Casa a las afueras.

106 19 1
                                    

Taehyung despertó completamente desorientado. Ese no era su cuarto, y de eso se dio cuenta rápidamente cuando vio las paredes de aquella habitación pintadas de blanco. Las mantas de la cama eran de color negro, incluyendo la almohada. Taehyung estaba tapado con una de las mantas hasta menos del pecho; sus muñecas estaban vendadas y su muela comenzaba a doler.

Entonces se levantó de la cama, pero cuando se sentó en ella, una voz detrás de su espalda lo hizo voltear.

—Creí que despertarías hasta mañana. Te notabas demasiado cómodo durmiendo. ¿Te duele algo? —era JungKook.

Su cuerpo comenzó a temblar y sus ojos se llenaron de lágrimas; retuvo un sollozo cuando JungKook sonrió burlón hacia él. El pelinegro se acercó a él con pasos lentos y Taehyung retrocedió con miedo.

—Te pregunté algo, Taehyung —le dijo en un tono escalofriante.

Taehyung se recargó en la pared de la habitación, deslizándose en ella hasta que quedó sentado en la esquina de la habitación. JungKook se acercó a Taehyung y lo tomó de los cabellos, alzando su rostro y haciendo que lo mirara a los ojos.

—¿No vas a responder, Taehyungie? Créeme que no quieres saber qué es lo que te pasará si no respondes. ¡Responde! ¿Te duele algo?

Taehyung asintió asustado y JungKook sonrió satisfecho con la respuesta. Se agachó a la altura del menor y lo tomó por debajo de los brazos, obligándolo a que enrollara los brazos alrededor de su cuello. Se dirigió directamente a la cama, donde se sentó y hizo que Taehyung se sentara en su regazo.

Sentía el cuerpo de Taehyung temblar sobre el suyo, los pequeños espasmos que tenía su cuerpo al estar llorando por el miedo y la incomodidad que tenía el mismo. JungKook llevó su mano a la cintura del menor; este mismo se tensó considerablemente sobre el mayor, quién soltó una pequeña carcajada que logró erizarle la piel.

—¿Sabes por qué estás aquí? —preguntó.

—N-No.

—Bien, me gusta que respondas —alabó—. Estás aquí porque no soportaste ver un maldito asesinato frente a ti. Si hubieras soportado ver todo sin desmayarte o vomitar, te hubiera dejado ir. Pero debes aprender algo: las personas débiles no sobreviven allá afuera. Necesitas ser fuerte y poder saber defenderte de todo lo que te rodea.

—Eso es absurdo. No puedes hacerme fuerte viendo un maldito asesinato —dijo entre lágrimas—. Eso es completamente tonto.

—Realmente no es por eso. Tienes algo tan malditamente cautivador para mí, algo en ti es magnífico. Tienes un brillo especial en los ojos, uno que me gustaría sacar de ahí. Odio las cosas bonitas de la vida, odio a las personas que parecen siempre estar felices, parecen que no tienen problema alguno y siempre andan estupendas. Si por mí fuera, te hubiera arrancado esos ojos tan preciosos que odio con la vida, pero de haber hecho eso, no podría perturbarte con las cosas que quiero mostrarte.

Mientras JungKook le susurraba aquellas palabras en el oído en un tono perturbador, dejó un beso en la frente del menor, quien se estremeció ante el contacto cálido de los labios rojizos del mayor.

—Quiero corromperte tan mal, pequeño pecado —y JungKook pudo ver la expresión de horror que puso el menor ante tales cosas—. Pero no pienses otra cosa, no sería capaz de hacer algo así. No soy ese tipo de loco psicópata trastornado. Solo quiero meterme tanto en tu cabeza que no puedas estar sin sentir esa sensación de pánico al verme, que donde quiera que vayas me veas y que incluso la sola mención de mi nombre te haga temblar de miedo.

Después de un largo silencio, donde el menor estuvo sumido en demasiados pensamientos sobre lo que el mayor le haría al tenerlo con él, fue sacado de sus pensamientos cuando la voz del mayor le dijo algo que lo dejó helado.

—¿Esa voz que te despierta por las mañanas, te deja tranquilo, Taehyungie?

