Casa.

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Stiles:

-¿como que esta es Psiquiatría? 

-En Eichen, la trasladaron esta tarde después de presentar comportamientos extraños..

-¿Que clase de comportamientos?- Liam no contestó.-¿Que clase de comportamientos Liam?

-Trato de suicidarse.- Mi presión cayo por los suelos, parece que olvide como respirar porque no lo hacía demasiado bien.

-¿Que?

-Hable con la enfermera, pero no me dio mas datos.- Tomé mi chaqueta y empecé a caminar hacía la puerta, pero me detuve cuando vi la puerta de la oficina y recordé a Sarah.

-Tendrá que esperar. 

Lydia:

Uno...Dos...Tres...Cuatro. Cuatro pasos, no, cinco, cinco pasos eran los que se escuchaban hacía acá, la habitación fría y tenebrosa , no podía moverme, trataba pero me era imposible mover cualquier musculo, con cada paso que se acercaba mas mi corazón se aceleraba, era desesperante no poder moverme, y aun mas si significaba mi muerte.

-Hola Lydia, no me es grato encontrarte aquí nuevamente.- Trate de contestarle al doctor pero tampoco podía hablar.- Como habrás notado no podrás hacer ningún movimiento ni tampoco podrás hablar, es por la morfina que te hemos colocado.- Decía mientras administraba aun mas en el suero conectado a mi muñeca.- No te asustes, es por tu bien, solo por tu bien, no sabemos que piensas hacer ahora, necesito que me pongas completa y total atención o algo malo pasara.- El doctor fue interrumpido cuando las alarmas sonaron, volteo hacía la puerta y se levanto.- Vuelvo enseguida.

El doctor salió de la sala dejándome completamente sola, o eso creía hasta que, en cuestión de segundos, unos gritos ensordecedores arrasaron con mis oídos, sabia que todo acabaría mal.

-Lydia, Lydia, creo que no nos estamos entendiendo muy bien.- La voz de aquel chico de nuevo. Por la puerta, lo vi, lo vi a el y a todos los demás, con las mismas mascaras blancas, sentía  como mi corazón latía rápidamente,  latido tras latido.

-Actúa rápido, quiero irme.- Dijo aquella chica que reconocí rápidamente.

-Calla, me tomare mi tiempo si quiero.- El chico se acerco a mi y acaricio mi frente.- Ahora Lydia, dímelo  ¿donde esta?

-Yo...

-Vamos habla.

-Vete al infierno.- Le dije cuando el efecto de la morfina pasó, después, grite con las únicas fuerzas que me quedaban, pero fue lo suficiente para que los focos se rompieran y que esos chicos taparan sus oídos. Era hora.

Scott:

No dejaba de mirar a aquella chica de cabello sucio y asustada, ella, mi hermana, hermana, no sonaba normal, NO ERA normal, ¿yo? ¿con hermana? Las cosas no pueden estar peor y después aparece esta chica que se hace llamar Sarah McCall, mi hermana menor. Esto es pura mierda.

Entramos a casa, Sarah parecía estar completamente confundida, no sabia que hacer, que decir o como reaccionar, al igual que yo.

-Bueno, bienvenida a casa.- Sarah miro a todos lados tratando de sentirse en casa supongo, pero no lo lograba, se sentía incomoda, lo sabía. Mi celular sonó y salí para poder contestar.

-¿Sí?

-Scott.- Malia sonaba asustada.

-¿Que pasa?

-Están aquí.

-¿Quienes?

-Los atacantes, están aquí.

Teen Wolf: HeksenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora