Cuatro.

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Toda la semana había estado pensando en Harry.
No, no en él específicamente mas bien en lo que me había hecho sentir al estar ahí arriba sentados viendo como el sol se metía.
Estaba un poco nerviosa por llegar a las terapias. Se supone que la única razón por la que salí con Harry fue porque él creyó que yo merecía disculpas. Entonces el día de hoy no habría motivo para hablarme. Pero yo quería volver a sentirme como hace una semana, lo necesitaba. Y solo Harry lo había logrado.
Llegue temprano y Harry se encontraba en el mismo lugar de siempre. Cuando me vio me sonrió y se acercó a mi.
-¿A donde vamos hoy?
-Por favor entremos a las terapias.
-Con lo que hicimos hace una semana ¿no te has dado cuenta que tus terapias son aburridas?
-Pero legales.
-Igual subir a una montañas rusa.
-No, no Harry. Lo qué hicimos se llama allanamiento de morada y si es ilegal.
Harry emitió una pequeña risa.
-¿Que es lo gracioso?
-Allanamiento- dijo entre risas- es una palabra graciosa.
Puse los ojos en blanco y camine a la entrada, pero él se puso frente a mi para evitar que pasara.
-Nada ilegal lo prometo. - dijo tratando de usar la voz más dulce que pudiera y alzando su meñique.
Me cruce de brazos esperando que me diera opciones.
-Podemos ir a caminar al bosque.... ¿Pero como llegaríamos?-dijo mas para él- ¿Tienes carro?
-Si.
-Perfecto, vámonos.
-No.
-¿Por?- me miro extrañado.
-Esta en mi casa. Y no puedo ir por el porque se supone que tengo que estar aquí.
-Hace una semana irrumpes la ley pero hoy te da miedo ir por tu carro a casa. Tiene lógica - comentó. Con sarcasmo.
Había algo que no me quedaba claro. Entendía porque no entraba a las terapias, seguro parecían aburridas y es que para él algo que no implicará peligro de muerte o ser arrestado era aburrido. Pero entonces porque venía a las terapias y se quedaba ahí.
A demás en este lugar todos se conocían ¿porque no había escuchado nada sobre alguien nuevo?
-Vamos, podrás pregúntame todo.
Otra vez había leído mi mente, las casualidades existen pero esto ya era demasiado.
-¿Puedes leer mi mente?
Al segundo de haber hecho esa pregunta me había dado cuenta de lo estúpida que era, y que la respuesta era no.
-¿Que?
-Vamos por mi carro.- Me apresure a decir para cambiar de tema.
Caminamos a mi casa. No sabia como a sacar mi carro, tendría que entrar a mi casa por la llaves y luego sacarlo sin que mi mamá me viera.
Pero quería volver a sentirme como hace una semana, esa sensación de felicidad que no tenía desde el maldito accidente.
Entre a mi casa, no escuche ruido y di por hecho que no había nadie. Fue todo muy sencillo.
Maneje hasta las afueras del pequeño lugar. Anduvimos poco mas de 2 horas, a Harry le gustaba mucho Green Day, eso me estremeció.
La noche cuando chocamos estábamos escuchando Green Day. Creo que era la primera vez que utilizaba el carro después de ese día.
Llegamos al lugar, era un poco tarde y estaba fresco.
-¿Porqué aquí?- pregunte.
-Es un un buen lugar para platicar.
Llegamos a un lugar con césped, ya casi no había luz natural. Me daba un poco de miedo pero igual estaba bien.
-¿Quieres hablar?- pregunte cuando ya estábamos sentados.
-Si. Ayer dijiste que no querías hablar sobre eso. Y hoy lo quiero escuchar. Quien fue el chico tan afortunado con el que estuviste por ultima vez en la feria.
No sabia que pensar, era extraño que él que apenas y lo conocía  se preocupara por mi, o tal vez era demasiado entroemetido. No pude romper el silencio. Sabia que él  me miraba esperando respuesta
-Sigo sin querer hablar.
No conesto. Pero se quedo mirándome a los ojos. Sus ojos, podría jurar que eran los mas hermosos en el mundo y yo me veía reflejada en ellos o  tal vez estaba dentro.
Los dos en aquel perfecto bosque alejados de todo observandonos como si fuera la primera vez. Era sin duda el mejor paisaje que podia presenciar.
Comenzaba a ver a Harry de otro modo , no era sarcástico ni irónico, solo estaba en silencio y lucia diferente, mas perfecto, aunque para mi ya no podía serlo más.
-¿En que piensa?- preguntó.
-En.. nada, solo estaba observando... el paisaje.
-¿El paisaje o a mi?...- Ahí estaba otra vez, aquel chico creído, se veía mejor en silencio, aunque de alguno modo el otro Harry me volvía loca. (En el mejor de los sentidos) soleo una risa porque sabia que estaba en lo cierto -Entonces ¿quien es ese chico?
-Harry no.
-Vamos.
-Solo fue mi novio.
-Hey- me dio un leve codazo en las costillas- se mas especifica ¿Cuál es su nombre?
En realidad esa pregunta hacia que yo me cuestionara acerca de muchas cosas, y ni siquiera sabía si podía profundizar tanto en mi mente como para recordar eso, lo había intentado muchas veces pero sin respuesta alguna. Pero no debía contestarle así a Harry,  simplemente no podía decirle que no recordaba su nombre. Porque entonces tendría que contarle sobre el accidente. Y nunca antes había hablado con alguien de eso y no sé si es porque no podía o quizá porque no quería.
-¿Nos podemos ir?- pregunte aún viendo al frente. E ignorando su pregunta.
Harry se levantó, me ayudo a levantar y caminamos al auto. Ya era de noche, la poca luz natural había desaparecido completamente.
Subí al asiento del conductor pero justo cuando encendí el auto sentí un deja vu. La carretera, la noche, el carro, un acompañante, yo manejando. Era igual a la noche del accidente. Comencé a sentir que mis manos sudaban, mi mente se bloqueo y repetía varias veces el recuerdo de una luces que iban hacía nosotros y después el momento donde me daban la noticia. Ya no podía respirar bien. Fui bastante obvia porque a lo lejos escuchaba a Harry llamándome. Después de unos minutos de agonía me calmé.
-No puedo manejar, me da miedo- anuncié -¿Puedes hacerlo tu?
-Yo... Yo no se manejar. ¿Que te parece si salimos a caminar?
Bajamos del auto,  Harry me observo como para que  lo siguiera.  Íbamos callados ,Yo no podía sacar de mi mente el accidente, pero mas que eso aquella pregunta (¿Cual era su nombre?) y eso era estúpido porque tal vez debía prestarla atención a Harry. Habia momentos en los que el intentaba detenerse y me miraba, sabía que aún estaba en espera de una respuesta y le debía mas de una, pero no podía dársela.
Después de un silencio notorio  y de claramente no saber qué contestar algo se ilumino en mi mente y trate de recordar su nombre, era confuso y estúpido ni siquiera yo misma podía creer aquello que mi mente dibujaba.

Don't let me fallDonde viven las historias. Descúbrelo ahora