Música, baile, alcohol, gente y vuelta a empezar. Eso es lo que te encuentras en una fiesta. A mi me gustan, lo reconozco, pero nunca le he visto lo divertido a eso de emborracharse hasta el punto de no recordar nada al día siguiente y tener una resaca de mil demonios. Hoy fui a una y me lo pasé en grande. Bebí lo justo para poder conducir de vuelta a casa, pero, como ya es costumbre cada vez que salgo de fiesta, mi querida hermanita me llama para saber como estoy.
-Dylan, ¿dónde estás?
-En el aparcamiento de la discoteca. Tranquila, no estoy borracho, puedo conducir.
-Más te vale, porque la ultima vez me pegaste un buen susto- suelto una risilla- ¿De qué te ríes? Estuve llamándote media hora, pensé que te había pasado algo.
-Ya te dije que se me había quedado el móvil sin batería, no fue mi culpa.
-Ya, ya, pero el susto me lo llevé igual. Bueno, ten cuidado al volver, ¿si?
-Lo tendré... Y tú ve a dormir ya, que estoy seguro de que has estado desde que me fui despierta- ahora es ella quien rie.
-No me pienso meter en la cama hasta que te vea entrar por esa puerta- sonrío y niego con la cabeza-. Ven despacio... Nos vemos.
-Sí, nos vemos.
Cuelgo y vuelvo a reírme. Desde que nuestros padres murieron en un accidente de trafico por culpa de un imbécil borracho se volvió una paranoica... Aunque no es para menos.
Bueno, me presento. Me llamo Dylan Evans, tengo 22 años, pelo castaño y ojos verdes. Ahora mismo estoy estudiando artes y trabajo en una tienda de videojuegos a medio tiempo. Tengo que cuidar de mi hermana, lo cual hago más que encantado. Se llama Dayana, tiene 19 años, pelo largo castaño oscuro, ojos marrones y es un poco más baja que yo. Ella, a pesar de que le insistí en que no hacía falta, también tiene un trabajo a medio tiempo: trabaja en en una cafetería.
A pesar de que nos llevamos 3 años estamos muy unidos. Nos lo contamos todo el uno al otro, nos aconsejamos mutuamente, sabemos lo que está pensando el otro con solo mirarlo a los ojos... Es increíble tener a alguien así en tu vida, creeme. Si te soy sincero, muchas veces (más de las que me gustaría, la verdad) he podido seguir delante gracias a ella.
Desde que tengo memoria he sido alguien muy... sensible. Lo que para otro es un pequeño corte, para mi es una gran cicatriz (psicológicamente hablando). Yo siempre he sabido que me gustan los chicos y no me importaba admitirlo, pero eso cambió cuando llegué a secundaria. Muchos de mis compañeros, si se les puede llamar así, me criticaban, humillaban e, incluso, agredían por el mero echo de ser gay. Cuando todo eso empezó, mi hermana tenía 9 años y, aún siendo tan pequeña, fue el mayor apoyo que tube. Era la única que conseguía hacerme reír, la única que me daba fuerzas para continuar...
Cuatro años después pasó lo de nuestros padres... Al principio nos cuidaba una amiga de nuestra madre ya que yo entré en depresión y Day era muy pequeña. Mi hermana siempre me sonreía, nunca se mostró triste delante de mí... pero la escuchaba llorar por las noches, aunque intentaba hacerlo lo más bajo posible. También ayudaba con las tareas de la casa, cuidaba del hijo de esa amiga de mamá cuando esta estaba trabajando y, aún por encima, cuidaba de mi. Me obligaba a comer, me arrastraba fuera de casa... Hacía todo lo que podía e incluso más para que yo estuviese bien. Creo que esa fue la razón por la que di superado esa depresión. Nunca podré agradecerle todo lo que ha hecho por mi... Aún cuando, normalmente, es el hermano mayor quien cuida al pequeño, no al revés.
