Dragonide Soul

Capítulo 2: un destino inesperado.

Mientras en el templo del monte Falagar...

-Terraciel, ¡maestro, le tengo grandes noticias!-

-Terraciel, sí, ya he oído lo del baile, una tragedia ¿verdad?-

-Aún mejor señor creo que hemos encontrado a un joven con grades habilidades.-

-hum... podrá ser..., ya bueno consultare al gran maestro....-

Mientras en la casa de Daniel....

-Ah...uh...mi...mí, cabeza...ah, ¡EL REY!

Entonces ante la reacción recordé el ataque y mi padre me contuvo de la impresión pero aún me sentía débil por aquel poder que use.

-Tranquilo Daniel cálmate, respira.- Me dijo mi padre sosteniéndome de la impresión.

-Que ha pasado, dime, el rey y los demás están bien-

-si...pero lo que más me sorprende es aquel grito que lanzaste, sabes, acabaste con uno de esos asesinos, estoy...sorprendido-

Y así mi padre se quedó pensativo por algunos minutos, el silencio era una espera eterna para mí.

-Daniel... me asustaste un montón cuando te desmallaste allá, creí... que habías muerto-

-No... Padre, tu entrenamiento me sirvió de mucho-

Mi padre puso una gran sonrisa tras decir eso luego puso sus manos en mis hombros y me dijo.

-Daniel ¿esperaba que fueras alguien importante pero...tú...podrás ser...un Dragonide?-

-¿¡Yo un que!?-

Y así entraron dos hombres entraron en la habitación y uno de ellos interrumpió antes de que mi padre respondiera a mi pregunta.

-Un Dragonide, joven Daniel, es un guerrero formidable, fuerte, casi legendario y, único, porque no muchos tienen el don, pero no te sorprendas, la mayoría descubren su don a tu edad, pero lo que distingue a un Dragonide de la mayoría es que somos los únicos que tenemos un lazo espiritual con los dragones por lo tanto solo nosotros podemos entrenarlos y montarlos-.

Dijo uno de los caballeros.

-Que haces aquí Glaveral- dijo mi padre.

-creo que ya lo sabes, tú mismo lo viste, él tiene un potencial muy fuerte, Osen- Mirándome directamente.

-Daniel vístete, tu padre y yo hablaremos abajo-.

-De acuerdo- le dije.

Y así mi padre y los hombres bajaron al comedor, mientras me vestía a veces oía a mi padre levantar la voz casi como en forma de negación, luego hubo un silencio, trate de escabullirme a ver si oía mejor pero como siempre los sentidos agudos de mi padre me detectaron en el acto, luego suspiro y me dijo

-Daniel, es hora de que empieces tu largo viaje, estos guerreros te entrenaran y te harán fuerte. Descuida pronto nos volveremos a ver-.

-Joven despídete de los que debas, empaca lo que necesites, avísanos cuando estés listo-.

-De acuerdo lo hare, denme para el final del día-

-Vale, pero solo para el final del día-

Mi padre se me acerco con cara de orgulloso y me dijo:

-Tranquilo, yo sé que necesitaras para tu viaje yo me encargare de empacar, por cierto el rey quiere hablar contigo, ¡ja!, tras ese arrebato de fuerza no tuvo la oportunidad de agradecerte por salvarlo, hum..., y por supuesto de cierta persona en especial-, me dijo con cara de burla.