Capítulo I. Petra x Lectora

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"Escucha las voces que cobijan la realidad, ya sea ésta frívola, dolorosa u horrible, sigue siendo una realidad que tarde o temprano nos enseña algo, ya sea bueno... ya sea malo...".

"¿A qué me refiero? A que por algo nos envían aquellas voces, para guiarnos, para hacernos caer, para romper la barrera de nuestras dudas o quizás para destruir nuestros sueños, pero siempre para mostrarnos una enseñanza, para decirnos: Ahora, ¿qué harás?".

Nunca dejo de pensar en ello.
Sí.
Siempre intenté estar arraigada a esa idea, a ese pensamiento que en cada salida al exterior de los muros se hacía realidad: a la muerte de mis esperanzas que al poco tiempo revivían con las dulces y alentadoras palabras de las personas sobrevivientes. De aquellos seres humanos que me llenaron de vida en determinada parte del tiempo en el que creía no vivir éste tipo de presente.
El ciclo del disfrute, pérdida y reanimación en forma de círculo continúo repitiéndose durante años.
Pero hoy, esta noche que había logrado convertirse en una de las más heladas de la historia, no por el ambiente, no por el clima, sino por el remordimiento que en mi mente yacía.
Perdí a Petra, mi mejor amiga, casi la hermana que nunca tuve, y que escapó de mis manos unas horas atrás.
Su mirada vacía y directamente inquietante, la sangre, la escena, ¡la realidad! Todo era perturbador a cada instante que lo recordaba.
Erd Gin, Auruo Brossard, Gunter Shulz, Petra Ral... perdí a la mayoría de mis razones para seguir caminando por el arduo y espinoso camino que se dejaba mostrar frente a mis ojos, dolidos y exhaustos de ver tanta masacre.
"Lo siento...", rasguño y golpeo la pared con mi puño cerrado mientras dejo caer la frente en ella.
Las lágrimas recorren mis mejillas ya marcadas de tanto llorar.
Olvidé que todo está completamente oscuro. No hay luz de luna que se asome por mi ventana, ni vela que escupa la más mínima llama de fuego para tranquilizar el pensamiento de ésta situación.
"Si tan sólo... hubiese sido yo. Si tan sólo la hubiese salvado a ella, yo no quería que muriera, no así. Yo quería... que al menos tuviese la oportunidad de formar la familia que yo nunca pude formar, de ahogar la crueldad del vacío salvaje que nos azota con la ferocidad de ésta... esta realidad".
Petra... desde el fondo de mi corazón, te extraño.
A estas horas, estarías soportando mis vanas palabras de duda y temor a causa de lo poco que sé acerca de la verdadera naturaleza del ser humano. Estarías sonriéndome otra vez... como ayer... como hace dos días... como hace una semana... como hace un mes... como cada año desde que nos conocimos...
Te tomé uno de los más grandes aprecios que nunca pude haber sentido por alguien más, los tuve con Erd, con Gunter, con Auruo, incluso con el sargento Levi por más que detestara su insoportable comportamiento, pero a ti... a ti te entregué el corazón porque pensé que al fin y al cabo, había encontrado a mi verdadera familia, contigo y con los demás. Que tú serías quien me guiaría, quien me ayudara a sobrellevar la muerte de mis padres... Y lo hiciste, pero la tragedia decidió atravesarse, decidió acabar con la felicidad saltando dentro de mi ahora devastado y ensombrecido corazón.
Tus palabras...
"Tu puedes", esa motivación que me brindaste cuando más la necesitaba.
"Sonríe", ese antídoto en cada caída que daba.
"Creo en ti", la confianza.
-En verdad, no lo soporto... -lo he decidido-. La única forma para traer a un muerto, es dejar ir a un vivo...
Tomo la daga oculta en uno de los primeros cajones del armario.
La única forma de curar el dolor de la pérdida, es con el dolor del sacrificio.
-¿Qué habría ocurrido... si al menos tú hubieses continuado viviendo? -aprieto los ojos, cerrandolos en un desesperado intento por olvidarlo todo, pero es imposible, inevitable sufrimiento.
Sangre.
Todo es sangre y dolor.
Las gotas caen y se convierten en un caudal carmesí, mezclándose con la lluvia cristalina avanzando por los poros de mi rostro que terminan cayendo al suelo pintado de rojo.
El filo del arma continúa avanzando desde mi muñeca hasta el antebrazo lenta y tortuosamente.
Es entonces cuando abro los ojos. Hice lo que quería hacer. -Fue sólo la idea, sólo un pensamiento -murmuro.
Estoy con la espalda al suelo, acariciada por el pasto ensangrentado. No puedo moverme, cada hueso de mi cuerpo fue aplastado, si acaso, aún puedo ver un poco entre éstas nubes oscuras y aterradoras bloqueando la mayor parte de mi vista.
Petra no murió.
Todo este tiempo fui sólo yo, yo quien creyó que ella moriría, pero no.
Ahora estoy más tranquila, porque la salvé...
-¡(t/n)!
“¿Petra?”.
Ya no veo, no siento, sólo saboreo mi propia sangre, y escucho el horror en cada grito que desata.
Por favor, no vivas para mí, vive por mí.
-¡(t/n), no te mueras! -está asustada, espantada- ¡¿Por qué lo hiciste (t/n)?! ¡Debiste dejar que me matara a mí, no a ti! ¡No me dejes!
-Tonta -susurro con una media sonrisa en mis rostro, al final, estoy feliz-. Era yo quien en un principio dijo eso... Adiós...
A pesar de que por más que queramos morir para traer de vuelta a aquella persona que más amamos, otros, o incluso esa misma persona, lloraría nuestra pérdida, y pensaría y desearía los mismo que nosotros: ¿Por qué tú si pude haber sido yo?

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⏰ Última actualización: Jul 26, 2015 ⏰

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SnK: Personajes (Muertos) x Lectora Mi Verdadero DolorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora