Si ya era difícil cuadrar sus horarios con el trabajo, el colegio y el psicólogo, el haber añadido las clases de francés en la tabla, no resultaba muy cómodo. Había establecido que en cuanto saliera del instituto, corría a la pastelería y ahí empezaba su turno. Terminaba las dos horas y luego estudiaba una, en unos cinco minutos llegaba a las clases de francés, en los que tiene tiempo libre allí unos 30 minutos antes de empezar la clase. Dos horas allí y salía al psicólogo, en los que permanecía 45 minutos, luego, volvía a casa, terminaba sus cosas del colegio y a dormir. Esa era la rutina de los lunes, miércoles y viernes. Los otros eran más relajados, se podría decir que no tenía psicólogo, podía quedarse en el club de arte un poco más, practicar piano y francés, además de estudiar el resto.
Sí, llevaba una vida ocupada. Lo suficiente para permitirse el decir que no tenía tiempo para una mascota, fiestas y sobretodo, una pareja. No tenía intenciones de enamorarse y mucho menos de tener que soportar a nadie, aguantar a sus tres hermanos ya era más que suficiente.
La carrera para llegar a las clases de francés fueron como siempre, llegaba antes que nadie y estudiaba mientras el profesor preparaba las tareas de hoy.-Hola, Francis -saludó rápidamente, agitando las manos para llamar la atención de su profesor.
-Hola, Claire -imitando su gesto, se subió las gafas mientras corregía exámenes.
Francis era un hombre joven. Era de los que estaban en los veinte y pocos. Se largó de Francia para encontrar algún trabajo interesante y acabó como profesor de su mismo idioma. Había que tener muy mala suerte para acabar como él.
-Hoy nos meten a un chico nuevo, ¿sabes? -comentó mirando el perfil del novato.
-Mientras no sepa resolver ecuaciones de tercer grado, no me interesa. Tampoco lo haría si supiera, por cierto.
Sin alzar la vista de sus deberes, seguía
buscando la forma de resolver aquel infierno numérico. Odiaba matemáticas, y eso no cambiaría nunca.-Te va a importar porque se va a quedar con la mesa que tienes al lado.
Aquello sí que le hizo mirarle.
-No... Francis, ya sabes lo mucho que necesito esta mesa libre para poner mis deberes y todo... ¡necesito el doble espacio que todos vosotros, maldita sea! -exclamó- ¡Y no puedes ponerle conmigo! ¡Soy de las avanzadas de la clase, joder, se pasará las dos horas preguntándome como un paleto!
-Él también es de los avanzados. Es transferido, iba a las clases de primer año pero fue trasladado aquí porque al parecer tenía mucho más nivel. Espero que no sea de esos superdotados, me irritan mucho.
-¿Te irritan más que yo? -preguntó con burla.
-Nadie me irrita más que tú. Es imposible.
-Genial. No quiero que me quiten el puesto.
Dando alguna que otra risa, los demás alumnos entraban a montones, sentándose, algunos dando voces y otros simplemente esperaban a su compañero de asiento. Algunos le daban conversación al profesor, y ella solo esperaba mientras recogía las cosas del instituto, queriendo ver como sería su nuevo acompañante. A ver como era de "listo y avanzado".
Parecía que Francis le había visto antes que ella, ya que se levantó y fue hacia la puerta con una sonrisa.
-Bueno... se nos ha transferido a la clase un chico nuevo. Se llama Laito Sakamaki, espero que todo vaya bien y sea tratado como un igual -dijo dando la típica frase de llegada de un nuevo-. Bueno, Laito, siéntate en la mesa libre que hay al lado de Claire, la chica rubia, sí.
El nombre no le llamó la atención. Laito, Light, en inglés, que significaba 'luz'. Y luego el apellido, Sakamaki. Le sonaba por el político, pero había muchos Sakamaki en Japón. Chiduko Sakamaki, por ejemplo, la idiota que era mejor que ella en sus clases de matemáticas.
No le dirigió la mirada, se mantenía distante, observando el paisaje a través de la ventana. Solo fue la voz que poseía lo que le hizo mirarle a la cara.
-Enchanté, nfu~
Asintiendo, el chico con el cabello color cobre y coronado con un fedora, se sentó en su sitio,
guiñándole un ojo a la humana y acercando su silla (incluyéndole a él) a la rubia.-Enchanté -o 'encantado de conocerte', que venía siendo lo mismo, le respondió con cautela.
Sin poder evitar el dirigirle una mirada, ya supo quién era. Aquel chico de las clases de Latín, ese mismo era.
Laito Sakamaki se había dedicado a estar delante de ella en las clases de Latín del instituto, aunque nunca le había dicho mucho o echo demasiado caso, ella lo veía atacar a otras, seducirlas delante de ella. Sabía lo que pasaban con las chicas que caían rendidas en sus brazos, y Claire no iba a permitir que eso pasara con ella.
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Lust [Diabolik Lovers: Laito x OC]
Fanfic|| No sé muy bien cual volumen es este, yo voy subiendo según vaya la cosa, haha... Y diréis: ¡Pero estaba de vacaciones! ¿Por qué sube esto si tiene otros fics que atender? Mon Dieu! Pues sí, pero me he tenido que volver antes, y muchos me pedíais...