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La llamaría Zazil entonces. Era definitivamente ponerle un nombre muy originario a intentar cantar la melodía que decía ser su nombre. Como fuera que sea la melodía, resultó incluso político de su parte elegirle un nombre de origen maya, o que al menos tuviera un origen más real y cercano que cualquier otro. Creyó recordar que era el mismo nombre de la mujer que se casó con el colonizador Gonzalo Guerrero, pero parecía un recuerdo escolar difuso de efeméride semanal.  Ella había dicho que era un nombre "antiguo y de por acá", al darse cuenta de tales palabras, Antonio pensó si no se trataba de una pista sobre ella.  A su parecer, ella sabía que el nombre era antiguo y de por la región, porque al igual que él, había escuchado la efeméride de la princesa Zazil Há (Agua clara).

—¿Entonces te gusta? — le preguntó mirándola a los ojos, intentando leer algún signo de su lenguaje corporal que la delate como la mentirosa que le pareció ser. 

— ¡Me encanta!— le sonrió con genuino entusiasmo — Creo que es el mejor nombre que puede recibir alguien como yo

—¿Alguien como tú?

— Cualquier chica podría tener un nombre igual de bonito, pero este que me das, es perfecto

—Bueno, qué bien que te guste — cierta vergüenza comenzó a crecer en su interior al darse cuenta de que el nombre que le encantaba simplemente se le atravesó en frente. 

— Incluso puedo cantarlo...

— no creo que sea necesario 

— Za-zil— comenzó a vocalizar y él sintió que el mundo dio una pequeña vuelta, como si de repente, le hubiera entrado un sueño pesado que no podía soportar. 

— No, en serio...—intentó decirle mientras sus ojos se cerraban al oír su voz

— Oh, discúlpame — la escuchó de repente cortando el flujo de su cansancio, como si le hubieran dado un susto — olvido que esto sucede — le tocó la mejilla 

— ¿Qué? — No entendió ni una palabra de lo que le dijo, como si el sonido fuese opaco de repente — ¿Qué dices?—sintió un leve mareo y se reincorporó — Discúlpame Zazil...—usó su nombre por primera vez, haciendo uso de la conciencia de su existencia y reconocimiento de la misma— No sé qué pasó, perdón —bostezó un poco — de repente, tengo bastante sueño. Creo que estoy cansado.— y de nuevo podría haber caído dormido, de no ser por el teléfono desde la habitación

— Alguien te llama... —observó inclinando la cabeza hacia su derecha, dejando caer su cabello sobre la camisa que le había prestado momentos atrás... era ondulado y castaño claro.

Se levantó de golpe de la silla y aunque por un momento vio estrellitas, alcanzó a tomar el teléfono en medio del segundo timbre de tritonos clásicos que tenía asignado para su madre.

—¿Bueno?—  contestó en seco y sin emoción. 

— ¿Qué pasó hijo? ¡Ya están ahí los de vidrios y aluminios!— su madre iba al grano —Dicen que no hay nadie ¿Dónde estás?

— Hola Ma... yo estoy aquí en el condominio, déjame bajo rápido

— Dale que ya llevan rato esperando a que les abran — su madre sonó estresada del otro lado de la línea. 

— Sí, ya dije que voy— su madre le colgó antes de terminar la frase. 

Y la simpleza de su trabajo y vacaciones pareció adoptar la mayor de las complicaciones; porque en el escenario más inmediato y fácil, se deshacía de Zazil al llamar a las autoridades como se lo planteó desde el principio, pero entonces tendría que enfrentar a todo el proceso burocrático que lo señalaría como cualquier tipo de persona cometiendo un delito como robo o secuestro. Desde luego que, ese era el mejor escenario; el escenario más correcto y de menor resultado, pero se preguntó hasta cuando o hasta qué hora podría hacer tal cosa; porque su trabajo y encargo estaba ya sucediendo. Al estar los trabajadores ya en la propiedad, se preguntó si tendría que esperar a que terminen el trabajo o si se arriesgaba a que todo saliera mal con él lidiando con la situación de Zazil y el trabajo al mismo tiempo. 

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⏰ Última actualización: 6 days ago ⏰

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