Alice alistaba sus maletas con la rapidez que sus manos le permitían. Ella sentía que no podía seguir en ese lugar, mejor dicho, no podía seguir rodeada de esas personas, y, si se quedaba, no conseguiría superar aquel acontecimiento del que estaba segura, le marcaría toda su vida.
- ¿Alice? - gritó su mejor amiga del otro lado de la puerta - Alice ¿por qué estas encerrada? ¿Qué sucede? - siguió insistiendo - ¡Alice, abre la maldita puerta de una maldita vez!
Alice no le hizo caso en absoluto; siguió haciendo maletas y arreglando su cuarto para largarse de ese mismo lugar. Ella estaba decidida: se iría a vivir a California con su padre quien vivia con su madrastra y hermanastro a quienes no conocía. Sin embargo, era preferible eso a quedarse en aquel internado donde las dos personas que mas amaba en el mundo la habían traicionado: su novio y su prima.
Ella sabia que Maia no tenía la culpa de esto, era su mejor amiga después de todo. Pero tal vez su amistad no era una razón suficiente como para quedarse. Tampoco lo era su madre, quien se fue cuando mas la necesitaba.
Tomó su maleta entre lágrimas y salió de la habitación abriendo la puerta de golpe; encontrándose así con el rostro preocupado de su mejor amiga, quien desvío la mirada hacia su maleta.
- ¿te irás? - preguntó una sorprendida y a la vez decepcionada Maia. Alice bajo la cabeza con los ojos cristalizados, mordiéndose el labio inferior evitando así un sollozo, y luego la levanto presionando un labio contra el otro y asintió con lagrimas en sus ojos - ¿por cuánto tiempo?
- No lo sé - logró responder - Me iré a vivir un tiempo a California con mi padre; necesito salir de este lugar, pensar...
- ¿Es por él, verdad?
- Sabes que sí.
- Él es un idiota, lo sé. Pero que no se él la razón por la cual te vayas.
- Creo que junto a él vienen razones suficientes como para que me marche. Todo lo que ha pasado ha sido muy fuerte y tú, más que nadie, lo sabes.
- Creo que deberían arreglar las cosas, o al menos hablar sobre lo que pasó. No puedes desaparecer de su vida así como si nada, no después de todo lo que han pasado juntos - Alice suspiro
- Creo que no hay nada de que hablar y yo ya no tengo nada que hacer aquí - respondió firmemente a pesar de que por dentro cada palabra le haya dolido en el alma. Pero debía ser fuerte.
- Esta bien - dijo Maia luego de un suspiro - Solo prométeme que volverás, algún día.
- Lo prometo Maia, solo dame tiempo- respondió Alice y seguido de eso la abrazo, despidiéndose de la única persona que estuvo ahí para ella.
El guardia del internado llego minutos después de la despedida y llevo sus maletas a la limosina que la esperaba afueras del establecimiento al cual no quería regresar mas.
Una vez que se despidió una vez mas de Maia, subió al auto y este arrancó, desapareciendo entre la neblina que había en la ciudad de Nueva York.
Maia se quedó parada en la acera, viendo como su mejor amiga se iba a otra ciudad, huyendo de su ex novio. Luego de unos minutos, decidió entrar de vuelta al internado, pues puede que su mejor amiga se haya ido pero su vida tenía que continuar.
Al empujar las puertas hacia dentro, se chocó con alguien a quien pudo reconocer como el idiota de su hermano y el culpable de la fuga de su amiga: Louis.- ¿Lou, qué haces con esas maletas? - preguntó extrañada
- Me iré a vivir con papá un tiempo, a Londres. Creo que será lo mejor para todos. - respondió el - Hazme un favor y dale esto a Alice.
- ¿Una carta? - preguntó Maia, su hermano asintió - Louis, yo creo que deben arreglar las cosas, ustedes se amaban.
- Pero lo mande todo a la mierda Maia, por eso es que me voy. Ella merece continuar con su vida y sé que conmigo aquí, no funcionará.
- Lou, ella... - la interrumpió
- Adiós hermanita - la abrazo - y por favor, no te metas en líos ¿si?
A Maia no le quedó opción más que asentir. Ella sabia lo mucho que su hermano y mejor amiga se amaban, sabía que ambos eran capaz de dar la vida uno por el otro y también sabia que tarde o temprano su amor tendría que acabar. Porque... ¿Cuando se ah visto que un amor de secundaria traspasa la escuela?
Las personas cambian a lo largo de su vida, conforme van descubriéndose así mismos. La vida es realista, no ficticia. La vida nos pone primero la prueba y luego aprendemos la lección. Y eso es lo que sus queridos amigos habían aprendido.
Sin embargo, ella mantenía una pequeña esperanza. La pequeña esperanza de que en algún momento, por más lejano que fuera, los recuerdos que los unían hicieran que volvieran al lugar donde inicio todo, y con algo de suerte, se reencuentren y revivan los recuerdos que de seguro, estarían en su mente durante toda su eternidad.
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Recuerdos
RomanceCuando Alice descubrió que Louis la engañó, no le tomó mucho tiempo optar por alejarse. Cuando Louis engañó a Alice, supo que debía darle espacio. Ambos decidieron alejarse el mismo día y se marcharon del internado en el que vivían a dos lugares de...