Diez

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Eran 7:30 y ya estaba lista para salir con Harry, había estado inquieta y nerviosa, por eso me alisté muy temprano. No tenía idea de si lo que estaba usando era adecuado o si estaba a la moda, tenia casi un año que no salía.
Comenzaba a marearme de darle tantas vueltas a mi cuarto. Baje a la sala. Estuve sentada un rato, escuchando a las Spice Girls.
Mi mamá llego de trabajar, Me observo extraña, supongo que por como estaba vestida. Trate de ignorarla y me senté en el sillón. No me dijo nada y se sentó a lado de mi.
-¿Vas a salir?- preguntó tratando de llamar mi atención.
Asentí y rogué porque no me preguntara más.
-Necesito hablar contigo.
-Ahora no ma- chille
-No te quitaré mucho tiempo, es algo muy importante.
Verla ahí sentado me recordó cuando nos sentábamos a ver "Friends", reíamos y comíamos toda clase de frituras.
El accidente había cambiado tantas cosas, pero porque yo así yo lo había querido, yo había dejado que arruinara mi vida.
Jamás lo había visto de esa manera, siempre me habia sentido la víctima y me di cuenta que nunca había sido así. Me alegro saber que el chico que vendría en 10 min era el causante de que yo comenzara a sentirme diferente.
-Hija, creo que debes ir a un psicólogo.
-¿Que?- pregunté.
-Bueno te haría muy bien. Podría ayudarte.
-Pero no quiero.- protesté
-Es lo mejor
-Pero ya voy a las malditas terapias- grité.
-Las podrías dejar- dijo tratando de no levantar la voz.
-Quiero ir a.... NO quiero a un psicólogo, estoy bien. No estoy enferma.
-Es lo mejor, entiéndelo.... Ya no sabemos que hacer para que estés bien- sus ojos comenzaban a enrojecerse.
-No voy ir a un psicólogo, dejen de tirar su dinero. Jamás voy a estar bien ¿Sabes por qué?.-
Ella solo negó con la  cabeza, unas cuantas lágrimas rodaban por sus mejillas.
-Porque mate a alguien y era mi novio, no yendo a las terapias o con todos los psicólogos del mundo lo voy a poder cambiar. No puedo salir, tener amigos y menos novio. Porque ellos no son como yo.- estaba gritando, mi garganta me ardía, me comenzaba a doler la cabeza y ya no contenía mis lagrimas, en realidad no entiendo que es lo que me puso así. Me molestaba ir a psicólogo pero no tanto, que mas daba ir de nuevo y solo sentarme una hora a verlo.
Creo que todo lo que había descubierto estas semanas, me había afectado mucho y el temor de que me quitarán las terapias, el único día que podía estar con Harry me hicieron reaccionar así.
Vi a mi mamá llorando, le había hablado horrible, me había desquitados con ella y no tenía la culpa.
Tome mi chamarra y salí, me senté en la acera justo frente a mi casa, estaba hecha un completo desastre, recargue mi cabeza en mis rodillas.
Estuve tratando de calmarme, levante mi cara y vi a Harry caminando hacia donde yo estaba, me voltee rápidamente para limpiarme las lagrimas, pero antes de poder moverme sentí unos brazos rodeándome, era Harry sonriendo, su cabello se veía diferente mas largo a como lo recordaba. Me sonrió.
-Ya llegue, puedes dejar de llorar- comentó con una sonrisa.
En vez de hacerme enojar, me saco una sonrisa. No esperaba otra cosa de Harry y estaba bien. Estaba perfecto.
-No seas bobo- contesté empujándolo levemente y sonriendo.
Harry se levanto, se puso frente a mi. No me pregunto la razón de mi llanto. Me tendió la mano, dude un poco pero la tomé. Me ayudó a levantar y caminamos, sin soltarme la mano.
-¿A dónde vamos?- pregunté.
Harry sonrió burlonamente y sigue caminando y jalándome.

Don't let me fallDonde viven las historias. Descúbrelo ahora