Capítulo 3: De mal en peor

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-¡Oye! -escuché que alguien me gritaba, sus pasos se oían cada vez más cerca, pero no podía verlo.

Sentí una mano en mi espalda.

-¿Estás bien?- definitivamente, era Sting quien me hablaba. Quise voltear a verle, pero al girar, sentí un dolor punzante en mi estómago que me puso amarga la boca y me obligó a continuar en mi martirio.

-Tranquilo -dijo en voz baja mientras se arrodillaba a mi lado y sobaba mi espalda de forma circular -¿quieres que llame a..?

-¡No! -dije en cuanto escuché esa palabra. -Me siento mejor, sólo... -suspiré buscando alguna excusa - tal vez fue que no tomé desayuno - mentí... aunque pensándolo bien quizás fue esa cosa rara que comí que me descompensó por completo. Nota mental, no volver a comer sobras de dos días atrás si no han sido guardadas correctamente.

Para que me creyeran, me levanté (no sé como) y me reincorporé sonriéndole al rubio quien se había preocupado tanto por mí.

-Estoy bien -reiteré, cruzando los dedos para que no se diera cuenta de que me temblaban las piernas.

Cuando me fijé en su cara, ésta demostraba un enojo antinatural que no había visto antes.

-¡¿Cómo se te ocurre no tomar desayuno?! -me gritó mientras me tomaba de los hombros.

-Es que... iba tarde y... -quise continuar, pero fui interrumpido.

-¡No tienes excusa! ¡El desayuno es la comida más importante del día! ¡No puedes ir a ninguna parte sin comer correctamente! ¡Es más, hubiera sido mejor que vinieras en pijama en lugar de saltarte el desayuno!

Abrí la boca para defenderme de alguna forma, pero Sting me tomó del antebrazo y me tiró hasta fuera del baño.

-¡Freed! -dijo mirándolo -¿Tiene algo que sirva para salir de ayunas?

-¡Por supuesto! -respondió mientras las chicas estaban de espectadoras ante la escena. -Pero espera -agregó cambiando su expresión a una más seria, y dirigiéndose a mí, preguntó -¿Esto fue porque no tomaste desayuno?

Nuevamente iba a contestar cuando el rubio interrumpió.

-¡Pues no, no ha tomado, y por eso el muy imbécil está como está!

"Oye, que estoy al lado tuyo", pensé mientras quería matarlo con la mirada.

-Muy mal Rogue, haces que todos nos preocupemos por ti -comentó Freed mientras me miraba. -Vamos a la cocina -agregó -tengo un rico postre que hará que te sientas mejor.

-¿Es dulce? -preguntó Sting, como siempre sin dejarme hablar.

-¡Bastante! -respondió enérgico el cocinero, dirigiéndose a su lugar de trabajo.

-¡Yay! -gritó, ya saben quién, mientras me arrastraba como si sólo fuera una carga, sin derecho a expresar mi opinión.

Y así fue como terminé sentado a la mesa de la cocina, con un pastel demasiado dulce y una taza de café, que en ese momento me olía a rayos. Lo peor de todo es que me estaban constantemente vigilando para que comiera, sin dejar, el horrible pastel.

"Dios, si tienes piedad de mí, por favor mátame".

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La cabeza me daba vueltas, me dolía el cuerpo, estaba cansado, sentía frío y calor al mismo tiempo. Tiritaba y sudaba. Mi dolor de estómago no daba tregua, y el mal sabor de boca me hacía cada vez más difícil sonreír, pero debía hacerlo si no quería levantar sospechas. Aunque creo que el simple hecho de verme sonriendo todo el tiempo incomodaba a todos.

Iluminando una sombra [A long history of love] (Sting x Rogue)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora