𝟐𝟑 ⎟𝐁𝐲 𝐲𝐨𝐮𝐫 𝐬𝐢𝐝𝐞

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23.  A tu lado




Después de unos días de reposo bajo las claras advertencias de Clarke, Kalea finalmente pudo levantarse de la cama. Al dar sus primeros pasos fuera de la tienda se estiró lentamente, sintiendo cómo sus músculos, todavía agarrotados, protestaban antes de ceder. El crujir de sus articulaciones le provocó una mezcla de alivio y una punzada de incomodidad. 

A su alrededor, el campamento bullía con actividad. El sonido de las herramientas golpeando madera, las risas ahogadas y el murmullo de conversaciones apenas audibles llenaban el aire. Sin embargo, ninguna de esas voces era la que deseaba escuchar.

El sentimiento de soledad que la había acompañado esos días de reposo seguía ahí, como una sombra persistente. Era una especie de vacío que ni el frío ni el bullicio podían llenar.

Bellamy no se había dignado a visitarla. Ni una sola vez.

Por más que intentara ignorarlo, ese hecho le pesaba más de lo que le gustaría admitir. Quizás había estado ocupándose de cosas más importantes, se decía a sí misma, pero no podía evitar que su mente la traicionara con pensamientos más amargos. ¿Acaso estaba molesto con ella? ¿O simplemente no le importaba?

⎯Bell acaba de irse —anunció Octavia mientras se acercaba con pasos decididos. Kalea levantó la mirada, sus mejillas todavía enrojecidas al escuchar su nombre ⎯. Sé que lo estabas buscando —añadió Octavia con una sonrisa que no llegó a sus ojos, desvaneciéndose en una mueca  ⎯. Quizás tengas mejor suerte. Ha estado evitando a todos últimamente.

Kalea frunció el ceño, su pecho encogiéndose ante las palabras de Octavia.

⎯¿Sabes a dónde ha ido? —preguntó, su voz teñida de una mezcla de urgencia y ansiedad.

⎯No lo sé. Salió por la puerta principal hace poco —respondió Octavia, cruzándose de brazos ⎯. No debe estar muy lejos.

Con un rápido asentimiento, se giró y comenzó a caminar hacia la salida del campamento. A unos cuantos metros alcanzó a divisar una silueta familiar, la melena rizada de Bellamy moviéndose entre los arbustos, alejándose con cada segundo.

Kalea apresuró el paso, sintiendo cómo cada músculo en su cuerpo protestaba, recordándole los días de reposo forzado. Su cuerpo estaba pesado, cansado, pero algo en su interior le gritaba que no se detuviera, que no lo dejara ir.

⎯¡Bellamy, espera! —exclamó sosteniéndose de un tronco tratando de recuperar el aliento.

⎯Deberías estar tomándote con calma tu recuperación —dijo, la preocupación ocultándose tras un tono que, aunque suave, intentaba ser autoritario.

INEFABLE | Temporada 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora