Me enamoré. Me enamoré de él, de su sonrisa, porque me importaba una mierda lo que pasara si él estaba sonriendo. Me enamoré de su boca, de cada palabra. Me gustaba incluso cuando estaba molesto. Me enamoré maldición. Pero ya no me cuesta decirlo,porque me enamoré de sus ojos, de sus ataques de locura, de cuando cantaba bajito porque estaba feliz. De cuando me agarraba fuerte porque decía que tenía miedo de perderme, cuando me abrazaba fuerte porque solo yo sabía que era entonces cuando tenía que quererlo más que nunca. Me enamoré de lo tonto que era, incluso de cuando se quería hacer el inteligente pero no se le daba. De los insultos estúpidos. De sus abrazos y aún, a veces, echo de menos alguno. De cuando se tapaba la cara y decía que estaba fea y yo no dejaba de mirarlo y luego me decía que, fuera como fuera, siempre estaba hermosa.