Amor en secreto- Bato.

Capitulo 31

Narrador universal.

Pato seguía en el hospital, ella recaía constantemente al recordar a Barracuda, lo extrañaba. Belén y los chicos la visitaban seguido, todos le mostraron un amor incondicional. Andrés, el chico que conoció por accidente también se ha hecho amigo de ella.

-Patricia, mira te traje estos chocolates. Me caes bien- dijo Andrés entrando a la habitación.

-Hola Andres, gracias- dijo Pato con una sonrisa.

-Viste lo lindo que es sonreír- dijo Andrés.

-¿Y tú hermano?- pregunto Pato.

-¡Está bien! Pronto le dan de alta- dijo Andrés con entusiasmo.

-¡Que bien!- dijo Pato con una sonrisa.

-¿Cuantos años tienes?- pregunto Andrés.

-Quince, ¿Y vos?- pregunto Pato.

-Diecisiete- respondió Andrés.

-¡Pato! ¡Hola mejor amiga!- grito Georgina entrando como una loca.

-Hola Georgi- dijo Pato con una sonrisa.

-Veo que estas acompañada- dijo Georgina.

-Ya yo me iba- dijo Andrés nervioso y se fue.

-¿Cómo te sentís? Te veo mejor- dijo Georgina.

-Bien, extraño a Barracuda pero me siento bien- dijo Pato.

-Bueno, aquí te traje unas cosas. Saverio te mando este pastel, vos sabés que el es un capo cocinando- dijo Georgina con una sonrisa.

-Georgi, ya yo me siento bien. Quiero ir al hogar- dijo Pato.

-Te falta reposo, te prometo que hablaré con Belén para que te den de alta- dijo Georgina.

-Georgi, ¿Que te parece si te presento a Andrés? El no está nada mal- dijo Pato.

-No, ya yo tengo novio- dijo Georgina.

-¡Que! Georgina no me lo habias dicho, ¿Quien es?, ¿El mismísimo Brad pitt?- pregunto Pato.

-No es Brad pitt, ojalá, es...- dijo Georgina.

-¿Quien?- pregunto Pato con entusiasmo.

-Corcho- dijo Georgina y Pato puso una cara de confusión.

-¿Otra vez?- pregunto Pato.

-Si- dijo Georgina.

-¿Ustedes no terminaron por qué tenían muchas diferencias?- pregunto Pato.

-Si, pero éramos nenes, ahora ye tengo dieciséis y el diecisiete, estamos grandes- dijo Georgina.

-Ay Georgi, ¿Cómo fue todo?- pregunto Pato.

-Pues, paso lo que tenía que pasar- dijo Georgina.

-¡Ay Georgina!- dijo Pato.

Georgina sonrió.