-Cómo que lo intentaste, eres suicida o que?
-Algo así, pero supongo que tu también, no?
-...
-Es la hora de clases, vamos.
Se sentó al lado mio. Tocaba clase de musica, lo único que me gustaba. Me pasó una nota...
"Esta tarde a las 16:30?"
A lo que yo le respondí
"En la puerta del video club"
-Muy bien chicos, van a tener qué formar parejas y hacer un vídeo cantando. Las hago yo o vosotros?
-NOSOTROS!
-A por faena!
Se me acercó el chico misterioso...
-Aún no te dije mi nombre...
-Yo Lucía.
-Encantado, yo Dominik. Bonito nombre -me guiña un ojo-
-Gracias. Supongo que el trabajo lo haremos juntos, no?
-Si. Sobre la nota, quedamos ahí para grabarlo?
-Excelente.
-Tienes idea de cual cantaremos?
-La verdad no, pero con esos ojazos seguro que alguna se te ocurrirá.
-Ya veremos.
Hubo un silencio incomodo, me miraba a los ojos intensamente...
-Recojan!
Cuando recojí vi que Dominik se alejaba con preocupación, no le di importancia y me fui.
Vi a Dominik en el suelo, sangrando por la nariz y a 3 chicos riéndose de el y grabando la paliza... Me entró tal rabia que fui hacia el para calmarlo, y los chicos seguían riéndose. Vino uno de ellos, en tono de burla.
-Tu que eres, su mamá?
-No, una alumna, como vosotros.
-Uy, qué se nos pone chula. Marcus, le pegamos?
-Y vosotros que sois, los animales del zoo, que se han escapado?
-No, somos los que te vamos a partir la cara.
La verdad es que podían conmigo, y yo no sabía pelear ni pegar, pero como soy pequeña decidí esquivarlos todo el rato, pero me dio en él estomago.
Dominik saltó diciendo...
-Ey, vosotros tenéis un bate, ella es más pequeña y no tiene nada. Mejor os pirais y en paz...
Vino el director justo cuándo este idiota levantó el bate para darle...
-A mi despacho, Lucas.
Dominik se levantó y me tendió la mano.
-Gracias por ayudarme, Lucía.
-No te he ayudado, casi te pegan por mi culpa...
-Lo que importa es la intención...
Era la hora de comer y yo no quería volver a mi casa, me insultaban y me pegaban...
Me quedé en el mismo lugar y me senté en un escalón de la puerta.
-Que no vas a tu casa?
-No tengo hambre.
-Ya, pero no estarán preocupados tus padres?
-A mis padres les doy igual, soy una niñata para ellos...
-Tengo un refugio escondido por el bosque... Si quieres...
-Por donde está?
Fueron caminando hasta llegar y tiraron una piedra que me cayó en el pié.
-Estas bien?
-Si, apenas me tocó.
Escuchamos gritos, nos asustamos.
-Sabes que es eso? Como siempre vienes aquí...
-Nunca he escuchado eso aquí, es una zona tranquila...
Vi a Lucas y a la pandilla y le dije a Dominik qué de callara.
-Están ahí, callate.
Me hizo un gesto para que le siguiera, y le hize caso. Me llevó a un sitio que parecía como un cuento de hadas, había un árbol muy grande con muchísimas ramas y Dominik se subió en una y me tendió su mano. Se la cojí, y subimos los dos. Me susurró...
-Vemos, pero no nos ven.
-Vienes aquí todos los días?
-Sí, prefiero venir aquí que llegar a casa...
-Y no comes?
-Sí, esto:
Sacó un bocadillo de jamón y otro de queso.
-Cuál quieres?
-Te guardas esto cada vez que vienes?
Dibujó una media sonrisa.
Estuvimos en silencio comiendo, escuchando los gritos de los idiotas esos y poco a poco se iban alejando...
Se remangó los brazos y le vi muchísimas cortadas.
-Todo eso te lo has echo tu?
-A ver las tuyas...
Se las enseñé y sonrió.
-Todas las bellezas tienen una historia.