La llegada

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-Nunca pensé que el asiento trastero de un coche pudiera ser tan estresante.- Me dejé caer sobre la montaña de equipaje en el asiento de al lado.
-Cariño ¿Puedes dejar de quejarte? Sólo queda una hora.- mi madre estaba cansada de mis constantes quejas y gruñidos. Se le notaba en el tono de voz.
Ya, hace dos horas también quedaba una para llegar a la "fantástica y especial nueva casa donde viviré momentos increíbles". Mis padres creían que inventando historias de lo feliz que iba a ser en ese nuevo hogar, me olvidaría de que me han separado de mis amigos y mi instituto en California. Tenía las piernas dormidas de estar en el coche. Hace TRES largas horas que bajamos del barco para empezar a viajar con el coche. Cansino, así resumía el viaje. Apoyé mi cabeza sobre mi mano inquieta.
Desde que habíamos entrado en Inglaterra estaba lloviendo. "va a ser así muy a menudo. Tendrás que acostumbrarte." Había dicho mi padre minutos antes. ¿Acostumbrarme? Una porra, nunca me acostumbraría a la humedad y las nubes.
Miré las gotas resbalar por la ventanilla pensando en le futuro. En cuanto cumpliera los dieciocho tenía pensado volver a California. Pero claro, aún me quedaban dos largos años de humedad por delante.
Antes de que me diera cuenta ya estaba brincando fuera del coche y estirando mis piernas como si llevara años sin usarlas.
Habíamos llegado a casa, la examiné de arriba a abajo. Me extrañó lo bien cuidada que estaba (o al menos por fuera). Estaba rodeada por un inmenso jardín al que le hacía falta cortar las malas hierbas. Al entrar lo veías era salón abierto a la cocina que quedaba más al fondo. A la derecha había una escalera. Se veía muy triste la casa sin amueblar y las paredes con humedades. Pasé un dedo por la barandilla de la escalera, estaba llena de polvo.
Decidí subir arriba para elegir habitación, mi padre me dijo que podía y estaba dispuesta a hacerlo cuanto antes. Abrí la primera puerta, era un cuarto pequeño. Las otras tres habitaciones también me parecieron pequeñas y subí a la buhardilla. La miré imaginando como iba a decordarla. Si, esta era, ya tenía habitación.
Las dos semanas siguientes las dedicamos a pintar y amueblar la casa completamente. Pero sobre todo vaciamos cajas, montones de cajas. Ya había descubierto donde estaba la biblioteca y el centro comercial más cercano, a los que ya había ido un par de veces.

Me hice amiga de mi vecina muy rápidamente. La conocí en una de mis salidas a la biblioteca, enseguida comenzamos a hablar y a conocernos. Ahora éramos como uña carne.
-Creo que me voy a tirar por un puente.- Dijo Elia, mi nueva vecina y amiga. Mañana comenzaban las clases y no dejaba de repetirme las pocas ganas que tenía.
-C'est la vie.- Dije. me miró con cara de desagrado y siguió pintándose las uñas de los pies encima de mi cama. Cuando se secaron se levantó de golpe y soltó un gritito.
-¿que?- ni me molesté en levantar la cabeza. Estaba acostumbrada a que montara dramas por todo.
-¿Como que "qué"? ¿No lo pillas? Mañana empiezan las clases y aún no tenemos nada que ponernos.- Solté una carcajada sonora. Menudas preocupaciones tenía esta chica en mente.
-Perdona, eres tú la que no tiene nada que ponerse. Yo tengo ropa para cada momento. Aunque claro... no querrás que te deje nada ¿verdad?- me reía mientras hablaba. Sabía de sobra que a ella le encantaba mi ropa y estaba deseando que le prestara algo.
-¿Qué? ¿Harías eso por mi?- se me lanzo de golpe para darme un abrazo. -Tú si que sabes.
Le devolví el abrazo y me levanté a mi armario. Lo abrí y le di vía libre para que eligiera lo que quisiera. Cuando hubo terminado nos tumbamos en la cama juntas.
-Estoy preocupada.- Dije mirando el techo.
-¿qué? ¿por qué?
-No sé. Tu dirás. Empiezo nueva en un instituto en el que sólo conozco a una persona.
-Mira Lucy, no tienes de que preocuparte. Seguro que antes de que te des cuenta ya estas completamente integrada.- Su comentario me tranquilizó en cierta parte.
-Gracias Elia. De veras.
-No hay de que.- agarró su móvil y miró la hora.
-Tengo que irme.- asentí y despedí de ella con dos besos.
-Hasta mañana.

Lucy's blogDonde viven las historias. Descúbrelo ahora