Aquello le heló la sangre al menor. ¿Cómo carajos sabía JungKook la existencia de esa voz en su cabeza?

—¿C-Cómo sabes eso, JungKook?

—Oh, es bastante sencillo de hecho. Siempre fui yo susurrándote cosas al oído, el causante de tus pesadillas. Siempre fui yo. Te preguntaba cosas mientras dormías. Dicen que eso hace que las personas se transtornen con el tiempo y eso es justo lo que quiero hacer contigo.

JungKook llevó su mano al rostro del menor, dándole una caricia en la mejilla hinchada del menor, quien sintió aquella caricia como lo más cercano a la muerte.

—¿Por qué me trajiste aquí?

—Ah, eso. Realmente te traje aquí por varias razones, pero no te diré cuáles son. Ahora, levántate de mi regazo y camina a la puerta.

Taehyung tenía un plan que creyó en minutos, el cual consistía en simplemente inmovilizar al mayor, pero no contó que al levantarse sintiera algo frío en su espalda.

—Se lo que esa cabeza loca estaba planeando, Taehyung. Más te vale no hacerle caso a ni uno de tus malditos pensamientos, porque te juro que terminarás lleno de agujeros en el cuerpo y siendo devorado por los malditos perros de Soyeon. ¡Camina!

Taehyung pegó un brinco ante el grito y, haciendo caso al mayor, caminó. El objeto que tenía en la espalda era nada más y nada menos que una pistola. Joder, que sentía a JungKook presionar el arma en su espalda baja y jugar con el gatillo, asustándolo en sobremanera.

Cuando el menor salió y detrás de él lo hizo JungKook, esperaba ver al menos la casa desordenada, pero no fue así. Al contrario, todo estaba bastante ordenado y por las ventanas transparentes se filtraba la luz del día, parecían ser las siete de la mañana. Lo que su olfato logró captar fue un olor fuerte a sangre seca. Eso sin duda lo asustó. Entonces, cuando llegaron a la cocina, Taehyung notó que había pequeñas manchas rojas en las paredes.

—Disculpa que todo esté sucio. Pero no venía aquí desde hace tres días —el mayor miro hacia una habitación apartada y que está al final del pasillo, para después gritar—: ¡Jeon na-yeon! ¡Ven aquí!

De la habitación salió una joven de aproximadamente veintitrés años. Era delgada, alta, cabello largo y lacio. Era hermosa, pero eso lo paso por alto Taehyung, él quería largarse de ahí. No quería lidiar con otra persona.

—¡Hermanito! —grito feliz. La chica se acercó al mayor y lo abrazo, cosa que hizo que Jeon se tensara. Odiaba los abrazos con la vida. No le gustaba el contacto.

—¿Puedes quitarte? Sabes que me incomodan los abrazos.

La chica volteo detrás del mayor, viendo al chico detrás de él con curiosidad.

—¿Quién es él? ¿Nueva comida? —pregunto.

—Maldita sea, na-yeon, cállate la jeta de una vez. No te debe de importar quien es este, solo harás lo que te diga y punto. Quiero que mantengas vigilado a este pequeño pecado todo el día. Cura la herida de su muela y desinfecta las heridas que tiene en los brazos y uñas.

Y con eso, JungKook comenzó a caminar a la salida.

—Ah, también prepárale algo de la comida especial que nos gusta —hablo con un tono escalofriante, para después, voltear y ver a Taehyung directamente a los ojos y señalarlo—. Y a ti, más te vale no hacer nada en contra de esta idiota porque te irá mal, muy mal.

Y así, ambos castaños quedaron en completa soledad. Taehyung tenía las manos atadas con una cuerda resistente. No podía moverlas casi porque las muñecas las tenía lastimadas y sus uñas estaban dañadas demasiado.

—¡Bien! Vamos a cocinar algo, mejor dicho. Voy a cocinar algo y tú te quedas sentado.









Hello, perdón por no subir el capítulo cuando debía, pero no me daban las ideas con este capítulo, pero aquí está.

Recuerden votar y comentar, please. 🫶🏻

𝐒𝐓𝐑𝐀𝐍𝐆𝐄𝐑 𝐅𝐑𝐎𝐌 𝐇𝐄𝐋𝐋 𖤐Donde viven las historias. Descúbrelo ahora