"Rompiste mi corazón"
"Creo que no hay nada de lo que me arrepienta más que de eso"
Si Taehyung hubiese estado menos enamorado de él, quizá Jungkook jamás habría roto su corazón.
Taekook minific
Omegaverse
Ambientado en los noventa
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"¡Solhyun! ¿Qué haces?"
La misma parpadeó.
"¿Buenos días?" dijo a sus superiores en el trabajo, en especial a la omega que la estaba capacitando, ante la cual reverenció y la otra omega le chasqueó la lengua.
"¿Qué haces así?" ella inquirió casi entre dientes y Solhyun se miró a sí misma.
Llevaba la ropa que normalmente usaba para trabajar, falda y tacones, una camisa de mangas largas que cubría todo lo que debía cubrir. Llevaba el pelo castaño largo recogido y aretes, lo justo para dar una imagen pulcra y profesional.
Sus superiores en cambio...
Llevaban ropa un poco más descubierta de lo usual, nada vulgar, por supuesto, pero tenía vista de sus cuellos y parte de sus pechos, la omega que la instruía, Hyewon, llevaba incluso una falda con un corte en el muslo derecho y a Solhyun casi le pareció escandaloso.
Y si inhalaba, se empalagaría con la esencia que venía de aquel grupo de omegas.
"¿Qué pasa?" ella le preguntó, confundida y Hyewon se acercó, oh, Solhyun se sonrojó cuando la omega mayor se acercó a soltarle el cabello, dejando que cayera largo por su espalda, procediendo a desabotonarle un botón de la camisa.
Ah...¿acaso era una especie de ritual?
Escuchó una risa más allá y todas miraron a Mari, que meneó la cabeza.
"Este año no les funcionará, chicas" les advirtió, llegando a la oficina y Solhyun no podía entender, pero Hyewon exclamó.
"Tú qué sabes" gruñó y Solhyun se animó a preguntar.
"¿Qué pasa?"
"Es esa época del año" Mari le dijo, sonriendo burlona y siguió caminando a su escritorio, pero...
"¿A qué se refiere?" volvió a preguntar y no tuvo que decir más, porque quizá lo sintió antes de que hiciera acto de presencia.
Sintió que las mejillas se le calentaban y miró hacia un lado, donde estaba el ascensor para acceder al piso y la esencia que llegó desde ahí fue devastadora, quizá deberían haberle prohibido venir a la oficina en ese estado, pero aquel viernes durante la mañana, Shin Solhyun vio al alfa que se había convertido en su fijación entrar a la oficina con su apariencia usual, como todos los días, hoy con un par de bolsas en la mano y cuando dirigió su mirada a ellas, sonrió.
Sonrió.
Solhyun sintió el golpe de feromonas como una bofetada y entendió.
Vaya si entendió.
No era pecado ni un crimen encontrar atractivo a un alfa, para una omega sin marca podía ser demasiado...difícil no reaccionar a un atisbo de aquella esencia, pero aquello era intencionalmente un ataque.