En cuanto cumplí los 19 años y conseguí un trabajo, pedí la custodia de Day y empezamos a vivir los dos solos; cosa que seguimos haciendo aún hoy. Day se encarga de la comida ya que yo no me llevo muy bien con la cocina. En el resto de las tareas nos turnamos.
En cuanto llego a casa, me fijo en la ventana del salón: la luz está encendida. Vale, Day me está esperando. Bajo del coche, saco las llaves de casa, entro y mi hermana me da un gran abrazo.
-Te dije que te fueras a la cama- le correspondo al abrazo.
-Y yo te dije que no me iba a meter en la cama hasta que te viera entrar por esa puerta- nos reimos-. ¿Te apetece una charla de hermanos o prefieres irte a dormir?
-¿De verdad me acabas de hacer esa pregunta?- volvemos a reirnos y nos sentamos en el sofá.
-Cuentame, ¿algún chico guapo en la discoteca?- levanto las cejas y sonrío- Sí, soy un caso, pero me lo vas a decir igual, así que...
-Tienes razón- asiente-. Había alguno que no estaba mal, pero no ha pasado nada.
-¿Ni siquiera con Luis?
Luis Rodriguez, mi mejor amigo. Pelo castaño algo largo, ojos marrones y algo más alto que yo. La mayoría dice que también es gay, pero él siempre lo niega. Esas sospechas surgieron cuando lo vimos besarse con el camarero de un pub. Al parecer, Luis estaba tan borracho que se dejó llevar, cosa que muy pocos se creen. Él tiene novia, pero eso no es excusa para no hacerle bromas.
-Luis no es gay...
-¿Cómo estás tan seguro?
-Tiene novia- ella me mira como diciendo: «¿Y?»-. Si Luis fuera gay se le notaría.
-¿A qué te refieres?
-Bueno, si lo fuera... Tú ya lo habrías notado y le estarías llamando uke-chan o seme-kun, ¿me equivoco?
Uke es el termino usado en los mangas yaoi (sobre relaciones entre dos hombres) para hablar del pasivo (el que recibe) y seme es el que se utiliza para el activo (el que da). Dayana es una fuyoshi y, de tanto hablar de yaoi, acabé por saber tanto como ella sobre el tema.
-Cierto... Vale, acepto ese argumento. De todas formas, ¿en serio que no ha pasado nada?
-No, nada de nada. Solo estuve divirtiéndose con los chicos.
-Pues que sepas que me parece muy mal que yo ya tenga novio y tú sigas soltero.
-¿No crees que es más fácil encontrar novio para una chica que para un chico? Además, estoy bien así.
-Ya, y yo no estoy enamorada de Logan. O te buscas tú un novio o te lo encuentro yo, tú decides.
Logan Smith, el novio de mi hermana. Pelo castaño claro corto, ojos azules y de mi altura. Llevan juntos unos 5 años y parece que no tienen intenciones de separarse. Se los ve tan enamorados como el primer día, y eso me gusta. Logan es un buen chico; me cae genial.
-No, gracias, prefiero hacerlo solo. La última vez que me organizarse una cita a ciegas por poco acabo con el culo como la entrada de un túnel. Tuve suerte de que estuvieras en casa.
-Ya te pedí perdón... En mi defensa he de decir que no pensé que fuera un seme tan bruto.
-Bueno, será mejor que nos vayamos a dormir, mañana tú tienes que abrir la cafetería.
-¡Es cierto! ¡Por tú culpa seguramente me quede dormida!
-Yo no te pedí que me esperarases- sube corriendo las escaleras y se mete en su cuarto-. ¡Buenas noches!
-¡Buenas noches!- me río y subo a mi cuarto.
Sí, ha sido una conversación un poco rara, pero es lo que tiene ser hermano de una fuyoshi y, aún por encima, gay.
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Mi nuevo ángel guardián [PAUSADA]
Romance------------------------------------ ||Basada en hechos reales|| ------------------------------------ Dedicada a mi hermano Dylan, sin el cual yo no estaría aquí y a quien quiero más que ha nada. ***************************************** ×Esta histo...