Capitulo 2

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Estaba estudiando informática en tecnologías en la universidad, y había escuchado que un científico iba a hacer una presentación de un proyecto en el que ha trabajado durante muchos años.

Sería un buen reporte para mi tarea.

La verdad era que desconocía la área en la que se especializaba el aquel científico de nombre Thomas Forbes.

Pero era el único conocedor e inventor de la tecnología más cercano que había.

Llegué a las instalaciones de una biblioteca de la ciudad, solo se encontraba un público de siete personas. Que se fueron reduciendo cuando escucharon que el científico Forbes habló de que su invento, era un dispositivo portátil que te permitía viajar al pasado.

Yo también pensé en irme cuando lo dijo, pero sonaba interesante y tal vez me quedaría a escuchar su explicación.

Dijo que aún no lo había perfeccionado por completo, y tampoco probado. Me parecía absurdo.

El dispositivo era pequeño, de 10 centímetros de diámetro.

No había nadie y el profesor Forbes había salido del lugar.

Traté de controlar mi curiosidad pero no pude, me acerqué, tomé el artefacto y traté de hallar algún botón de encendido o algo así.

En ese momento mis pensamientos fueron desear no haber perdido toda mi mañana en esta muestra de un invento poco realista.

De un momento a otro todo se tornó borroso y sentía que mi equilibrio me fallaba, todo me daba vueltas.

Cuando el mundo pareció haber regresado a la normalidad, me encontraba en mi habitación.

Eran las seis de la mañana, según el despertador junto a mi cama. Cuando miré a mi cama había alguien ahí.

¡Era yo! Durmiendo plácidamente.

Controlé mis ganas de gritar ante la sorpresa.

Apagué la alarma antes de que sonara y me despertara, bueno despertara a mi otro yo.

El invento funcionaba, en verdad.

Traté de no alarmarme y no hacer ningún ruido. No quería que mi otro yo me viera.

Salí del apartamento sin hacer ningún ruido, lo bueno era que yo tenía el sueño muy pesado y no despertaba fácilmente.

No sabía qué hacer, tal vez desaparecería o algo así. Pensé en ir con el científico y decirle que su invento si había funcionado, pero y que tal si se molestaba al enterarse que había tomado sin permiso su dispositivo. ¿Me demandaría?

Después de pensarlo mucho, una idea cruzó por mi cabeza.

¡Regresar al pasado y evitar enamorarme!

Sonaba tonto y ridículo pero si tenía la oportunidad de hacerlo, lo iba a hacer.

Solo tenía que pensar en la fecha de aquel día y tocar el botón rojo que se encontraba en medio.


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