Capítulo 3.

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El lanzo una mirada a mi lado y lo sentí desconcertado: ―Perdón creo que molesto, estas con tu novio.

Yo sonreí, y pensé ojala: ―No es la toalla de mi hermano

El respiro relajado.

Yo con una sonrisa picara en la que el quedo embelesado pregunte indiscreta: ― ¿Y tú, tienes novia?

―No, pero tú podrías serlo―Respondió vacilando.

Entonces sentí como mis mejillas se sonrojaron y unos extraños sentimientos recorrían mi cuerpo de arriba abajo. Al darse cuenta el me rozo el brazo que estaba tenso y cuando ocurrió mi brazo se debilitó como si de una gelatina se tratase. Iba a caer cuando su musculoso brazo me sujetó. Nos miramos como si no hubiese nadie en la playa, pero de repente una voz enfrente de nosotros corto todo aquel momento, como no era el pesado de mi hermano que me avisaba de que se iba a dar un baño y, por supuesto tenía que acercarme a la orilla para vigilarle. Al levantarme me di cuenta de sus ojos persiguiendo mi figura atontado. Cuando yo le dije: ― ¿Me puedes vigilar las cosas cinco minutos mientras se baña?

El sin separar su mirada de mi asintió con la cabeza.

Al volver el seguía ahí tomando el sol. Mi hermano se quedo en la orilla y yo volvo para echarme crema. Cuando mis manos estaban pasando la crema por los hombros, el simpático y amable pregunto: ― ¿Te ayudo a echarte crema?

―Si gracias―Respondí coqueta.

Sus manos rozaban mi espalda y a la vez un escalofrío recorrió todo mi cuerpo. Él lo sintió y soltó media sonrisa picara de su boca perfecta. Al darme cuenta también sonreí y se me quedo la típica cara de tonta de cuando alguien te gusta. El termino de extenderme la crema.

Se levanto de repente y yo quede extrañada, un chaval alto rubio con ojos claros y de tez blanca se acerco a nosotros. Se saludaron y de repente sentí como me miraba. Yeray me presento: ―Mira este es mi amigo Manu, ella es Amanda.

―Encantado ¿Qué es tu novia?

Yo solté una carcajada, y el gracioso soltó: ―De momento no, pero puede que en un futuro...

Ante aquella respuesta me ruborice, una cosa era ser directo y otra cosa era lo rápido que iba Yeray. Yo me tumbe en mi toalla a tomar el sol. Al rato oí como se despedían y sentí como se tumbaba a mi lado y me dejo asombrada cuando comenzó a acariciar mi brazo que se encontraba posado a su lado.

No le dije nada y continuo haciéndolo hasta que mire a mi reloj , me encontré con que era hora de comer así que cogí me levante y recogí.

―Adiós, nos vamos a comer, ya nos veremos otro día por la playa―

El contestó―No me vas a dar tu wasap―

Yo con una sonrisa respondí......


Por CasualidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora