-¿Qué? ¿Qué me harás? -pregunté mirándola totalmente confundida y con miedo. A ella hay que temerle.
Mis ojos se abrieron desmesuradamente, cuando de su estuche de maquillaje sacó un pinza para sacar las cejas, tragué en seco al ver sus intenciones.
-Espera, espera, espera. -la detuve mirándola horrorizada y ella enarcó una de sus cejas esperando que hablara. -¿Qué locura harás conmigo? -fruncí el ceño.
-Te voy a depilar las cejas. -Dijo como si fuera lo más obvio del mundo. -Es que pareces un hombre con esa uniceja, de verás, no miento. -dijo divertida ganándose una fulminante mirada de mi parte. -No dolerá, en serio. -asentí no muy convencida.
Tomó un pequeño vello de mi ceja y lo arrancó sin piedad. De mi garganta salió un grito de dolor y mis ojos se cristalizaron, mientras ella solo reía.
Luego de media dolorosa hora arreglando mis cejas, estaba al fin lista y libre del infierno que estaba viviendo, me miré en el espejo y no pude creer lo que estaba viendo.
-¿Qué demonios? Mis cejas. -murmuré detallando cada parte de mis cejas. -ahora están... ¡Delgadas! -la verdad es que no me veía tan mal, me veía un poco más... ¿femenina? Podría acostumbrarme, pero en este momento solo me veía rara.
-Quedaste de impacto, muñeca, los sorprenderás a todos. Y esto es solo el comienzo de una gran transformación. -levantó una de sus cejas, la miré y negué con mi cabeza.
-¡Oh, Dios! te odio tanto. -grité frustrada.
-Lo sé. Ya me tengo que ir. -caminó hasta la puerta de mi habitación y se fue no sin antes guiñarme un ojo.
Mi amiga sí que está loca, pero así la quería, me levanté de mi cama para ver de nuevo el vestido muy detalladamente, era la primera vez que gastaba tanto dinero solo en un vestido que quizá utilizaría una vez.
-Quizá este cambio tenga buenas consecuencias después de todo. -sonreí maliciosa sin apartar la mirada del vestido rojo.
.
.Llegué a mi casillero con el peor de los ánimos, ni siquiera tenía ganas de venir a la preparatoria, no después de una semana en la que Sophie se encargaba de tratarme como si fuera su muñeca, con su estúpida transformación que sabía que no traería nada bueno, mañana era la tan esperada fiesta y ya estaba estresada.
-¿Cómo te preparas para mañana? -preguntó Sophie a mi lado, levantando sus cejas una y otra vez, puse mis ojos en blanco a la vez que respiré profundo, calmando mis ganas de pegarle en la frente.
-¿Qué cómo me preparo? Esa pregunta debería hacertela yo a ti ¿Cómo me preparas? Soph. -ella rió mientras me lanzaba una mala mirada. -Por suerte nadie ha notado aún mis cejas por mis anteojos.
El timbre sonó por todo el lugar, indicando que empezó la primera clase, a paso rapido nos dirigimos al salón en donde estaban todos nuestros compañeros, no les presté mucha atención a su desorden porque hablaba muy entretenida con Soph mientras llegaba la profesora de ciencias.
-¿Y? ¿qué te dijo Joseph? -dijo con complicidad tocando mi muñeca, mis mejillas se incendiaron de sólo pensar en su invitación a la fiesta y sabía que mi alocada amiga tenía mucho que ver al respecto.
-Iré con él a la fiesta. -hice una pausa para mirarla a los ojos. -Claro que también contigo. -sonreí.
Justo en ese momento llegó Austin, tomándonos por sorpresa y arruinando la paz que había conseguido los últimos minutos.
-Hola rata de biblioteca. -mi vista se nubló cuando me quitó mis gafas, sentí mis mejillas ardiendo de la rabia que sentía.
-Devuelveme mis gafas. -dije entre dientes furiosa, ya me estaba levantando para acercarme a él y darle un puñetazo en su rostro.
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Enamorado De La Nerd
Novela JuvenilJulieth Salvatore, una chica de diecisiete años, cursa su último año en una preparatoria de Los Ángeles, California. Es atormentada por casi todos los populares pero más por una persona que odia y que le ha hecho la vida imposible, Austin Evans el t...