Cap. 7

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×Narra Dayana×

Hoy me levante más temprano de lo normal para poder preparar el plan con Nerea, la cual llegó después. Ambas estamos sentadas en la isla de la cocina con una taza humeante de café en las manos.

-Entonces está decidido- Nerea pone una mano encima del folio que está entre nosotras-, este será el plan.

-Esperaremos lo que queda de semana y si el lunes aún no han avanzado... será nuestro turno- sonreímos de forma burlona y escuchamos pasos en las escaleras-. Buenos días, chicos.

-Buenos días- dicen Zach y Dylan a la vez. Nerea dobla el papel, lo guarda en su bolso, les sirvo un café a los chicos, me vuelvo a sentar, hago las presentaciones entre Zach y Nerea y ambas los miramos con una sonrisa (están sentados el uno al lado del otro). Zach se acerca a Dylan y susurra:

-¿Dan mal rollo o es cosa mía?

-Ignóralas. Seguro que están planeando algo con sus mentes pervertidas, caso en el que es mejor alejarse de ellas- nos mira con los ojos entrecerrados-. Hoy, aprovechando que estamos que estamos de vacaciones, voy a ir a ayudar a los padres de Zach y a él con su tienda.

-Nosotras iremos de compras una vez acabe nuestro turno- empiezo a decir cuando escuchamos, otra vez, pasos en las escaleras-. Claro está que Logan los acompañará.

-No pienso ir solo de compras con dos fuyoshis, no quiero morir aplastado por mangas yaoi- me da un beso, saluda a los demás con la mano, se sirve un café y se sienta.

-Tranquilo, solo iremos a comprar ropa- comenta Nere.

El resto del desayuno pasó tranquilo entre charlas. Luego de recoger, todos nos salimos de la casa: Logan, Nerea y yo nos subimos al coche de mi novio y Zach y Dylan se van en la camioneta de mi hermano. De repente, mi móvil vibra en mi bolsillo avisando de un mensaje nuevo.

Cristián

Hola Day. Hoy pasaré por la tienda de antigüedades nueva y luego, por la tarde, pasaré a ver a tu hermano. Como cambió de número, no puedo avisarlo yo mismo. Pasaré por vuestra casa sobre las 5:00, a no ser que me lo encuentre antes. Creo que ya es hora de decirle la verdad... Espero que estés de acuerdo.

Un escalofrío me recorre toda la columna al leer eso. Esto no está bien... Esa tienda es la de la familia de Zach... Si Cristián quiere decirle eso a Dylan, entonces seguro que algo malo pasará. Aunque ya tenga 25 años no es precisamente el modelo de chico perfecto que toda chica sueña: su fuerza no es precisamente envidiable, es algo (demasiado) confiado y no suele pillar las indirectas. Cristián es un amigo de su infancia, pero se tuvo que mudar hace dos años. Hace unos días que volvió y antes de ayer estuvo en la cafetería. Por lo que vi, ha cambiado muchísimo: ya no es el chico gracioso y gentil de antes, ahora es... todo lo contrario.

Zach, por favor, cuida de Dylan...

×Narra Dylan×

¿Qué estarán tramando esas dos? Cuando llegamos a la cocina, Nerea guardó un papel. ¿Será uno de sus planes?

-Oye, Dylan- muevo la cabeza para que sepa que le escucho y giro en el cruce-. Hace unos días hablé con... con un amigo de Madrid...- se calla.

-¿A sí?- digo al ver que no sigue.

-Sí... El caso es que... ese amigo tiene... dudas sobre sus gustos...- freno en un semáforo y lo miro.

-¿Te refieres a su orientación sexual?- asiente y aparta la mirada un momento.

-Como a ti te gustan los chicos pues... pensé que... Bueno...

-Creíste que podría darle algún consejo, ¿no?- vuelve a asentir- Bueno, yo siempre he tenido claros mis gustos, pero si quieres un consejo... Dile que no se preocupe, que estar confundido no es tan malo como parece. ¿Sabes si está interesado en alguien?- el semáforo se pone verde y arranco.

-Sí... No...- sacude la cabeza- No estoy seguro... Digo, ÉL no está seguro de si le gusta su mejor amigo o no.

¿Es cosa mía o suena nervioso? No, imposible, serán cosas mías.

-¿Lo ha hablado con él?

-¡No! Su mejor amigo también es gay, pero si le dice todo esto seguro que ya no volverá a ser el mismo con él, seguro que se aleja.

-¿En serio? Yo no lo veo así. Imagínate que se gustan mutuamente. En el lugar del mejor amigo, yo ayudaría en todo lo posible a mi amigo a aclararse y así, si resulta que de verdad le gustan los chicos, poder empezar a salir con él. Lo ayudaría encantado- aparco y me giro hacia él-. Si un amigo me dice que no está seguro de si le gusto o no, eso es lo que haría- sonrío y bajo del coche.

Parece que aún se preocupa por sus amigos de Madrid, eso es bueno. Y el hecho de que me haya pedido consejo para ayudar a su amigo me hace sentir bien. Se ve que confía en mí más de lo que pensaba.

En cuanto entramos a la tienda, la señora McDarck nos recibe.

-¡Bienvenidos, chicos!- nos tiende una camiseta a cada uno. La miro y veo que tiene mi nombre y el logo de la tienda bordados- Ese es vuestro uniforme.

-¿Yo también tengo uno?- pregunto algo sorprendido.

-¡Pues claro! Dayana me comentó que necesitabas un trabajo y como aquí necesitamos personal, si tú trabajas con nosotros matamos dos pájaros de un tiro- abro los ojos aún más sorprendido y me pongo la camiseta.

-Muchas gracias, señora McDarck... Digo: jefa- nos reímos.

-Ven, te explicaré cómo funciona la tienda. Zach, hijo, tú ve colocando la nueva mercancía.

-Sí- él se pone su camiseta por encima de la básica que lleva, se pierde entre las estanterías y yo voy con mi nueva jefa hasta el mostrador.

El proceso es muy parecido al que utilizaba en la tienda del señor Vázquez, así que no me cuesta casi nada pillarle el truco. Una vez acabadas las explicaciones, la jefa se va a la trastienda y yo atiendo a un par de clientes que acaban de llegar. Una vez estos se van, un chico que me parece muy familiar entra.

-Bienvenido. ¿Puedo ayudarle en algo?- se me queda mirando y, de la nada, sonríe.

-Buenas, Dylan- lo miro confundido-. ¿No te acuerdas de mí? Soy Cris.

-Cristián...

Mi nuevo ángel guardián [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora