Mini cortos BL

Acero y arena - Rock lee x Gaara -

Antes de comenzar, quiero dejar unos puntos claves en mi universo del omegaverse:

Omegaverse

En este universo, la sociedad se divide en Alfas, Betas y Omegas, cada uno con características únicas.

Alfas: Son dominantes, con feromonas fuertes y ojos dorados cuando las liberan. Pueden marcar a su pareja destinada con una mordida en el cuello.

Betas: Son neutrales, sin ciclos ni feromonas intensas. No necesitan marcar ni ser marcados. 

Omegas: Nacen con ambos aparatos reproductores, pero su útero solo se desarrolla al alcanzar la madurez, lo que activa su primer celo y la producción de feromonas más intensas.

Pareja Destinada y la Marca

Las parejas destinadas solo pueden percibir claramente las feromonas del otro. Un Alfa puede marcar a su Omega con una mordida, creando un vínculo permanente.

Nudo y Apareamiento

Durante la unión, el Alfa desarrolla un nudo que se hincha para asegurar la fertilización del Omega. Esto refuerza el vínculo y genera una fuerte conexión emocional.

Posición de los Alfas

Los Alfas suelen ocupar posiciones de liderazgo y pueden ser protectores, estratégicos o territoriales. Cuando sus feromonas se intensifican, sus ojos brillan en dorado, reflejando su estado emocional o instintivo.

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Los exámenes Chunin eran la cúspide del esfuerzo de todo joven ninja. Para Rock Lee, significaban la oportunidad de demostrar que el trabajo duro podía superar cualquier talento innato. Para Gaara, eran un simple trámite, otro paso hacia un destino incierto que nunca le había interesado del todo.

Cuando sus nombres fueron anunciados para pelear en la arena del Coliseo, los espectadores contuvieron el aliento. Un ninja sin ninjutsu contra un Jinchuriki implacable.

Desde el primer golpe, Lee demostró que no era un oponente común. Con la velocidad de un vendaval y la precisión de un espadachín, sus golpes se estrellaban contra la arena protectora de Gaara, fragmentándola poco a poco.

Gaara, inexpresivo como siempre, lo observaba con algo más que simple interés. Había algo extraño en la presencia de Lee. Un aroma. Un olor que jamás había percibido antes con tal claridad. Aun entre la multitud, entre el polvo y el sudor de la batalla, él solo podía distinguir a Lee.

Lee, por su parte, sentía que su mundo temblaba. Su cuerpo, que jamás había reaccionado a las feromonas de otros omegas, ardía con la proximidad de Gaara. Su corazón latía como nunca antes, no solo por la emoción del combate, sino por algo más profundo, más instintivo.

Cuando Lee abrió cinco de las Ocho Puertas, la arena se estremeció. Golpe tras golpe, Gaara era empujado al límite, su defensa desmoronándose poco a poco. Pero cuando la última patada lo estrelló contra el suelo, algo en su interior se removió con una intensidad desconocida.

Dolor.

Respeto.

Atracción.

Lee cayó segundos después, exhausto. El combate fue declarado a favor de Gaara, pero este no se movió de su lugar. Sus ojos se quedaron fijos en el alfa inconsciente. La voz de Baki llamándolo se volvió un eco lejano.

¿Por qué él? ¿Por qué su olor era tan claro?

Más tarde, cuando Gaara visitó la enfermería sin una razón aparente, encontró a Lee dormido, vendado de pies a cabeza. Un instinto primario lo empujó a acercarse. Quería... asegurarse de que estaba bien.