ᴍᴏᴅᴇʟᴏ || ᵁⁿⁱᵛᵉʳˢᵒ ᴹᵒᵈᵉʳⁿᵒ

𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐒𝐢𝐞𝐭𝐞

La ciudad ya estaba envuelta en el manto del atardecer. Aunque el sol había desaparecido tras los edificios, el cielo aún resplandecía con tonos anaranjados y dorados, bañando todo con una luz cálida y apacible. 

Law parpadeó, confundido.

¿Se había quedado dormido? ¿Y en el césped, nada menos? 

Se enderezó de golpe, sintiendo un leve mareo mientras miraba a su alrededor. Su mente aún estaba nublada, tratando de recordar en qué momento había sucumbido al sueño. 

Entonces, un pensamiento lo golpeó. 

¿Y Luffy? 

Frunció el ceño, buscando con la mirada. ¿Acaso lo había dejado solo? Si no se hubiera dormido, probablemente seguirían conversando... 

—¿Torao? 

Reconoció la voz al instante. Giró la cabeza y ahí estaba Luffy, de pie con un niño pequeño aferrado a su mano. 

—Despertaste... Perdón por dejarte solo. Estaba buscando a los padres del niño. 

Law suspiró, llevándose una mano a la nuca. 

—No, yo... me quedé dormido —murmuró mientras se ponía de pie, sacudiéndose la ropa con gesto distraído. 

Luffy soltó una risa suave, esa risa despreocupada que siempre tenía. 

—No te preocupes, shishishi. Ser doctor es difícil, seguro que ni tiempo para dormir tienes. Te veías tan tranquilo que no quise despertarte. 

Law lo miró en silencio por un instante. Había algo en esas palabras, en su tono sincero y despreocupado, que le hizo sentir una calidez inesperada. 

Luffy siempre tenía esa extraña habilidad de hacerlo bajar la guardia. 

—Hmph… —Law desvió la mirada con un suspiro, pero una pequeña sonrisa se asomó en la comisura de sus labios. 

Y sin decir más, echó un vistazo al niño que Luffy tenía de la mano. 

—¿Y bien? ¿Encontraste a sus padres? 

Luffy negó con la cabeza, haciendo un ligero puchero. 

—Nah, todavía no. Pregunté por ahí, pero nadie parece conocerlo. 

El niño, de unos cinco años, se aferraba con fuerza a la mano de Luffy, con la otra frotándose los ojos hinchados por el llanto. Su ropa estaba algo sucia, como si hubiera estado jugando antes de perderse. 

Law suspiró, acuclillándose para ponerse a la altura del pequeño. 

—Oye, ¿cómo te llamas? —preguntó con voz más suave de lo habitual. 

El niño dudó un momento antes de murmurar: 

—...Ren. 

—¿Ren, huh? ¿Sabes dónde estaban tus papás antes de que te perdieras? 

El niño negó con la cabeza y su labio tembló un poco, como si estuviera a punto de romper en llanto otra vez. Luffy apretó su mano con más fuerza, dándole un par de suaves palmadas en el brazo. 

—Tranquilo, Ren, Torao es doctor, seguro que nos ayuda a encontrarlos —dijo con su usual tono despreocupado. 

Law lo miró con el ceño fruncido. 

—¿Y eso qué tiene que ver? 

—¡Todo! Porque los doctores son inteligentes y buenos con los niños, ¿no?