Capítulo 17

38 2 0
                                    

Lo que a mi me parecieron horas, fueron sólo minutos cuándo escuché mi nombre. Me levanté rápidamente dirección a la consulta. No podía negar que parte de mi estaba consumida por los nervios, pero otra parte estaba totalmente ilusionada por volver a ver a mi bebé aunque fuera solo a través de una pantalla; saludamos a la doctora y ella amablemente me pidió que me sentara en la camilla y levantara mi camiseta. Me quedé mirando a Robert por un momento intentando descifrar lo que pasaba por su cabeza ahora mismo, sus ojos demostraban la emoción que sentía en este momento y no pude evitar sonreír. Cuando sentí el frío gel en mi barriga cerré los ojos por un momento y le di la mano a Robert antes de volver a guiarlos hacia la pantalla.

La doctora nos enseñó a nuestro bebé desde esa pequeña pantalla, nos explicó que todo estaba bien y que por ahora no habría ninguna complicación. Escuchar sus latidos fue una de las experiencias más increíbles que había vivido nunca, todavía no era del todo consciente que una vida estaba creciendo día tras día dentro de mí, pero esta visita me hizo darme cuenta más aún de que mi vida a partir de su nacimiento sería un camino compartido hasta el día de mi muerte, nunca dejaría que nada ni nadie le hiciera daño si yo podía evitarlo; daría mi vida si fuese necesario. Le pedimos a la doctora varias copias de la ecografía ya que seguramente toda la familia, incluida Sam, no dejarían de insistir hasta tener una. Salimos muy contentos de la consulta y nos dirigimos a casa porque necesitaba ducharme y descansar un poco, tenía los pies más hinchados que una sandía. Y casi como si tuviera una bola de cristal, Sam me llamó nada más entrar por la puerta de mi habitación.

Ya me estás contando absolutamente todo sobre cómo ha ido la revisión y espero que no se te haya olvidado mi ecografía, porque sino me voy a enfadar mucho mucho

— Tranquila fiera, acabo de llegar, dame dos minutos para cambiarme y te cuento todo

— Por cierto, buenas tardes para ti también eh – le dije antes de que me bombardeara a preguntas.

Sí si déjate de formalidades y ve al grano

— Pues antes de nada todo está bien, sigue creciendo sin problemas y por supuesto que pedí tu ecografía y la de todos. ¿Acaso lo dudabas?

Por algo eres mi favorita - dijo lanzándome un beso a través del teléfono

Pelota - dije rodando los ojos con una sonrisa - oye ¿Qué te parece si quedamos mañana y así te doy tu copia de la ecografía?

Por mi perfecto; mañana me paso por tu casa a las siete si te parece bien

Genial, hasta mañana pesadilla - me despedí mandándole un beso.

Me estaba muriendo de hambre así que bajé a prepararme algo de cenar a la cocina, se me antojó una rica ensalada césar así que me la preparé en un pis pas. Fui al salón para preguntarle a Robert si quería que le preparara algo de cenar también pero me lo encontré tan tiernamente dormido en el sofá que me dio pena despertarle; me comí mi ensalada sentada a su lado echándole pequeñas miradas de reojo de vez en cuando y cuando terminé llevé mi plato al fregadero. Aunque me costara la idea tuve que despertarle para que se fuera a su cama, pero ya que estaba no iba a desaprovechar esta oportunidad y decidí despertarle maliciosamente, seguramente esta se la iba a cobrar pero me arriesgaré, además no puedes meterte con una embarazada verdad. Cogí el mando de la tele, busqué alguna película ruidosa y para mi buena suerte estaban dando una de guerra ahora mismo, me preparé para elegir el momento oportuno y así de repente subí el volumen todo lo que pude. Los vecinos iban a querer matarme, pero era por una buena causa. Del salto que pegó del sofá casi pasa al piso de arriba y yo mientras no podía parar de reírme, tanto que me dolía la cara. Me lanzó una mirada que me hubiera enterrado diez metros bajo tierra...pero al poco tiempo no pudimos evitar la risa y nos largamos a reír como dos locos.

Me encantan estos pequeños momentos donde me olvido de todas las preocupaciones externas y solo me preocupo de disfrutar. Cada vez queda menos para el parto y aunque ya tengo ganas de tener en brazos a este pequeñín una parte de mi todavía sigue teniendo miedo a fallarle y no ser la madre que se merece; en estos próximos días tenemos que empezar a decidir posibles nombres y espero que nos pongamos de acuerdo en alguno porque tengo que reconocer soy un poco bastante cabezota. Digamos que mis favoritos ahora mismo serían Emma para niña y Samuel para niño; algo menos de dos meses y ya estaría aquí con nosotros.

Tras despertarle cada uno nos fuimos a nuestra habitación hasta la mañana siguiente. Él fue el primero en despertarse y preparó un desayuno bastante apetitoso; después de desayunar me vestí con un vestido largo de hombro descubierto y de un color marrón y así decidimos salir a dar un paseo. Estuvimos andando un cierto rato hasta que dimos con un parque donde nunca habíamos estado, era precioso: tenía unos jardines verdes y brillantes, un área de juegos, un pequeño lago a su izquierda con un puente que lo cruzaba de lado a lado y también una bonita fuente que parecía antigua pero muy bien conservada. Nos sentamos en uno de los bancos cercanos al lago y admiramos por un rato la belleza del parque mientras conversabamos de cosas banales.

Cuando llegó la hora de comer, volvimos a casa y pedimos una pizza y un helado de turrón, creo que mis antojos todavía andan vagando por ahí...como esta tarde venía Sam quería estar descansada, así que decidí echarme una siesta para recargar pilas al cien por cien. Me levanté a las seis y me puse a recoger un poco para hacer tiempo hasta que llegara, mientras tanto Robert fue a comprar algunas cosas que faltaban para el cuarto del bebé y a las siete en punto ahí estaba mi querida amiga llamando a la puerta, como siempre ella tan puntual.

Hola futura mamaíta – dijo dándome un gran abrazo aunque cuidadoso.

— Hola futura tía

Levantó una bolsa frente a mis ojos y ya con solo leer el nombre de la tienda me imaginaba lo que sería.

¿Vas a empezar a consentir al bebé ya desde antes de que nazca? – le pregunté con una sonrisa.

Lo siento, pero voy a mimar a mi sobri todo lo que pueda y más. Seré su tía favorita

Tampoco es que sea demasiado difícil quererte – puede que la peloteara un poco pero la verdad es que hablaba muy sinceramente.

Siendo sincera agradezco muchísimo el haberla tenido a mi lado todos estos años, ha sido otro de mis pilares en mi día a día. No voy a negar que hemos tenido alguna que otra riña a lo largo de estos años pero siempre hemos conseguido solucionarlo fuera cual fuese el problema; ella tiene la locura que a mi me falta algunas veces y viceversa. Hemos pasado por tantas situaciones juntas que ahora mismo no me imagino pasando todo el embarazo sin ella. Abrí el regalo y me encontré un body con una frase que decía "la tía ama a este bebé", como no me iba a esperar algo así de ella.

Le agradecí el regalo con un enorme abrazo y después de eso nos fuimos a la cocina para tomar algo mientras seguíamos hablando de todo un poco; al rato me pareció oír la puerta abrirse, Robert ya había vuelto

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Le agradecí el regalo con un enorme abrazo y después de eso nos fuimos a la cocina para tomar algo mientras seguíamos hablando de todo un poco; al rato me pareció oír la puerta abrirse, Robert ya había vuelto.

Vidas entrelazadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora