Arreglo

16 0 0
                                    

Llamé a Bill desde el teléfono del resto bar en el que fui a parar y me quede dormida unos minutos, después de todo lo que había pasado. Él me recogió y me llevó a casa.

No supe nada de el por un tiempo. Pase muy mal, lo extrañaba demasiado; las horas parecían eternas sin él, deseaba con todas las fuerzas de mi alma cambiar mis palabras para que él no se hubiese ido de mi corazón. A veces lo entendía, a un ser humano no se le puede pedir tanto y menos si el cariño es tanto como el mío hacia él, pero sentía que no debía aceptarlo si no estaba segura, no quería que me sintiera incomoda una vez que fuésemos más que amigos.

Mi miedo se centraba en el que pasará después, vive la vida en el ahora. Pero no podía dejar de pensar en el futuro; lo quiero, lo quiero demasiado, lo quiero más de lo que debería, pero aún existía algo dentro de mí que no me dejaba estar con él, tal vez no es el indicado, es posible que toda esta inseguridad que siento sea por eso.

.

Recuerdo que al segundo día de saber que vivía a lado mío, Ian llegó a mi casa al medio día.
Abrí la puerta, mientras que el timbre no dejaba de sonar.

-¡Hola Aine!- me dijo con entusiasmo.

-Hola.. Em, ¿Ian?- dije dudosa, sabiendo por completo cuál era su nombre.

-Si Ian, ¿Quieres salir un rato al jardín?

-¿Para qué? acaso tienes preparada una venganza especial por decirte bastardo ayer.

-No, esa la dejó para después hoy no será.- Me guiño el ojo.

-Okay, en todo caso dejame avisarle a mi madre que estaré aquí.

-¡Vaya! Que desconfianza, vivo al lado tuyo imposible que te pueda hacer algo y mudarme del país repentinamente.

-Casos especiales se han visto. - dije llevándole la contraria

-No eres tan importante para mí.- dijo en un tono seco

-¿Quien te ha preguntado si lo soy? La verdad no me interesa. le escupí, sabiendo que le iba a doler lo que le dije. 

-Bueno, se que te interesa pero si prefieres negarlo, adelante.

-Eres creído y petulante. - dije haciendo una mueca con mis labios.

-Eso es lo que dicen de mi cuando me conocen pero al siguiente día las tengo a mis pies.- trató de alzar una ceja y de guiñar un ojo pero no sé si le haya salido tan bien como pensó.

-Lo dijiste con tanta seguridad que por poco creí que era verdad, pero no soy tan estúpida.- hice un enfasis casi que notable en el "Estúpida".

- No, No lo eres. Eso es como una especie de reto para mi.¿ Sabias?

-Los retos suelen ser inalcanzables muchas veces y esta no es la excepción, ¿entiendes?

-Te entiendo, pero no me mates.

-Sería un castigo cliché, yo prefiero originalidad.
Fue lo último que dije para después entrar a mi casa, acostarme en mi casa y pensar una y otra vez en sus hermosos ojos cafés. ¿Qué rayos? no puedo dejar que su psicología barata me envuelva.

.

A veces el sentimiento de culpa ya no era tanto y comenzaba a odiarlo, es cierto, no éramos nada pero compartimos cosas, me besaba y me sentía segura a su lado ¿por qué habría de besarme si me quería como a un juguete?. Desde ese momento entendí todo, recordé cuando me advirtió que era un reto para él, el reto que logró conquistar, el reto que alcanzó al fin y como ya no le servía lo desechó como basura.

Me mintió, me engañó. Pero siempre llego a la conclusión que la única culpable de esto soy yo. Primero me deje envolver de él y de su juego y luego de eso no quise aceptar ser su novia por más que me lo pedía.

Antes de que se fuera, aún lo seguía viendo, en la escuela, a la salida, por mi casa. Y no nos mirábamos mal, pero tampoco bien. Hubo un día que nos tocó hacer un trabajo investigativo en grupo, éramos cinco estudiantes de diferentes grados mezclados haciendo un ensayo sobre la historia de las leyes constitucionales. No hablábamos nada que no fuera del trabajo, a veces me llamaba para preguntar sobre tareas o yo para  que me pasara apuntes de lo que faltara para el ensayo. Un día hablamos de lo que pasó y fueron tantas las cosas que dijimos que terminamos perdonándonos el uno al otro. En realidad fue un arreglo hipócrita, yo de verdad nunca pude perdonarlo y no se si el lo hizo; la idea era no estar peleados para hacer la estadía en la escuela menos tediosa, y para poder caminar del mismo lado de la acera.

...

Estábamos en la cancha de la escuela con Alex y Stella pedimos permisos para faltar a clase de artes, para ver el partido de Basquetbol; nunca fui buena en dibujo, hasta Adam; luego llegó junto a sus amigos. 

En todo el transcurso del partido Note a Ian distraído.                                                                                        -¿No crees que ian esta algo distraído?-le pregunté a Stella preocupada-

-No, yo creo que solo tiene una mala racha pero ya verás que en menos de lo que piensas se recompone- me dijo despreocupada.

Estuve esperando todo el partido a que estuviera más concentrado. No pasó.

Perdieron y todos los chicos estaban constipados por él, decían que el culpable era Ian. No sabía porque, si se supone que son un equipo la culpa la deben tener todos; tenía mucha curiosidad de saber por qué todos estaban molestos con Ian que le dije a Stella que me ayudara a acercarme a vestidores para poder escuchar lo que hablaban.

Entre a un baño de los vestidores antes de que el equipo llegara a cambiarse, escuché muchos reproches y regaños de parte de los chicos y del entrenador porque muchos estaban distraídos y entre esos estaba Ian.

-Estamos en un campeonato para ganarlo no para regalarlo ¡QUE NO LES HAN SERVIDO TODO LOS ENTRENAMIENTOS! ¡QUE LES PASA! en el próximo partido no juega Stewart y Jackson, hoy estaban jugando pésimo, que esto les sirva de meta, para que en el próximo partido después de el que viene lo den todo. ah, un consejo, sepan separar lo personal del juego.

Olvidando el pasado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora