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Noviembre 26, 2014. Sydney, Australia.

El sonido de campanas en la puerta indicaba que un nuevo cliente había entrado.

Yo estaba atando mi cabello esa tarde, hacia apenas unos cinco minutos había llegado al negocio y en cuestión de segundos iniciaba mi turno, tome el delantal color naranja brillante con letras doradas bordadas que decían "Big Bread Coffee" con un pequeño pan al lado. Tome mi libreta y salí a atender a ese nuevo cliente.

Estaba sentado en mi mesa preferida, la de la parte trasera al lado de la ventana que daba a la muy transitada avenida en la que nos encontrábamos. Él vestía muy bien, una camisa negra, una corbata color roja, un sweater color gris y un sobretodo del mismo color. Tenía el pelo muy negro un poco largo, pero lo que me llamo la atención cuando iba hacia él eran sus intensos ojos verdes, estaba sentado con una pierna cruzada y leía un libro, Orgullo y prejuicio pude leer mientras limpiaba su mesa. Me pidió una rebanada de pastel de arándanos y un cappuccino. Su voz era algo aguda y me pareció muy pacifica.

Estaba acostumbrada a analizar a los clientes, pero este chico tenía algo más que me llamaba la atención.

La lluvia era muy fuerte esa tarde en la ciudad de Sydney y no había habido casi clientes, una mujer, Julia, vino como todos los días por su café expreso y su muffin de canela, luego una niña vino por un frappe y también se marcho. El negocio estaba vacío, bueno salvo por el chico de la tarta de arándanos y el libro casi por terminar, hacia muchas horas que estaba ahí y en ningún momento lo vi levantar la vista para mirar siquiera si había dejado de llover.

Jack, mi compañero estaba haciendo los números de la caja preparándose para cerrar.

-Deberías ir a decirle que ya estamos por cerrar – dijo sin mirarme – Ve, usa tus encantos.-

Poso su mirada sobre mí cuando llegue a la mesa

-Disculpa, estamos por cerrar, sería un placer para nosotros si vuelves en otra oportunidad – Diablos, eso sonó horrible- bue...

-No hay problema- me interrumpió - ¡Es increíble! el tiempo vuela cuando uno lee – guardo sus cosas y se fue.

-Era extraño – se burlo como siempre de todo Jack, a veces me sacaba de quicio-

-No! Creo que era lindo

-Ayyy la pequeña Jenna está enamorada- agarro y apretó mis mejillas hasta hacerme sentir adolorida.

-No seas estúpido – dije liberándome de su ataque.

-Sabes que no puedo evitarlo – sonrió orgulloso – Quedan diez minutos espero que no venga nadie más porque ya quiero cerrar.

Mire el reloj y justo en ese momento escuche las campanas y a Jack susurrando una maldición.

Una chica, de cabello castaño había entrado a la cafetería, rápidamente se sentó en la barra.

-Un expreso de vainilla por favor – dijo sin apartar la vista de su iphone, estaba vestida toda de negro y traía aun puesta una capucha que cubría su cabello.

-Estábamos por cerrar – Le dijo Jack intentando ser lo más amable como a él le es posible-

-Tengo aun siete minutos, necesito ese café-

-Está bien, yo se lo preparo- ella me sonrió, mientras programaba la maquina donde preparábamos los pedidos, observaba su preocupación, traía una mochila de tela totalmente empapada por la lluvia que nunca había cesado.- Aquí tienes- dije entregándole el vaso.

-Maldición! Mi cámara esta arruinada- se quejo en voz alta – disculpen ¿tienen servilletas?

-Sí, pero solo si te marchas- Jack era demasiado directo.

-Ay qué mal genio- bufo- las necesito- me acerque y le di muchas servilletas y comenzó a secar su cámara.

-Está todo bien? – pregunte sin poder contener mi curiosidad

-Sí, creo que no fue tan grave el daño- apunto su cámara a mí y la luz del flash me encegueció- Lo lamento, solo quería probarla- se rio al ver mi expresión de desconcierto y mareo por la luz blanca- Soy Lyndsey - dijo sin mirarme concentrada en su cámara.-pero puedes decirme Lynn.

-Jenna-Sonreí

-Ya lo sabía- Sonrió y se marcho del café.

Fire Escape.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora