Dirección

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<¿A dónde iré? Mi Norte, no la sé. ¿Es que acaso debo al Norte? ¿Por qué no a un Sur o a la dirección que desee?>. Miré la brújula que traía y ella forrada estaba de las "N", un Norte. <¡¿Por qué al Norte?! ¡¿Por qué un Norte?!> Con enfurecimiento corrí entonces hacia delante y me dije: <Voy al Norte... ¿Qué hago? Voy al Norte, no quiero.> Cambie y me dije: <Iré a la derecha; sigo al Norte. Okey, ahora a la izquierda. No, mejor a la derecha y rápido a la izquierda.> Pero por mas zigzags que hacía, iba hacia delante, mi cuerpo siempre que corría hacia delante, corría hacia un Norte. Entonces, me di vuelta hacia atrás y corrí pero mi cuerpo seguía mirando hacia delante. Entonces, iba a un Norte. <¡Argh, que no quiero ir al Norte!> y se me ocurrió la brillante idea de caminar hacia otra dirección de otra manera: Caminaba de espaldas, hacia atrás. <¡Perfecto!> Sin pausa y sin enojo, todo fluía. Era mi ruta... mi alegría.

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