Cap. 8

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-Cristián... ¿En serio eres tú?- asiente- ¡Hola!- salgo del mostrador y nos damos un abrazo- ¿Cuándo has vuelto?

-Hace unos días. Iba a ir a verte esta tarde, pero creo que ya no hará falta. No esperaba verte aquí.

-Acabo de empezar a trabajar hoy. ¿Cómo has estado?

-Bien, pero prefiero estar aquí. En Barcelona me faltaba algo...

#Narra Zach#

No me esperaba esa respuesta... Entonces... ¿si le digo que soy yo el que tiene dudas y que él es ese mejor amigo no se molestará? Creo que haré eso... Le diré la verdad.

Desde el lugar donde estoy puedo ver el mostrador, donde Dylan atiende amablemente y con una gran sonrisa a los clientes. Acabo de colocar unas cajitas de música y me acerco un poco más al mostrador al mismo tiempo que Dylan habla muy animado con el chico que acaba de entrar. Es una media cabeza más alto que él, moreno azabache y lleva una camiseta blanca de manga corta, un chaleco negro, unos vaqueros y unas botas militares marrones. Siento algo raro dentro de mí y frunzo el ceño. Tengo un mal presentimiento... Mi teléfono vibra y leo el mensaje de Day:

Dayana

Zach, necesito tu ayuda. Un viejo amigo de Dylan irá a la tienda. Cuando vea a Dylan... digamos que no será un reencuentro como mi hermano espera. Se llama Cristián, es alto, moreno azabache y tiene una cicatriz en el codo que le llega hasta la mitad del antebrazo. No puedo explicarte porqué ahora, pero no dejes que le haga nada a Dylan... Cuida de él, por favor...

El chico que acaba de entrar también es moreno y alto... La cicatriz... Me fijo en su brazo y sí: una marca blanca desde el codo hasta la mitad del antebrazo. Ese es el tal Cristián del que hablaba Day.

-Bien, pero prefiero estar aquí. En Barcelona me faltaba algo...- rodea a Dylan por los hombros, lo peque a él y yo voy hasta la esquina del pasillo disimulando estar colocando mercancía- Te he echado de menos, Dylan...

-Y yo a ti- pega su nariz al cuello de mi amigo, se pone detrás de él, lo sujeta de forma que no pueda moverse y empieza a lamerle el cuello-. Cr-Cristián...

-Al llegar a Barcelona me di cuenta de que no solo te veo como un amigo...- le muerde justo al borde de la camiseta y empieza a bajársela. Sin que me vea, me levanto y voy hasta ellos.

-Cris... Suéltame... Es-Esto no está...- cabreado, agarro al otro por el hombro, lo separo de Dylan y me pongo entre los dos, protegiendo a mi amigo.

-Déjalo en paz- Cristián me mira confundido y frunce el ceño.

-¿Quién te crees que eres para darme ordenes? Además, lo que haga con él a ti no te incumbe, imbécil- aprieto los puños y le doy un puñetazo en toda la cara.

-Para empezar, esta es la tienda de mis padres, por lo que no pienso permitir que hagas lo que te dé la gana. Y segundo: no pienso tolerar que le hagas eso a Dylan en mis narices.

-Zach...

-Maldito...- me intenta devolver el golpe pero consigo pararlo. Ahora entiendo porqué Day me pidió que lo vigilara.

-Dylan- lo miro sin soltar al otro-, ¿estás bien?- asiente, veo como Cristián intenta darme una patada en los tobillos por el rabillo del ojo, salto para esquivarlo y le pego el brazo a la espalda- Estuve en una escuela militar durante 5 años... no vas a ganarme con trucos tan básicos.

-¿Por qué lo defiendes? Solo es el empleado de tus padres.

-Es mi mejor amigo- hago una pausa, pero decido no decir nada. De repente, aparecen mis padres.

-¿Qué está pasando?- pregunta mi madre.

-Este idiota estaba abusando de Dylan.- le aprieto más el brazo.

-Zach, ya puedes soltarlo- hago caso a mi padre, me giro hacia Dylan y reviso su hombro en busca de alguna marca.

