3. Encuentro inesperado

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Conforme se acercaba al internado, los nervios de Alice aumentaban y aumentaban. Empezaba a creer que no estaba lista para volver; sin embargo ya no había marcha atras.

- Llegamos Als - comunicó su padre, quien se encontraba sentado a su lado.

Alice asintió a la vez que formaba una sonrisa nerviosa en su rostro.

- Iré a registrarte, ¿De acuerdo?

Alice asintió nuevamente y seguidamente ambos bajaron del auto e ingresaron al internado.
Al cruzar las puertas, ella pudo sentir como su presencia atraía las miles de miradas curiosas por parte del cuerpo estudiantil de Marlborough.

Llegaron a la dirección y su padre ingresó a la oficina mientras que ella se quedó sentada afuera.

 
No pasaron ni cinco minutos para que el celular de Alice comenzara a vibrar: Eran notificaciones de la aplicación perteneciente al internado. aplicación donde se publicaban todo tipo de noticias.

¿Cómo no lo borre antes?

Alice decidió ignorar la notificación y siguió esperando a su padre sentada y en silencio.

....

Por otro lado, Louis acababa de llegar a la ciudad de Nueva York. Su madre y hermana esperaban ansiosas por verlo, mientras el tenía los nervios de punta.

Él nunca dio explicaciones concretas sobre el por qué de su repentina huida y Maïa tampoco lo delató frente a su madre. Simplemente lo apoyó, tanto a él como a su mejor amiga con quien no tenía comunicación desde entonces.

– ¡Lou! - gritó su madre a penas lo vio cruzando la puerta, llamando la atención de Maia, logrando así que desviara la vista de su celular antes de leer la notificación de la aplicación del internado.

– Mamá, hola - respondió Louis abrazando a su progenitora. Se separaron luego de un momento, y miró a su hermana. – Hola enana - dijo el sonriendo.

Maïa lo miró, rió al escuchar como la había llamado y corrió a abrazarlo.

– Hola idiota - susurró ella en pleno abrazo.

Adele, la madre de ambos, sonrió al ver tan linda escena. Sentía que su familia estaba completa de nuevo.

Salieron del aeropuerto y juntos se dirigieron al internado.

...

Alice se levantó en cuanto la puerta de la dirección de abrió. De la oficina, salían riendo su padre y el director Jason Morris, primo de su padre.

– ¡Alice! Tanto tiempo - saludó Jason.

– Hola tío Jase, me alegra mucho de verte. - respondió ella de vuelta.

Tuvieron una pequeña charla de unos minutos la cual terminó cuando la secretaria llegó junto a tres personas. Tres personas que Alice conocía a la perfección.

– Señor Morris, la señora White está aquí – dijo la secretaria.

Y fue en ese entonces cuando sus ojos se conectaron. Esa conexión que provocó la parálisis de ambos corazones.

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