La hija de Satán

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Me levanté de golpe, la alarma no dejaba de timbrar y si antes estaba de mal humor, Ahora mucho peor; la noche anterior fue un verdadero desastre y no de esos desastres que naturalmente me suceden, este de verdad, de verdad fue un asco.

Bufe y fui al baño, como pude me desvesti, El olor a tabaco aún estaba por todo mi pelo.

Cerré los ojos con fuerza y metí mi cuerpo bajo la ducha, El agua salía caliente haciéndome suspirar, necesitaba tranquilizarme.

"Oh vamos Dylan, yo se que tu también me deseas"

Las palabras de esa palo seco se repetían en mi mente, y tenía que haberle arrancado todo en ese momento, Si no fuera por Teddy lo hubiera hecho, la detestaba.

Las imágenes de ellos dos en un pasillo oscuro escondidos de todos, en la casa de Gary, estaban tatuadas a mi mente.

-Acabó de terminar con Tracy, no creo que sea buena idea

-Ella no supo darte lo que necesitabas-se acerco a su oido, aún con su mano jugueteando con el cuello de su remera, se relamio los labios -Estoy segura que yo puedo sacarte de ese celibato en el que te puso esa niña por dos años

Grité, abrí los ojos aún con las lágrimas mezclandose entre el agua caliente y la crema para cabello.

Y el beso final...

Quería arrancarle los pelos a esa pelirroja, pero no lo hice, por que no soy de armar escándalos, por que quizá tenía razón, enganche a Dylan en una relación donde se seguían mis reglas y el dejó de lado sus deseos, pero por sobre todo no le arranqué los pelos porque Teddy llegó antes de que la sorpresa pasará y diera luz a mis nervios, Ahora me arrepentia de haberlos dejado, quizá se revolcaron, Que digo, seguro que terminaron la fiesta en otro lado.

Salí del baño y en vez de relajarme salí más estresada que antes.

-Si sigues arrugando la frente te vas a poner más fea

Nathan, mi hermano mellizo, deportista, mujeriego, con el auto deportivo negro y el pelo castaño claro, era todo lo contrario a mi, aunque físicamente nos parecíamos, las actitudes nos definían en diferentes grupos sociales, mientras yo podía pasarme un día entero en la biblioteca el no podia quedarse en un mismo lugar ni quince minutos, el era activo, social y encantador con las personas, mientras yo me sentía mejor sola, No es que no tuviera amigos, solo que el estar sola no me incomodaba.

-Puedes dejar de fastidiar? Me duele la cabeza

Su mirada cambio del hermano insoportable al hermano preocupado, Y no se cual de ambos me iba a fastidiar más.

-Tomaste mucho anoche?

- No, lo sabrías si es que la mayor parte de la noche no hubieras tenido la lengua de Jenny en la garganta

-Jenny? Acaso no se llamaba Hansel?

-Grr cuando vas a dejar de exparcir saliva por todo San Francisco?

-No me cambies de tema, Que paso anoche que volviste antes?

Mire para otro lado, y sentí como la bilis subía de vuelta, si tenía por un minuto más esa imagen en mi cabeza iba vomitar.

-Nada, sólo me dolía la cabeza-lo mire con la advertencia de cero preguntas a la cual el solo gruño.

-Eres imposible-salió de mi habitación y una vez más quedé sola.

El timbre de mi celular empezó a sonar con la música de Avril Lavigne, lo tomé y al instante escuché la voz de Kat.

-No puedo creerlo, En verdad el imbécil se atrevió a meterse con la hija de Satán?

Hice una mueca.

-Aham, tal parece

-Quieres un café?

Sonreí, ella tampoco la estaba pasando muy bien, Kat siempre era amable y alegre a pesar de estar triste ella siempre hacia lo que fuera para verte bien, su novio Brandon se fue de la ciudad hace tres semanas y aunque hablaban constantemente según ella hace una semana no es lo mismo.

-Me vendría bien, gracias Kat

-Tranquila con las chicas veremos la forma de que esos dos paguen.

Reí, y si lo sabía, ni Kat, ni las demás dejarían que Dylan viva tranquilo y menos con Olivia Kim.

Salí corriendo por a la escaleras, no necesitaba encontrarme con mis Padres y menos con Nathan, las cosas con Dylan eran tan recientes que aún no le había dicho nada a mis Padres, ellos no lo querían, y no quería escuchar el te lo dije que por cada equivocación de el en estos dos años venía escuchando, con el tiempo aprendí a no decir o mostrar nada.

Y aunque Nathan lo sabía respeto mi idea de que al cumplir un mes les iba a decir que oficialmente ya no tenía nada con Dylan, En el fondo estaba dando ese tiempo a ver si no volvía, pero lo conocía el nunca daba marcha atrás cuando tomaba una decisión y odiaba que su decisión ahora sea Olivia.

Llegué al café en 15 min, y encontré a Kat afuera ya con dos vasos en la mano.

-No vamos a entrar?

-No, el tiempo esta bueno para caminar afuera no crees? -sonrió nerviosa

La mire y al instante supe que algo no iba bien, desvíe la mirada dentro del local, y vi una cabeza que podía reconocer a kilómetros y estaba pegada a una pelirroja mientras sus manos se perdían en ese cabello que tantas veces despeine, quería gritar, pero antes que nada iba a encargarme de que Dylan Kleiton se arrepienta de haberme dejado.

The destroyerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora