Idiota (ArgChi) [ INCONCLUSA; 2015 ]

Capítulo I

N/A: El capítulo está narrado desde el punto de vista de Martín, no habrá otras perspectivas al menos durante este capítulo.

Idiota

Capítulo I

Soltó un suspiro de cansancio.

Otra vez lo estaba observando en la lejanía.

Y se sentía un completo marica por la manera en la que pensaba cuando le observaba. Principalmente porque él estaba leyendo y... se veía muy lindo cuando leía. El cabello castaño se movía levemente por la suave brisa, a veces tal acción molestaba al dueño de estos y los peinaba hacia atrás rápidamente, para poder seguir leyendo y no perder el hilo de la historia. Sus finos labios a veces se abrían en sorpresa y en otras ocasiones estos eran apretados con frustración. Sus ojos color miel se movían de un lado al otro, había un pequeño brillo en ellos, siempre que leía ese brillo estaba ahí y a Martín le encantaba. Le encantaba mirarle.

Básicamente así es como se pasaba las horas de almuerzo todos los días.

—Tincho... ¡Tincho! —escucho que lo llamaban.

—¿Eh? ¿Qué? —Salió de su pequeña burbuja, volteo a ver a Sebastián el cual lo miraba con algo de pena, el rubio de lentes tenía bastante claro lo que pasaba, había que ser tonto para no notarlo—. Ya voy.

...

Le gustaría poder dibujar bien. Más no tenía mucho talento para eso que digamos.

Estaba sentado sobre su cama, apoyado sobre el respaldo de esta, con las piernas pegadas al pecho y un block de hojas blancas sobre estas. Si tan solo fuera un buen dibujante, sería capaz de poder recrear la escena del castaño leyendo. Pero no, porque apenas y podía dibujar con palitos. Por lo que solamente se limitaba a dibujar un círculo y pintarlo con lápices de colores, en un intento de que estos se parezcan aunque sea un poco a los ojos miel que tanto le gustaban.

Soltó un suspiro. Era un completo marica.

...

Se llamaba Manuel. Manuel González. Se había quedado despierto durante la clase de matemáticas —en la cual siempre se la pasaba durmiendo—, y había descubierto que el castaño que tanto miraba compartía esa clase con él. Ugh, vaya idiota.

Pero bueno, al menos ahora tenía una oportunidad para hablarle.

Le miro de reojo, le dio gracia su cara de frustración al no poder entender una mierda del tema de matemáticas.

Iba a hablar con él, definitivamente.

...

Le gustaba su voz. Era suave pero casi todo el tiempo sonaba enfadada y molesta. Y tenía un acento chileno que le daba una simpatía atrayente.

O al menos eso pensaba él.

Comenzó a molestar a Manuel todos los días. Solamente para que este le gritara, mientras él reía. Se veía lindo cuando se enojaba. Se convirtió casi en una rutina el ir tras el castaño durante la hora del almuerzo, hasta podía jurar que Manuel le esperaba.

...

Había podido conocerlo con el paso del tiempo. Habían pasado ya dos meses desde la primera vez que fue a hablarle. El castaño ya no le gritaba y golpeaba tanto como al principio; ya le tenía aunque sea un poquito de confianza. Y eso lo hacía feliz.

Hasta que pudo conocer a Manuel por completo.

Si tuviera que describirlo en una palabra, definitivamente elegiría encantador.