#Narra Dylan#

No lo entiendo... ¿Por qué Cristián ha actuado así? Yo no lo recuerdo de esa forma... Me tiemblan las manos...

-Zach, ya puedes soltarlo- lo hace, se gira hacia mí y empieza a revisar mi hombro-. He de pedirle que se vaya, señor- Cristián se levanta, nos mira una última vez y se va-. Zach, ve con Dylan a la trastienda, nosotros nos encargaremos del resto- asiente y vamos al lugar.

-Ese maldito...- me siento en el sofá de la zona de descanso y él empieza a caminar de un lado para otro-. ¿Cómo se atreve a hacerte eso? ¡Hay formas mejores de decir esas cosas!- me mira, se sienta a mi lado y me pone una mano en el hombro- ¿Estás bien?- asiento- Estás temblando, Dylan.

-Es... Es solo que no me esperaba eso...

-Me lo imagino. Day me mandó un mensaje avisándome de que ese tipo vendría- lo miro confundido-. No conozco los detalles, pero parce que tenía un mal presentimiento.

-Hasta cuando estamos separados me está cuidando...- me llevo la mano al hombro donde me mordió, Zach se da cuenta y me abraza.

-No sé mucho sobre tu pasado, pero, si este te persigue, pienso protegerte pase lo que pase... No voy a dejarte solo.

-Zach...- le correspondo al abrazo y escondo la cara en el hueco entre su cuello y su hombro.

Yo siempre he sido alguien muy sensible. Lo que para alguien es un pequeño rasguño, para mi puede ser una cicatriz profunda. Mi madre siempre me decía que, a lo largo de mi vida, me haré muchas heridas y me caeré muchas veces, pero que, algún día, encontraré a alguien que haga esas heridas menos dolorosas y me ayude a levantarme cada vez que me caiga. Ella lo llamaba mi ángel guardián. Hasta ahora pensaba que era Day, pero sé que ella se irá algún día y formará su propia familia. Ya estoy mentalizado y quiero que pase. Ahora, ente los brazos de Zach, me siento seguro, protegido. Si hecho la vista atrás, me doy cuenta de que, desde el primer día, Zach me ha protegido, siempre ha estado ahí cuando lo necesitaba. No le quita el puesto a Day, eso es imposible, pero creo que Zach es...

-Mi nuevo ángel guardián...- digo en un susurro mientras aprieto más el abrazo.

-¿Cómo?- pregunta confundido y yo niego con la cabeza, todo sin separarnos. Un poco más tarde, él rompe el silencio- Dylan... ¿puedo hacerte una pregunta...?

-Claro- intento separarme pero vuelve a pegarme a él.

-Si me miras no podré decirlo- suelto una risilla y vuelvo a abrazarlo-. ¿Recuerdas lo que te conté sobre ese amigo?- asiento- Pues... En realidad soy yo...- frunzo algo el ceño- y el mejor amigo eres tú...- abro los ojos sorprendido, me separo y lo miro- Siento no haberlo dicho desde un principio.

-Entonces... ¿yo te gusto...?- pregunto perplejo.

-Antes no estaba muy seguro, pero cuando vi como ese idiota te hacía eso... Creo que me sirvió para confirmarlo- parpadeo varias veces y él se rasca la nuca nervioso-. Entenderé que no sientas lo mismo. Yo soy nuevo en todo esto, así que puede que no quieras estar con un novato, por decirlo así, o no me vea- - lo callo poniéndole un dedo en los labios.

-Tienes la manía de hablar de más cuando estás nervioso, ¿sabes?- noto que se sonroja un poco y yo sonrío- Primero: no me importa que te inventaras lo de tu amigo. Segundo: no sería la primera vez que salgo con un novato, como dices tú. Y tercero...- me acerco a él y digo rozando sus labios- tú también me gustas- ambos nos sonrojamos y me quedo en esa posición esperando su reacción.

-Esto es como cuando sales con una chica, ¿verdad?- asiento- Entonces no deberías provocarme de esa manera- frunzo algo el ceño y, sin previo aviso, me besa.


Mi nuevo ángel guardián [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora