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Jaemin no pudo contener su alegría cuando Jeno puso frente a él a su hermana de nuevo.
El omega se abalanzó contra ella y la abrazó con fuerza, como si temiera que alguien la arranque de sus brazos otra vez.
Los días tormentosos por los que había pasado parecieron esfumarse en ese instante.
Se le escapó un sollozo involuntario, y la presionó aún más hacia su cuerpo. Ella no parecía molesta en lo absoluto, y sus brazos delgados capturaron también el torso de su hermano.
Jeno apreciaba la escena con una tenue sonrisa, al igual en que lo hacían los fámulos que se encontraban a la espera en la puerta de la mansión.
En silencio, uno de los guardias se acercó al líder para tomar a Lux y llevarlo al establo para poder atenderlo.
Jeno se lo permitió y después se acercó a Jaemin.
—Creo que es mejor que entren, ha sido un viaje largo para ella y necesita descansar.
Jaemin estuvo de acuerdo, y sin dirigirle aún la mirada al alfa, ingresó a la mansión con su hermana.
Jeno no se sintió mal por ello, después de todo, había visto la agonía en los ojos de su omega al ser separado de Giselle. Siguió a los hermanos de cerca hasta que desaparecieron de su vista.
Con un suspiro, se dirigió de inmediato a la habitación de Jaemin. Cuando entró, el omega rubio que vigilaba a su cachorro se sobresaltó al verlo.
—Oh, líder... —Haechan se apartó de la cuna—. ¿Qué...? ¿Qué ocurrió?
Jeno lo vio jugar con sus manos de manera desesperada. Era evidente que Jaemin no era el único preocupado en la mansión.
—Giselle está de regreso y a salvo, puedes estar tranquilo. Jaemin la llevó a sus aposentos para que descansara.
Haechan dejó salir aire y se llevó una mano al pecho. Fue como si le hubiesen quitado un gran peso de encima.
—Gracias... en serio, muchas gracias.
Jeno asintió.
—Si gustas, puedes ir a verla. Yo me quedo con mi hijo.
Haechan sacudió la cabeza en un asentimiento. Estaba desesperado por ver a su hermana.
—De verdad, líder, gracias. —Le volvió a decir antes de salir por la puerta.
Solo entonces Jeno se acercó a la cuna. Su hijo estaba despierto. Tenía sus grandes ojos púrpuras abiertos. No lloraba ni gimoteaba, solo se chupaba los dedos mientras movía sus extremidades en todas las direcciones. Era bastante tranquilo, aunque eso ya lo habían notado.
—¿Cómo estás...? —inquirió bajito Jeno, curvando las comisuras de sus labios—. Papá ya regresó, ¿me echaste de menos? Yo pensé cada día en ti...
Jisung solo lo miraba e hizo el amago de sonreír, aunque no lograba hacerlo por completo.
—Quédate tranquilo, ¿bien? Iré a lavarme rápido para volver contigo.
Su cachorro le respondió con más ademanes que no significaban nada en particular.
Jeno le siguió hablando incluso mientras tomaba el baño y revisaba las nuevas heridas que le había proporcionado aquel lobo.
Dejó la puerta abierta del cuarto de baño por precaución.
Cuando terminó de lavarse y regresó a la cuna, vio al pequeño dormido. Sonrió ampliamente y le acarició el cabello con suavidad.
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La joya del alfa ⚝ Nomin
Fanfiction[Adaptación] ADVERTENCIA: ⭑Esta historia posee contenido adulto, es decir, temáticas como violencia, asesinatos, torturas, mención de violación (no descrita), y otras temáticas con las cuales ciertas personas pueden sentirse susceptibles, así que le...