Capitulo tres

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Capitulo tres

Las nubes negras cubrían completamente un hermoso amanecer. La lluvia no cesaba ni un minuto. Ya llevaba tres días lloviendo. Los ruidosos truenos resonaban por todo el colegio. Y al anochecer los relámpagos se hacían presentes.

Un mes había pasado desde que Harry y Hemione se besaron por primera vez. Harry seguía aún con Ginny, para ella todo iba normal, por excepción de los pequeños rumores de que su novio y su mejor amiga salían a escondidas. Ella sólo ignoraba esos comentarios, ya que no lo creía posible.

—Odio la lluvia y esos ruidosos truenos —se quejaba frunciendo el ceño una joven castaña—, No me dejan estudiar. —clavó nuevamente su vista en el libro.

—No te quejes Hermione. El cielo también merece llorar debes en cuando —dijo con una sonrisa la rubio de a lado.

—¿Llorar?

—Sí, además, no olvidemos que tú siempre te encierras a llorar. —respondió Luna con la vista en el libro que tenía en las manos.

Hermione miró a su compañera con algo de molestia, no le gustaba que dijera esas cosas aunque estuvieran solas. Si se encerraba a llorar era porque no quería que nadie supiera.

—Hola chicas —saludó alegremente el chico de anteojos redondos.

—Hablando de cosas que no dejan estudiar —se quejó nuevamente Hermione cerrando con fuerza su libro.

—Yo mejor me voy.

Luna comenzó a levantar sus cosas, sin quitar esa sonrisa traviesa de su rostro, y se dispuso a salir, pero antes le guiñó levemente el ojo a su amiga. Ella entendía a la perfección lo que pasaba entre los otros dos, no por los rumores, sino porque Hermione se lo había contado la primera vez que la vio llorar, y Luna creía que merecían estar juntos.

—Ron nos invitó a pasar las vacaciones navideñas con su familia —sonrió Harry ignorando la salida de la rubia.

—Querrás decir que te invitó a ti —resopló Hermione.

—No. Él me pidió que te dijera —sonrió ampliamente—, aparentemente quiere hacer las paces contigo.

—Pero... Ginny... —atinó a decir la chica mirando el suelo.

Involuntariamente, Hermione enredó un poco de cabello en dos de sus dedos, jugando con éstos. Harry sabía que significaba eso; estaba nerviosa.

—¿Qué hay con Ginny?— Preguntó confuso.

—Nada...

—Herms... —dijo rodando los ojos.

—¡No me llames así, Potter!

—Anda, dime. ¿Qué pasa con Ginny?

La pregunta de Harry era en serio, al parecer él no entendía la inminente rivalidad que se daría entre ellas.

—Lleva unos días siendo insoportable estar con ella y más si tú estás presente —confesó finalmente—. Parece que no quiere que estés cercas de mí.

—Estás exagerando —aseguró Harry con una pequeña risita—. ¿No estarás celosa Herm?

Tras escucharlo, la chica lo golpeó en la cabeza con el libro que sostenía.

—¡Que no me llames así! —le reprendió con apuntándole con el dedo cerca de su pecho—. Además, la celosa sería ella.

Pasaron los minutos con ellos ahí sentados mientras leían y comentaban una que otra broma, ambos reían dulcemente.

Penumbra. [Harmony]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora