Solo verte

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El azabache había sobre los brazos del rubio el cual reaccionaba sorprendido ante el peso del muchacho, era ligero y cálido por el contrario era frió como el tiempo a esas horas. 

La noche estaba a punto de llegar y no dejaría a su preciado Yuu a manos de las bestias de la noche, entre las cuales consideraba a los humanos, Cargo a muchacho por la espalda y los muslos, llevo su cuerpo hasta un dormitorio que estaba libre de ser llamado ruinas, permanecía aseptico y perfecto para acoger al muchacho. Deposito al muchacho sobre la cama y este no parecía responder a ningún estimulo.

-Yuu chan-.

Observaba al chico bronceado y aproximo su mano hasta su mejilla, no obstante, había algo que le alejaba de sentir la calidez de su piel y era el guante, el cual quito con suavidad y deposito sobre su muslo apoyado en la cama. No temía a tocarle, la perdida de sangre quizás era la culpable de que Yuichiro haya perdido el conocimiento, y el rubio estaba consciente de ello. 

- ¿cuanto ha cambiado todo? 

Su mirada estaba encadenada a la presencia estática del uniformado, sus manos tomaron la decisión antes que su mente, estaba jalando de su ropa como si estuviera liberando a yuichiro de la asfixia de algún animal. Sus oídos sentían su pulso, su boca sentía el deseo de sangre y sus manos buscaban el calor de su sangre, mientras que solo sus manos tocaron un pecho desnudo, virgen e intacto, libre de marcas u toxinas que arruinaran tan hermosa textura, aquel escenario sus manos no se permitieron desperdiciar, paseo su tacto por su pecho con gentileza.

Cada centímetro que recorría le hacia recordar tanto amargos como dulces memorias, cuando sus ojos se vieron por primera vez, aunque no tenían el peso como la primera vez que aquellos ojos verdes comenzaron a ser los únicos que miraría hasta la muerte de alguno de los dos, hermosos recuerdos llenos de alegría, casi el resto de la familia ya no existía si podía tener a Yuu cerca. Aquellos momentos incómodos en que daba sangre por el bien de su familia, por hacer feliz a quien amaba, no exigía nada mas que ir a casa y verlo aunque fuera dormido, pero aquel azabache esperaba despierto y siempre con aquel animo de pelear que mantenía aquel sentimiento vivo dentro de el cuando ya no parecía ver la esperanza de ser libre.

- Di todo por ti... saber que seguías vivo y que estabas a salvo no me eran suficiente si no podía verte Yuu chan ¿como pude soportar tanto dolor todos estos años?- Sus ojos azules se exprimieron en lagrimas que caían sobre el pecho moreno del muchacho.- y a pesar de que estas aquí, quiero llevarte donde nadie mas pueda dañarte, pero...

un llanto de niño empujo el silencio, Mikaela abrazo a su preciado ángel con desesperación, percibió con cada sentido a su amado Yuichiro, por quien seria capaz de entregar todo con verlo. Sus ojos observaron como sus manos recorrían un lento camino desde su abdomen hasta su mentón, sus oídos aun escuchar sus propios sollozos que perturbaban aquel pulso que calentaba mas su vientre y como sus labios sintieron el gusto suave de sus labios, sin presión podía continuar abriendo un poco mas aquella cavidad percibiendo con su lengua cada centímetro de una boca hasta fundirse con su lengua muerta, su vientre conseguía sentir un calor mas intenso que se expandía con lentitud hasta descender a un lugar donde despertó una zona que le parecía extraña. Esta vez dejaría que su instinto se tomara de la mano al amor e hiciera suyo a quien mas amaba en todo el mundo, su única familia, lo único que necesitaba probar, oler, oír, tocar y mas que todo ver.

Tomo los hombros del azabache y lo inclino hasta depositarlo nuevamente sobre la cama, y donde se poso sin dejar que su peso cayera completamente sobre el, su capa cubrió el cuerpo humano del frió y sus manos se ocuparon en lo mismo al recorrer cada centímetro sin perder detalle de su cuerpo mientras sus labios seguían concentrado en un intenso beso afirmado por el deseo que ejercía aquel calor que aumentaba cada vez mas. 

- Aunque no respondas quiero que mis labios te sientan

Sus labios regresaron a los de el en un breve beso que continuo por su mandíbula hasta deslizarse por esta hasta su oreja donde apreso el lóbulo en la fuerza de sus labios, sus manos sin guantes se enlazaban en los cabellos negros de Yuichiro, tuvo que jalar de estos para inclinar su rostro hacia atrás y permitir la visión a un cuello que solo tenia limpieza y dos heridas que no volvió a tocar, no tenia ni tampoco quería perder tiempo en saborear el cuerpo de su amado yuichiro. 

En un camino de besos desde su cuello siguió por su clavícula, el camino se hizo mas lento en su pecho donde se atrevió a morder sin la fuerza para herir sino para sentir  su carne sobre la protección de aquella piel, sus manos simpatizaban con sus tetillas jalando, apretando estrujando estas como si esperara tener algo de ellas. Aquel calor demando sin mas tenerlo ya.

- Lo siento Yuu chan-.

Jalo con fuerza su pantalón dejando el mismo como jirones su fuerza rompía lo que fuera, pero no rompería a su querido yuu y de eso podía estar seguro. Cuando sus pantalones no eran obstrucción a su entrada busco entre las ropas propias como sacar aquella erección demandante. No le fue difícil sacarla, la desesperación era una buena amiga al momento de desabrochar cosas complicadas. Se acomoda entre las piernas del moreno y tomo su erección apuntando a su culo, no evito mirar su cuerpo desfallecido y sonreír antes de meter su miembro con cierta dificultad a aquel ano virgen, su cuerpo se estremeció al sentir aquel calor expandirse en todo su cuerpo y recorrerlo como electricidad hasta la médula.

Lentamente trato de meter todo su falo por el ano del azabache y cuando logro tocar el limite, embistió aquel ano a lentas estocadas que poco a poco fueron aumentando, a pesar de que Yuichiro no estuviera despierto, Mikaela se sentía rotundamente feliz, golpeaba sus caderas contra las del azabache insistentemente. 

Cuando se sentía cada vez mas cerca del éxtasis sintió el golpe seco de la destrucción y tras ello la inconfundible voz de Ferid Bathory que alegaba su nombre. Aquellas sensaciones desaparecieron por el miedo a que su querido Yuu fuera descubierto. Aun no se fiaba de las intensiones de Bathory, pero si se quedaba esperando a que se fuera Ferid le buscaría hasta encontrarlo, no seria un buen escenario, por lo tanto, decidió tomar sus cosas y reincorporarse calladamente para el encuentro con Ferid.

Al acercarse al exterior pudo oler la presencia humana, por lo menos Yuichiro no estaría a la deriva sino a cargo de los humanos que los encontrarían.

- Vamos Mikaela, deja de divertirte tenemos que irnos.- Por primera vez en tanto tiempo Ferid no tenia ganas de pedirle explicaciones solo camino lejos de aquel lugar y dejo a que el rubio lo siguiera, era algo seguro, pero primero debían saber donde estaba. Miro hacia donde están los humanos y lanzo una piedra hasta su paradero para llamar su atención.

-Yuu chan...como sea volveré por ti.

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Espero que les guste. 


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⏰ Última actualización: Jul 30, 2015 ⏰

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