CAPITULO 3

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Era una noche fresca y muy hermosa; Harry estaba recostado sobre la puerta de su auto esperando a Louis. Traía puesto un traje negro muy elegante, ideal para una cita.

Habían quedado en ir a cenar, solo como dos "amigos". El rizado observaba desesperadamente la hora en su celular, Louis aun no bajaba. Se dispuso ir a buscarlo, pero luego de dar unos cuantos pasos, se quedó estático al ver tanta belleza frente a él.

Louis se veía realmente sexi; llevaba puesto unos zapatos grises, un pantalón negro muy ajustado a sus piernas y que por detrás marcaban su perfecto y gran trasero, una chaqueta negra que remarcaba su pequeña cintura y por debajo de ésta una camisa blanca.

—Te ves muy guapo —Elogió Harry, el castaño se sonrojo.

—Gracias —Dijo con una gran sonrisa.

Harry como todo "caballero" le abrió la puerta del auto, ya cuando éste iba a entrar, alguien lo llamo.

— ¡LOUIS! —Un chico rubio corría hacia él.

—Marshall, ¿Estas bien? —Pregunto algo preocupado una vez que el rubio estaba parado frente a él.

—Eh... si —Respondió agitadamente.

—Louis, disculpa que te haya detenido pero solo quería avisarte que mañana no podre trabajar contigo... en el proyecto de la clase de Psicología.

— ¿Y eso, porque? ¿A caso me dejaras todo el trabajo a mí?

—No, Louis no pienses eso. —Contesto rápidamente- Lo que pasa es que mi madre está muy enferma y mañana tiene cita con el doctor. Y ya que el proyecto lo tenemos que presentar hasta entre dos días...

—Está bien, Marshall, —Louis entendió- no te preocupes.

El rubio le dio un fuerte abrazo al ojiazul, esto provoco furia y celos de Harry que por dentro quería matar a ese chico; apártalo de Louis y romperle la nariz contra el asfalto. Estaba tan sumergido en sus pensamientos que no se percató que el chico ya se había marchado y Louis le estaba hablando.

—Harry...

—Tierra llamando a Harry.. —Dijo Louis haciéndole un gesto con las manos.

—¿Qué?

—¿Nos vamos? —Dijo el ojiazul entrando al auto.

—Oh, sí claro —Respondió con una falsa sonrisa mientras cerraba la puerta y se dirigía al asiento piloto.


Durante el camino el rizado conducía en silencio, su rostro no reflejaba ningún tipo de emoción a lo que Louis le pareció extraño, ya que Harry la mayor parte del tiempo sonreía.

—¿Te pasa algo? —Pregunto Louis.

—No.

—¿Hice algo malo? —Volvió a preguntar.

—No.

—Entonces ¿por qué no hablas?

El rizado no respondió.

Louis comenzaba a desesperarse, desconocía el motivo por el cual Harry estaba así: serio, distante.

—¿Sabes? Si, vas a estar así toda la noche, es mejor que me dejes en la esquina, tomare un taxi y....

—Volveré a los dormitorios —Dijo Louis muy molesto cruzándose de brazos.

Harry detuvo el auto, apretó con fuerza el volante y, le lanzo una mirada llena de enojo al castaño.

MORIR DE AMOR [LARRY STYLINSON]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora