Prólogo.

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-Ya han pasado más de dos semanas. No sabemos nada de ella.- Escuche a mi mamá hablar con mi papá por el pasillo sobre mi hermana. No se que pasa pero no la he visto en días. Supongo que mi papá esta ebrio porque el olor a alcohol llega hasta mi habitación.

-¡¿Crees que no lo se?! ¡Hago todo lo posible Melissa mientras tu solo te quedas en el hospital!

-¡Lo lamento pero tengo que trabajar!

-Parece que no te importa en lo más mínimo la desaparición de Sarah.

-¡¿De que demonios hablas?! ¡Claro que me importa! ¡Es mi hija!

-¡Y la mía! ¡Yo soy el que se esta matando en estos momentos para encontrarla!

-¡¿Que hay de mi?!

-¡Tu solo estas trabajando!

-No digas cosas que no sabes.

-¡Perdona porque Sarah sea mi más grande preocupación en estos momentos!

-¡Recuerda que también tenemos a otro hijo que nos necesita y esta en la otra habitación!- Supe que hablaban de mi y abrí un poco la puerta para poder verlos, discutían junto a la escalera, mi papá llevaba una botella de whisky en la mano derecha y la otra la agitaba por los aires mientras hablaba con mi mamá.

-Pero recuerda que nuestra pequeña esta en algún lugar del mundo siendo vendida o violada por un idiota.- Las lagrimas amenazaban con salir de los ojos de mi mamá que me hicieron sentir culpable de alguna manera.

-No digas eso. Sabes que el único idiota aquí eres tu.- Y eso fue lo que derramo el vaso, porque cuando menos se lo esperaba mi mamá, mi papá levanto la botella de Whisky listo para golpear. Corrí lo más rápido que pude hasta estar frente a ella, supuse que mi padre se detendría. Pero me equivoque. La botella golpeo mi mejilla con tanta fuerza que hizo que fuera directo a caer por las escaleras.

-¡SCOTT!- grito mi mamá. Y fue lo ultimo que escuche.

Teen Wolf: HeksenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora