Capítulo 1: Misma rutina

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Narra Rogue:

Me encontraba bastante aburrido en mi cama, esperando la alarma que prontamente sonaría. No quería ir hoy al trabajo, pero tampoco quería quedarme más tiempo recostado. Estaba, como nunca, impaciente por empezar el día, pero a la vez aburrido de lo monótono de mi vida. Y es que todo era igual.

Los lunes y los miércoles, tengo clases a primera hora de la mañana en la universidad, luego en la tarde, trabajo en una pastelería del centro. La paga es buena, y si tienes suerte te dejan degustar algo del menú, un par de veces me ha tocado probar alguno que otro trozo. Aunque prefiero lo salado, no me molesta comer algo dulce de vez en cuando. Siguiendo con mi horario, los martes y los jueves tengo clases en la tarde, así que voy al trabajo en la mañana. Sólo los viernes me dejo la tarde libre, pues el sábado trabajo todo el día, y a veces me toca cubrir los domingos.

Sobre mis compañeros, no me quejo. Soy el único chico a excepción del cocinero. Me encargo de atender las mesas junto con otras tres chicas. Son bastante amables, tiernas y algo ruidosas. Casi siempre te las puedes encontrar en su tiempo libre conversando sobre "novios" o "amigas" o ropa. En verdad no me importa lo que hagan, mientras no se las den en contra de mí, cosa que nunca ha pasado.

Sonó la alarma, devolviéndome a la realidad. Rápidamente la apagué y me levanté. Hoy estaba impaciente.

Mientras bajaba a la cocina por algo "decente" que desayunar, me quedé observando el desastre que había en mi casa. Vivo solo desde que mis padres fallecieron hace cinco años, y como trabajo y estudio, no tengo mucho tiempo para preocuparme en los quehaceres del hogar. Digo, con suerte me paso por el supermercado a comprar alimentos para sobrevivir. Vaya vida que llevo.

Observé la mesa, y me encontré con los restos de mi cena de antenoche. Aunque olía algo raro, era tanta la flojera y hambre que tenía en ese momento, que opté por comérmela. Estaba agria y amarga, así que solo tragué. Qué le iba a hacer, debía alimentarme.

Luego subí a darme una ducha, ignorando el mal sabor de boca que me había quedado. No demoré ni cinco minutos y ya estaba listo para vestirme. Tenía la intuición de que sería un largo día, así que escogí lo más cómodo y casual que tenía. Una polera manga corta ploma, debajo de una sudadera gris oscuro; pantalones negros y zapatillas rojas. Esta vestimenta era bastante normal si estábamos hablando de mí.

Como aún tenía algo de tiempo, arreglé todo lo que tenía que llevar para ese día en mi mochila, y revisé una y otra vez si no me faltaba nada. En verdad era como si estuviese nervioso, no lo entiendo.

Cuando tenía todo listo, tomé mi celular, mi dinero, mis llaves y mis audífonos y salí de la casa en dirección a la parada de auto bus. Me esperaba un largo camino, que acortaría con las canciones. Amo la música realmente me encanta. Para mí música es sinónimo de soledad y paz. Paz con el resto del mundo y paz conmigo mismo... aunque debo reconocer que mi música no es tan pacífica como se podría creer, es más, es todo lo contrario a lo que llaman "paz".

Llegué al local, como siempre muy puntual. Entré por la puerta de atrás y me encontré con el cocinero. Su nombre es Freed Justine, y en verdad tiene talento para la cocina. Aunque no lo conozco bien, puedo decir que es muy buen tipo, amable y educado, aunque sé que esconde algo, me pregunto qué será. Saludé a Freed y pasé a los camerinos a cambiarme. Me gusta llegar temprano, pues así no tengo que estar esperando a que las chicas terminen de arreglarse. Una vez lo hice y sentí que habían transcurrido horas y ellas aún no salían. Fue un momento bastante estresante.

Sinceramente me gusta como me queda el traje de mesero, es elegante y sofisticado, algo que no va mucho conmigo, pero que me hace sentir importante.

De repente sentí la puerta de atrás abriéndose, y unas voces femeninas que se iban acercando. Las chicas habían llegado. Rápidamente salí del vestidor y fui a abrir la puerta principal, para señalar que ya estábamos atendiendo. Me quedé en shock al notar tan temprano y puntual, la presencia de un chico rubio tras la puerta.

-Disculpa -me dijo -¿habrá alguna vacante? Necesito empleo.

Iluminando una sombra [A long history of love] (Sting x Rogue)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora