Cada día de mi vida pensaba en ti, pero quería olvidarte. Mis días eran sencillos: despertarse, vestirse, cojer el tren, ir al instituto, insultos, cojer el tren, volver a casa, cortarse, llorar y dormir. Cada día era así... Al final del día sólo quería llorar. Llorar y cortarme. Hoy también me toca ir al instituto... Menos mal que es viernes. Cuando el tren aún no había llegado, lad vías estaban vacías, como yo... Y quería saltar. Faltaba 1 minuto para que pasara el tren, y si saltaba ya sería feliz... Me incliné... Y una mano me agarró, y la persona que me agarró me dijo:
-La vida es un campo de rosas negras.
Me quedé parada, no sabía quien era, seguía tomada de su mano y cuando me giré: vi a un chico normal, de aspecto de 15 años o así, pelo liso y en la cara, unos ojos azules y grises y tenía una sonrisa fingida en la cara. Le pregunté por su nombre y me dijo:
-Pronto lo sabrás...
Y pasó el tren.