren estallar. De alguna forma, si cedo a la tormenta de emociones presiento que me quebrare, como si mi alma estallara en mil pedazos, arrojandolos a lugares donde jamas los encontrare, dejandome incompleta, vacía.
El resto de viaje es igual, yo intentando no pensar en lo que me obligo a viajar de nuevo a Mexico, (habrá tiempo para pensar en eso y llorar después) y escuchando las voces de quienes se encuentran en el avión acompañados. Mi novio intento convencerme de venir conmigo, pero prefería venir sin nadie mirando mi rostro como si fuera un cachorrito de la calle que muere por un pedazo del hotdog que tienes en la mano, si el quería ir a visitar a su familia tendría que ser en otro avión. Necesitaba viajar sola.
El avión aterriza y los pasajeros bajan de el a las 7:30 p.m. Todos corren con sus familias que los esperan felices, mientras que yo, tomo mi única maleta y me dirijo sola al área de taxis, el aire es frío y seco, la noche es clara gracias a la brillante luna y el aeropuerto huele a movimiento. No les avise a mis padres que vendría, nadie salvo la familia de Dan me espera, pero no han ido a recogerme ni me quedare en su casa, mañana es el funeral y ahorro mis lagrimas para el momento, ir a esa casa en la que pase tantos buenos ratos seria la peor de las torturas
. El hotel "Del Marques" se encuentra a cuarenta minutos del aeropuerto y mientras el taxista de barba poco tupida conduce hacia el hotel busco mi celular para marcar al numero de Ian, mi novio y nuevo mejor amigo.Quien se subió un avión antes que yo porque mi necedad no lo dejo acompañarme.
ESTÁS LEYENDO
El precio de un secreto.
Teen FictionLa muerte repentina del mejor amigo de Ania (Una padeciente de crisis de Angustia desde su nacimiento) la hace viajar a su ciudad natal, aquella que tanta nostalgia le trae, pero lo que parecía ser solo un trágico accidente resultó ser un suicidio ¿...