Capítulo 3.

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Me desperté temprano, quité las sábanas de mi cara y recordé que mi habitación estaba completamente vacía, mi cama estaba ya en el camión de mudanzas. Las fotos de Sarah estaban tiradas en el piso a lado de mi, sentía emoción y tristeza, no quería hacerlo.

Bajé y mi familia estaba despierta, todos acomodando las cosas que faltaban, y afuera estaba Sarah, llorando, junto con su familia, la cual también estaba llorando.

━Llegó la hora. -Me acerqué a Sarah y la abracé fuertemente.-

Después de todo el reloj marcó las 7 am, era hora de irnos, no había marcha atrás. Lo único que quería era que mi padre dijera "Feliz día de los inocentes hija, es una broma de mal gusto, estás saliendo en televisión, en realidad no nos iremos, te amamos" Pero no, eso no iba a pasar, eso no estaba pasando. 

Abracé a Sarah fuertemente, no la quería soltar nunca, nunca. Me despedí de su familia, me subí al auto de mi hermano (mis padres se fueron en el auto de ellos) Seguía lloviendo, miré a Sarah por el espejo distorsionada por las  gotas que caían, su padre la abrazaba y ella lloraba al igual que yo. Nos fuimos.

Me puse los auriculares, no sabía cómo expresar todo lo que sentía, me puse a pensar mil cosas, ¿Que pasaría con mi mejor amiga? No quería que  en algún momento la llamara y que me contestara con un "Oye, no tengo tiempo, iré con mi nueva mejor amiga a tomar un café" me pasaron miles de cosas por la mente, quería bajarme del auto y correr a abrazarla, quería que el carro en ese momento dejar de caminar para no irme a otra ciudad, pero no, eso no iba a pasar, eso no pasó. 

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Después de todo me quedé profundamente dormida, me asustaba mi nueva vida, no conocía el lugar ese, nunca había ido, no sabía como era su gente, como era la ciudad en general, no tenía idea de eso, cosa que hizo que mi cuerpo vibrara.

Por fin, llegamos. Es una casa bonita. Papá estaciona el carro fuera del jardín mientras nos dice:

  ━ Bueno, bienvenidos a nuestro nuevo hogar. 

Tenía buen aspecto, era una casa grande, bonita, el lugar dónde viviríamos era tranquilo, a penas se miraban unos pequeños niños jugando en el patio de su casa tranquilamente, era un lugar bueno.   Ayudé a mis papás a bajar las cosas necesarias, mientras yo observaba la casa detenidamente con mi mochila en mi espalda y mi celular en mi mano.

━ Ahorita no se ve del todo bien. -dijo mi papá-  Ya que los muebles estén en su lugar, decoremos y pintemos, se verá excelente.- Me tomó del hombro y me miró a los ojos.- trata de adaptarte, será una buena vida.- Y besó mi frente. 

Siendo sincera era un lugar bonito, era una casa muy grande, lo cual me encantaba pero eso no hacía que no extrañara mi otro hogar. Creí que sería normal estar así los primeros días, sin embargo no quería que se me hiciera vicio, quería tratar con otras cosas poco a poco aunque fuera difícil, ya estábamos ahí y era obvio que no regresaría, no había de otra más que soportar eso y tratar de encajar en mi nueva ciudad.


LIMERENCIA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora