• D o s •

50 4 2
                                    

- ¿No te olvidas nada cielo? - Mamá dice revisando la habitación completa.

- Ya te he dicho que no. - bufé y mi padre sonríe susurrando un «que pesada mujer» haciendo que yo riera. Gracias a Dios ella no lo escuchó, si no mi padre se quedaba sin "amigo". Ouch.
Salimos de la habitación y caminamos por el largo pasillo. Es algo difícil las muletas son incómodas. Unos metros mas allá de mi habitación, frente una puerta blanca, se encontraba Niall y Liam junto a Sophia, la cual lloraba en el hombro de su novio. Enseguida supe que esa era la habitación de Megan.

- ¿Que hacen aquí? - les digo deteniendome frente a ellos.

- Les dijimos a los señores Stronghod
que vayan a descansar un poco y nos quisimos quedar nosotros, para informarles cualquier cosa. - Niall me dijo. Se nota en sus ojos hinchados que el también ha estado llorando.

- ¿Es ésta su habitación? - Liam asiente. - Mamá, Papá... - intento llamar su atención - Vayan a casa, yo veré a Megan.

- No. - Anne sacude la cabeza - Debes descansar.

- Pero..

- He dicho no, Harry. - me interrumpe.

- Déjalo, Anne. - papá dice. Él es más comprensivo de los dos y él que quiere a mi novia. Mamá la odia, a papá simplemente le da igual. - Solo será un rato ¿cierto? - me da un guiño para que le siga la corriente y asiento.

- A demás, yo lo llevaré luego - Mi rubio amigo se mete en la conversación.
- Esta bien... Pero no llegues tarde a casa, no estas en condiciones y debes descansar. - Dice dudosa y autoritaria. Dess abraza a su esposa y con un asentimiento se despide de nosotros. Mi madre por su lado señala sus ojos diciéndome que me tiene vigilado.

- Eres genial Horan, luego te llevo a Nando's - Niall sonrió y asintió.- ¿P-puedo pasar?

- Claro. Nosotros hemos salido porque nos hace mal verla ahí.- Shopia dijo llorando. Ella se había convertido en la mejor amiga de Meg, eran tal para cual.

Asentó y apoyo mi mano en el pomo de metal de la puerta blanca y apagada. Empujo hacia a adelanto y entro. La habitación era igual a la que yo estaba , solo que un rincón era decorado por unos cinco ramos de flores que supuse los chicos o sus padres les habían traído.

Con miedo desvíe mi vista hacia la camilla. Y allí estaba ella. Conectada a unas maquinas y a un respirador. Su cara estaba con algunos rasguños y una curita blanca descansaba en un rincón de su frente. Las lágrimas no tardaron en salir.

Me acerque a ella y temblando acerqué una silla a su lado para tomar a ciento y agarrar su mano.

- Por dios... -susurro. - Nena, lo siento tanto. No quería que terminaras así, es mi culpa. Por favor despierta Meg, no sabes cuando te necesito- me ahogo en mis propias lágrimas.

Un día viendo tele, vi que la gente que esta en coma, escucha cuando le hablan. Quizá si ahora le hablo a Megan ella me escuche y pueda reaccionar. Es una suposición estúpida, pero vale la pena intentarlo.

- Oye.. ¿Quieres escuchar una historia? -digo y sonrío. Le contaré una historia, o mas bien.. Nuestra historia.

Tres años atrás.

Iba caminando por los pasillos de la escuela, siendo observado por unas cuantas chicas, tanto hermosas como nerds horrorosas. No era nada incómodo ser observado con deseo por partes de las chicas, a la mayoría me las había follado alguna que otra vez. Sólo era incómodo ser visto por David, el muy gay siempre me veía y se mordía el labio inferior y sus pupilas se dilataban. Maldito nerd puto.

Llegué a mi casillero, el cual estaba debajo de uno que siempre estaba vacío, y ahora parecía que alguien se había adueñado de él. Una chica con un gran trasero, guardaba sus cosas. Me le quedé viendo de pies a cabeza, inconscientemente, estaba mordiendo mi labio.

- ¿Te gusta lo que ves? - ella dijo con una sonrisa de lado y una ceja alzada. Sentí mis mejillas arder.

- Puede ser, tienes un lindo trasero.-dije sincero.

- Wow! Que directo.

- Soy Harry Styles, pero puedes decirme amor de mi vida. -sonreí. No sabía por que, pero estalló en risas.

- Eso es lo peor que me han dicho en toda mi vida - la quede mirando serio, sin una pizca de humor y cuando se dio cuenta dejo de reir- Lo siento, soy Megan, pero puedes decirme Megan.

- Ja-Ja. Necesito guardar mis libros.

- Hazlo, nadie te lo impide - dijo sacando sus libros del suyo.

- Si, tú, en realidad. - señalé la caja de metal que hacía que sus pechos se aplasten contra esta. Alguien se está despertando.

- Oh, lo siento. Ya terminé. Adiós, Styles - Dio dos golpecitos en mi hombro y dobló a la izquierda desapareciendo de mi campo de visión.

Guardé mis libros de la clase anterior y los reemplace por los de literatura. Odiaba esa asignatura. Por el rabillo del ojo vi como Lilian se apoyaba a un lado mio en los casilleros.

- Hola, guapo. - torció sus labios rojos cual prostituta en una sonrisa.

- ¿Que quieres Lilian?

- Lily - corrigió. - Esta noche mis padres se irán. ¿Quieres ir a casa como en los viejos tiempos?

El descaro que tenía aquella chica era gracioso. No tenía vergüenza de nada, y coqueteaba con el primero que se le cruzara en su camino. Admito que me acosté con ella más de cuatro veces, mínimo. Eso era raro en mí, siempre era una sola noche y nunca más veía a las chicas a las que me follaba. Pero Lilian tenía un cuerpazo que apenas se sacaba la blusa me hacía poner duro. Además, hacía una mamadas de las buenas, podías notar su experiencia y que era una zorra. Pero ya no sería más así, Lilian era pasado. Mi mejor amigo, Liam, está enamorado de ella, por así decirlo. Él sabe que me la follé en algún momento, pero le prometí no hacerlo más, ya que el muy idiota la quiere "enamorar".

- No. -dije serio- Adiós.

Me alejé de ella dejándola sola parada en los casilleros con cara de sorpresa. Obviamente, nunca le había dicho que no a una de sus propuestas.

Actualidad.

- Entré al salón que me tocaba la próxima asignatura. Habían varios pupitres vacíos, pero uno me llamó mas la atención. Una chica de ojos marrones verdosos se encontraba sentada a un lado de éste, con la vista perdida en su teléfono. Me acerqué al pupitre y me senté en este. Con una sonrisa coqueta en mi rostro la quedé viendo fijamente. Ella ni siquiera se inmutaba. »¿Tengo un grano o algo?« - Digo imitando su voz y prosigo -... ella dijo sin quitar la vista de su teléfono. Le dije que no, sólo que se encontraba hermosa aquella mañana. Ella se sonrojó mucho, acto que me provocó demasiada ternura y eso no era algo común en mi. Iba a decirle algo, pero nada se me ocurrió. Seguí observándola y en un acto rápido le quité el aparato de sus tibias manos. Ignoré sus gritos para que se lo devolviera y más rápido que un bombero, mi número ya estaba anotado en un contactos... - Iba a seguir con mi emocionante historia, pero la puerta del hospital me interrumpe.

- Harry, hermano, iré a casa y debo llevarte. - Niall habla en susurros. Sus ojos permanecen más rojos y vidriosos que hace un rato y sé enseguida que aún llora. Asiento solamente y me pongo de pié, besó la frente de aquella hermosa chica y le susurro un te amo.

No quiero irme. No quiero dejarla sola aquí. Quiero estar a su lado siempre.

When you wake up | styles |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora