Todos estamos condenados a vivir desgracias, si no, la vida no tendría sentido... Pero algunas de esas desgracias vienen acompañadas de añgo mágico. ¿Quieres saber la mía?
Era viernes, todos nos alegrabamos de que se acabase de una vez el instituto, ese fin de semana, como de costumbre, me habían invitado a una fiesta. Soy muy popular y guapa, no os quejeís de mi modestia, así acabas después de tres años de chicas gritándote: "¡Quiero ser tú!" ... Suele pasarme, no hay que decir que me gusta ser así, pero no penseís que soy de esas típicas chicas super populares malas que hacen la vida imposible a los demás, no. Cuando una chica me dice lo genial que soy la digo lo genial que es ella, cuando un chico dice que todos están a mis pies les digo que no quiero a nadie a mis pies que son todos iguales a mi y les quiero a mi lado pero no solo al mío si no al de todas, a las poco populares las integro, ayudo... De verdad que una exalumna a la que expulsaron me quería odiar pero decía que no podía.
Soy rubia y el pelo me llegaba a la cintura, el pelo es natural, nací rubia. Los ojos los tengo azules, esos no son naturales, tenía los ojos marrones pero me hice una cirujía para dejarlos azules, sí... Estoy como una cabra... Pero oye, me gusta estar loca. Por si no lo sabíais ahora tengo 27 años pero cuando ocurrió todo esto que estoy narrando acababa de cumplir los 18.
Bien, ese viernes salí de clases cuando note que alguien me elevaba por la cintura me giré y ví a mi querido Andy, el es mi mejor amigo. El único chico al que no le gusto, por eso nos llevamos tan bien, esperamos hasta que llegó Sabrina, mi mejor amiga y juntos emprendimos el camino a casa.
- Y bien Leila, ¿irás a la fiesta de Estephanie? - me preguntó Sabrina mientras me colocaba un brazo por encima del hombro -
- Claro, ¿por qué no iba a ir?
- Eso, ¡¿cuándo se ha perdido una fiesta la preciosísima de Leila?! - dijo Andy exagerando y moviendo los brazos en todas direcciones -
- ¡Callá! Sabes de sobra que odio los cumplidos, no entiendo por qué me necesitan en las fiestas...
- Eres súper popular Leila te necesitan para que vayan los demás. - dijo Sabrina mientras Andy reafirmaba lo que acababa de decir Sabrina asintiendo con la cabeza -
- Algún día me iré y los sabeís deben aprender a cuidarse solos... Sin mi.
Por aquel entonces mis padres trabajaban en una empresa de robótica japonesa, teníamos mucho dinero pero eso sicnificaba que en cualquier momento nos podríamos mudar, llegé aquí con doce años, Madrid me parecío precioso y nos instalamos en Ribas. Así hasta ahora, mis 18, sin embargo ya había oído a mi padre hablar con Haruko Suzuki, su secretaria. La última vez que hablo tanto con ella fué antes de mudarnos a Madrid y me temía que pronto estaría de nuevo en Los Ángeles, donde se encontraba la principal empresa de mi padre, era importante para todos que la empresa siguiera funcionando. Asi que no me podía quejar.
- Si te vas, te iría a ver una vez al mes. - dijo Andy, su padre trabajaba en la misma empresa que mi padre pero el estaba fijo en Madrid, por lo tanto Andy podría venir a verme a los Ángeles una vez al mes usando la plaza de su padre, en la empresa se les facilita una tarjeta y esa tarjeta les proporciona un viaje al mes a la empresa principal en los Ángeles, gratis -
- Gracias... Os echaría mucho de menos.
Llegamos a mi casa y ví a todo el repertorio de seguridad en la puerta a Sabrina le impresiono y Andy se asustó, solo estaban en la puerta si lo que se contaba dentro era alto secreto.
- Señorita Leila, sus padres tienen algo importante que comunicarla, entre.
Entré y ví a mis padres sentados en la mesita de reuniones familiares.
- Leila cielo... Hablé esta mañana con Haruko, ella dice que nos estará esperando en los Ángeles el Lunes por la mañana, elejí esta fecha para que asistieses a tu fiesta el Sábado y el domingo preoarasemos todo... Lo siento cielo, sé lo mucho que adorabas Madrid...
- N-n-no pasa nada. - dije balbuceando, no quería disgustar a mis padres, al fin y al cabo ellos lo hacían todo por mi - Iré arriba a leer ...
Me subí a mi cuarto y me abalanzé sobre la cama cuando descubrí un cuarto vació al completo.... Todas mis cosas, estarían ya en Los Ángeles. Comenzé a llorar, esto era horrible.
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Aloha Boys!
DragosteLlega la hora de conocer a Leila, es guapa, popular... Todas las chicas de su instituto quieren ser ella y los chicos conseguir un simple ‘hola’ por su parte. Pero por desgracia los padres de Leila la comunican que cambiará de instituto a uno privad...