Taehyung, un chico que acababa de mudarse a Seúl, Corea del Sur, se ve en la necesidad de buscar un departamento a bajo costo, ya que el sueldo que gana no es lo suficientemente bueno como para tener un departamento de lujo.
¿Qué pasaría si, mientra...
Sepan que no me gusta poner a un animalito muerto en los Au's o fanfics, pero así va la serie. 😞
-Ana.
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-¡Debe hacer algo ya! Mis gatos están desapareciendo y, cuando los encontramos, están despedazados en ese maldito callejón de la esquina. ¡Así empiezan los malditos psicópatas!
-Lo sé, señora, estamos haciendo todo lo posible. Pero en este caso, no nos corresponde investigar la muerte de un animal- respondió fríamente el policía.
Su compañera, Nayeon, se acercó a él y le arrebató el teléfono de las manos para responder ella misma. -No haga caso a las idioteces que escupe mi compañero, señorita. Nosotros iremos a revisar; solo díganos la dirección.
-¡Bien! Hasta que hay alguien que le importe su trabajo. Ya te lo digo, chica.
Dicho y hecho, diez minutos después, ambos policías iban en su patrulla.
-¿Dónde era la dirección que dijo la señora, Nayeon? -preguntó el policía.
-Mh, según el GPS, el lugar está a dos minutos. Lo que quiere decir que... Ya llegamos.
Ambos policías bajaron del carro y se dirigieron a la casa de la señora. Al tocar, una joven de al menos veintidós años salió a recibirlos.
-¿Ustedes son los policías que mi madre llamó, cierto? -preguntó la joven.
Los policías asintieron.
-Bien, síganme; es por aquí.
La joven los guió hasta el lado del callejón. Ahí, pudieron notar un horrible olor a muerto. Los policías taparon su nariz, arrugando el rostro en una mueca de asco.
Nayeon se colocó guantes y un cubrebocas, acercándose a aquella bolsa negra donde el inocente animal en estado de putrefacción estaba metido. Cuando lo destapó, notó que el animalito había sido cruelmente torturado.
Malditas personas que hacían eso, pero ella se iba a encargar de hacerlos pagar.
•••
Taehyung estaba sentado en la silla frente a la mesa donde solía comer. Desde el día en que el nuevo inquilino le hizo esas preguntas tan extrañas y casi lo besó, estuvo evitándolo e ignorándolo. Verdaderamente, lo que hizo JungKook lo asustó de manera horrible. Entonces estaba decidido: buscaría un lugar nuevo para vivir.
Terminando su comida, salió de la cocina caminando hacia su cuarto para quitarse el pijama y cambiarlo por ropa para salir. Era domingo, así que no trabajaría ese día. Cuando se disponía a abrir la puerta del cuarto, escuchó gemidos y jadeos salir de la habitación de uno de los inquilinos, y eso sin duda alguna le heló la sangre. ¿Qué carajos iba a hacer o decir? Se había quedado parado en medio del pasillo, completamente tieso y sorprendido.