Capítulo 10:

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Era él. Había vuelto y no sabía el porque, aunque seguramente no tuviera nada que ver conmigo seguro que ni se acuerda de mi. Y no se lo reprocho; yo le eche de mi casa ese día y yo decidí no contarle sobre el embarazo. No sabía que hacer, si iba y le contaba toda la historia podría enfadarse y no volverme a hablar jamás, ni quisiera saber nada de nosotros; pero lo que más me rompería de todo eso es que yo misma le negaría la oportunidad a mi bebé de tener un padre, de sentir esos momentos padre e hijo y eso no me lo perdonaría nunca.

Así que me tragé mi orgullo y decidí ir a hablar con el y contarle todo. Lo que pasara después únicamente será decisión del destino respecto a lo que él decida. Estaba a unos pasos de distancia de llegar completamente a su lado cuando de repente giró su cara y me vio; clavó sus ojos en los míos tan penetrantes y azules como recordaba, no podía apartar la vista de él. Cuando quise darme cuenta los dos avanzábamos el uno hacia el otro, espero que me recuerde aunque creo que por la forma que me miró si lo hace.

Cuando llegamos el uno frente al otro me miró fijamente de arriba abajo y su mirada quedó fija en mi tripa, mi abultada y tremenda barriga. Yo no sabía que decir así que espere a que él dijera algo.

- Hola Merce - se acordaba de mi nombre.

- Hola Roberto

- Veo que...estás...ya sabes... - me dijo, pero estaba tan cohibido a decir esa palabra que no fue capaz.

- Sí, estoy embarazada. Y antes de que digas nada dejame aclararte todo el tema por favor. Recuerdas la noche en la que nos conocimos, esa noche cuando nos acostamos no usaste condón, y así dos meses después me enteré de que estaba embarazada, ahora que lo sabes todo entenderé si quieres irte y no saber nada del bebé o si quieres quedarte para saber de el pero nada más. - tras contarle toda la historia sentí que me quitaba un peso de encima ya que ahora que el sabía todo la pelota estaba en su tejado.

- ¡Wow! Es mucha información así de repente. Pero osea voy a ser padre - dijo con una risa nerviosa
esa criaturita que llevas dentro es mía, parte tanto tuya como mía, es muy...wow. ¿De cuantos meses estas? ¿Ya sabes que será? ¿Ya compraste lo necesario para él o ella? Creo que estoy hablando demasiado, pero es decir, voy a ser padre. - y tras decir eso se agachó a la altura de mi tripa susurrando no se que cosas porque desconecte procesando toda la información en mi cabeza.

Mi bebe iba a tener a su padre cerca, parecía ilusionado, y mi pequeño iba a tener el ejemplo paterno que yo tuve de pequeña. Cuando volví en sí me di cuenta de que los dos nos habíamos quedado mirándonos mutuamente el uno al otro, sin ninguna palabra de por medio hasta que hizo lo que menos me esperaba en este momento: me besó. Me besó lenta y dulcemente como saboreandolo, sus labios eran igual a como los recordaba dulces y suaves encajaban perfectamente con los míos. No nos separamos hasta que sentimos que nos faltaba el aire y nos fue necesario respirar, quedamos frente con frente y me susurro su decisión tan bajo que creí que había sido mi imaginación.

- Cuidaré de ese bebé contigo, porque es responsabilidad tanto tuya como mía.

Vidas entrelazadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora