Capítulo 4: La plaza.

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Como su fiel narradora, supongo que me toca narrar todo lo que pasará en esta historia. Bueno, después de todo, yo misma me he ofrecido a narrarla, ¿o no? Pero, aveces la narradora debe tomar... ciertas decisiones. Como por ejemplo: adelantar el tiempo de la historia, para que ésta progrese más rápido. Tranquilos, seguiremos en el mismo día, pero no en la misma hora. ¿Te parece bien? ¿si? Esta bien, sigamos.

Elsa salió de su casa con un gran suspiro queriendo salir de sus pulmones. Otra pelea con Anna no era exactamente lo que ella esperaba al llegar a casa. Jeans azules, convers negros y una campera blanca con un copo de nieve cubrían su desnudez. Además, claro, de su ropa interior, pero no vamos a hablar de eso. Ella se encaminó hacia una dirección desconocida, temió por unos segundos perderse pero no le importó en absoluto, la nieve estaba por todo lados pero aún así el sol brillaba hermosamente. Pensó en tantas cosas que se cuando se quiso darse por vencida con sus problemas y volver a casa, algo llegó a sus oídos.

Música.

Un... ¿ukelele?

Vio por el rabillo del ojo a bastante gente acoplada en la plaza que tenía en frente de ella. Se acercó, solo para saber quién era el que estaba tocando ese instrumento, nunca había escuchado un ukele y el simple echo de que había una cerca de ella la volvía loca. Se abrió paso entre la gente hasta qie vio quién era el que tocaba. Un chico, sonriente y de ojos azules sonreía a las chicas le miraban. Elsa fijó su vista en el joven, después, en el chico sentado a su lado. Su respiración se cortó.

Un apellido vino a si nombre.

Luego, un nombre.

Haddock. Hiccup Haddock.

Obviamente, había crecido, estaba más grande. Aún tenía esos ojos verdes y ese cabello rojizo. Elsa retrocedió, escondiéndose entre el público, fijó su vista en el albino. Él sonreía al ritmo de la canción. Ella no reconoció la letra pero no podía parar de mirarlo. Cuando decidió que ya era de irse una voz la hizo quedarse.

-Elsa, ¿eres tu?

Ella se dio la vuelta.

-Hola, Hiccup, estás más grande-sonrió-debo irme...

-Espera, ven, canta una canción-le propuso el oji verder sonriendole como lo hacia antes, en las viejas prácticas del coro.-Vamos.

-No, lo siento, yo...

-¡Haddock! ¿por qué mierda ta...?

Elsa se congeló ante la imagen del albino, teniéndolo más cerca pudo ver la intensidad de los ojos de aquel chico, Dios, eran dos hermosos zafiros. Él era más alto que ella por unos centímetros. Él también se le había quedado mirando.

-Supongo que debo hacer las presentaciones-suspiró Hiccup-Elsa, él es mi amigo, Jack Frost. Jack, ella es mi vieja amiga, Elsa Arendelle.

-Un gusto-dijo Jack mirándola divertido y tendiendo su mano en dirección de Elsa.

-El placer es mío-respondió Elsa correspondiendo al saludo del joven, sintió algo al tocar su mano, estaba helada.

-¿De dónde se conocen?

-Bueno...

-Elsa era parte del coro, antes de la ley anti-mujeres.

-Imposible-dirigió su mirada a la rubia-Entonces, ¿cantas?

Jack le sonreía mostrando perfectos dientes blancos. Elsa estaba sonrojada pero al mismo tiempo quería decir algo aunque el nudo que le formó en la garganta no la dejaba.

-No, yo no...

-Era la mejor-intervino Hiccup-Gracias a ella habíamos quedado en los mejores puestos. Bueno, excepto que...

Elsa bajó la mirada, no quería recordar ese momento en el casi todo para ella vino abajo. Hiccup la miró unos segundos antes de entender que algo andaba mal. Le dijo a Jack que los dejara a solas unos segundos. Él, también algo preocupado por el repentino cambio de humor de la bella chica, se fue sin dejar de mirarla. Había algo en ella que había captado su atención y le gustó el sentimiento que tuvo cuando su mano se estrechó con la de ella.

-Sigues teniendo miedo a cantar, ¿verdad?

-Sí-se lamentó-pero no importa, ya pasará... mientras no pise otro escenario en mi vida estaré bien-sonrió de manera forzada.

-Elsa, ¿te volviste loca o qué? ¿ya te olvidaste de lo buena que eres?

-No quiero hablar de eso, Hiccup, es mejor dejarlo ir y listo-suspiró-ya debo irme, tengo un par de cosas pendientes.

Hiccup asintió y Elsa se lo agradeció con una pequeña sonrisa, cuando por fin pensaba que se iba a ir sin que alguien la detuviera la voz de Jack irrumpió su partida.

-No sabía que había una chica en Los Clanes-le dijo revolviendo su cabello-Debes ser muy buena para cantar si entraste.

-Fue... fue hace mucho-dijo para luego murmurar-por mi culpa se impuesta esa regla, no pude hacer nada para evitarlo.

Él la miró detalladamente durante unos segundos, cabello rubio casi albino, ojos azules claros, piel pálida, nariz pequeña, dientes blancos y buen cuerpo. Sonrió.

-Pues, ellos se lo pierden-rió-¿ya tienes que irte?

Elsa miró la hora en su celular, si se iba en ese instante llegaría a la audición de Mérida en tiempo y forma. Nunca fue de su agrado llegar tarde.

-Sí, si quieres podemos vernos otro día.

Se lamentó mentalmente por haber dicho eso.

-Claro, ¿te parece más tarde? Hay un bar cerca.

-No bebo.

-Entonces será un café, es una cita-sonrió para luego besarle con suavidad la mejilla e irse.

Elsa estaba paralizada, ¿por qué hizo eso? ¿acababan de conocerse y ya quiere algo con ella?. Suspiró dejando ese pensamiento flotando por alguna parte del cielo. Caminó en la dirección contaría por la que había llegado, ya que por ese lado era el lugar de la audición de su amiga. Los recuerdos invadieron su mente. Ella recordó cuando estaba en el coro, Los Clanes era como su familia pero luego de aquella racha de mala suerte quedó fuera y ellos pusieron esa regla. Además de ocultar cualquier evidencia de que alguna vez hubo una chica en el grupo. Levantó la mirada del suelo para encontrarse cara a cara con la nieve, la cual ocupaba lugar por todos lados. Siguió caminando, deseando convertirse en la nieve, y simplemente, congelar.

-¡Elsa, llegaste!-gritó Mérida corriendo hacia su mejor amiga-por un segundo creí que no ibas a venir.

-Sabes que siempre cumplo a mi palabra, Mer-dijo sonriendo a su amiga-¿dónde está Punzie?

-A comprar algo para comer.

-Gracias a Dios-suspiró aliviada-¿sus padres no te han dicho nada?

-No mucho, solo que está progresando-sonrió-¡estoy tan emocionada! Aunque ese Haddock seguro me caerá pésimo.

Estaban en las afueras de la academia donde practicaba el coro, Elsa recordó que volvería a ver a Hiccup y a los demás pero no le dio importancia. Ese era el momento de su amiga, ¿quien era ella para arruinarlo? Esperó junto con Mérida la llegado de Rapunzel y la llamada su audición. Mérida, por su parte, estaba repasando la canción mentalmente una y otra vez. Escogió una de sus favoritas, la que más la identificaba para interpretar. Le dejaría la boca cerrada a todos eso chicos. Definitivamente, lo haría.

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Hola, lamento haberme tardado en actualizar la historia. Es que mi horario de está haciendo cada vez más pequeño.

Espero que el capítulo les haya gustado, les mando un beso enorme mis copitos :3.

Bye bye

-FLAN.

Life (Jelsa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora